Ante la
estratégica de la tinta de calamar para ocultar a la opinión pública nacional
los gravísimos problemas por las que atraviesa la fracasada democracia de
España, con una crisis sanitaria, económica, política, energética, social,
cultural o internacional como la de Ucrania o Marruecos, las incapacidades del
gobierno en coalición-cohabitación neonacionalsocialistacomunista, tenía que
poner en marcha la propaganda marqueteniana con otro asunto que formaba parte
de la negra historia del socialismo, del comunismo y de los nacionalismos
secesionistas y filoterroristas, el odio y los ataques a la institución
milenaria que constituye la esencia de la conciencia y la identidad histórica
de España, la Iglesia Católica.
Para
ello, no dudaron en recurrir a lo que ya venía haciéndose en otras latitudes
laicistas y masónicas anticatólicas, en la mayor parte de América, por Europa,
más en concreto, en Alemania, para desprestigiar la honorabilidad del Santo
Padre Emérito, Benedicto XVI, o en la Francia laicista y francmasónica.
En
Francia se había llevado a cabo una investigación de una comisión independiente
sobre los abusos por pederastia, desde el año 1950, por parte de sacerdotes o
religiosos o seglares, en el informe de la Comisión Independiente sobre los
Abusos Sexuales en la Iglesia (CIASE),
dirigido por el exvicepresidente del
Consejo de Estado de Francia, Jean Marc-Sauvé (1949), que, exageraba y no contrastaba los casos, realizados con una
metodología sin rigor científico, jurídico, teológico o filosófico por
defectuosa y llena de contradicciones, sesgada y parcial, teledirigida por una
ideología laicista anticatólica. Según ocho relevantes miembros de la Academia
Católica Francesa, tras estudiar el informe, indicaban que no eran los
exagerados 330.000 casos, sino entre 4.832 y 27.808 víctimas.
El
gobierno neonacionalsocialistacomunista, liderados por las partidocracia del
Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la radical neocomunista de Unidas
Podemos (UP), más, sus aliados de poder, la secesionista golpista catalana de
Ezquerra Republicana (ERC), y la ultraizquierdista secesionista, vasco-etarra
filoterrorista de Bildu, tanto unas como otras, con un historial sanguinario
guerracivilista en la nefasta II República, desde 1931 hasta el final de la
Guerra civil en 1939, historial repleto de violaciones de monjas y mujeres, de
asesinatos terribles y crueles de sacerdotes y seglares de toda condición
social y económica, se obcecaron, al contrario que las partidocracias de la
oposición parlamentaria, en que debería sólo investigarse la pederastia en la
Iglesia Católica, y no, todos los casos ocurridos en la sociedad española, como
eran, los abusos cometidos, en las autocráticas comunidades de Valencia, de las
Islas Baleares o de Madrid, donde se habían producido abusos a menores y usados
en redes de prostitución, estando en los centros tutelados por las respectivas
administraciones. Investigaciones lideradas por el Defensor del Pueblo.
Por
supuesto, que, también obviaron la investigación y denuncia parlamentaria, de
los 60.000 abusos a menores cometidos, durante diez años, por una red de
pedofilia donde estaban involucrados 3.300 funcionarios de la O.N.U.
Según el
informe sobre abusos sexuales a menores en España, del mes de noviembre de 2021
de Save the Children,
casi la mitad de ellos, el 49,5%, se producía en el ámbito de la familia.
Por otro
lado, los datos estadísticos de los años 2008-2019 de la investigación sobre
abusos sexuales a menores en España, de la Fundación ANAR,
los abusos de sacerdotes y religiosos eran mínimos, el 0,2%, del total,
comparados con los que se producen en otros ámbitos como el de la familia, en
el caso de los padres, el 23,3%, y donde el padre biológico, en el 32% de los
casos, era el agresor prioritario. La mayoría de las víctimas solían ser
mujeres, el 78,3%, dentro de este porcentaje, el 59,1%, correspondían a
adolescentes entre 13 y 18 años.
La Fiscalía
General del Estado, había ordenado a los 17 fiscales superiores de toda España,
para que remitieran los procedimientos penales de los casos de abusos a
menores. Las laicistas anticatólicas partidocracias, en el poder Ejecutivo y el
poder Judicial, proponían una comisión de investigación, que, luego pasara al
Congreso, y no a los tribunales de Justicia, que era donde, exclusivamente, se
tendrían que enjuiciar, todos los casos de pederastia, que, ya la Iglesia
Católica había puesto en conocimiento de la Justicia.
Resulta
penoso, tras más de cuarenta años de democracia involutiva, ver la realidad
sociológica de España, de una sociedad civil presa de las mentiras de las
ideológicas políticas de siempre, incapacitada para tomar decisiones morales,
éticas o políticas, para desterrarlas de las instituciones democráticas y
constitucionales, que, han pervertido.