Todas las
leyes sobre educación que han entrado en vigor durante estos 41 años depantomima de
democracia avanzada hacia la desigualdad y contra el bien común de todos los
españoles, han buscado la eliminación de la asignatura de religión, por medio
de recortes de derechos y de deberes que van contra la igualdad constitucional
y de los derechos humanos, sobre todo de la Religión cristiana católica pero
también con las cuales se tienen acuerdos en materia de enseñanza religiosa: la
evangélica, la musulmana y la judía.
Ahora con un
nuevo gobierno del frente populismo guerracivilista, que está de ocupa en el
poder del Estado de la mano de la partidocracia nacionalsocialista anclada en
el reaccionario laicismo radical anticatólico, se vuelve a discriminar todavía
más a la materia de Religión y de la mayoritaria católica Educación concertada,
en contra de:
La Declaración
Universal de los Derechos Humanos (1948):
Artículo 18:
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de
conciencia y de religión. Este derecho incluye la libertad de cambiar de
religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su
creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la
enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Y por supuesto, en contra de la Constitución Española (1978), que dice bien claro:
Artículo 27:
1. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de
enseñanza.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad
humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los
derechos y libertades fundamentales.
3. Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para
que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con
sus propias convicciones.
“Las propias convicciones” de las familias, que eligen
voluntariamente la asignatura de Religión, donde las católicas constituyen el
mayor porcentaje, pero también la eligen las familias evangélicas, musulmanas y
judías, ahora se van a recortar y discriminar negándoles lo que las sentencias
judiciales y el derecho internacional y constitucional amparan: el valor
académico para la nota media final de los alumnos en Bachillerato de la
asignatura que se evalúa, y tener una alternativa a la misma en igualdad de
condiciones académicas.
Y no sólo se recorta y emputa este derecho a la libertad
democrática y constitucional de acuerdo con los Derechos Humanos y la Constitución
Española de 1978, sino que se pretende sustituir por la imposición
estatalista de una asignatura obligatoria para todos los alumnos denominada
como de “valores cívicos y éticos”, donde la neomarxista y neoliberal ideología
de género del Nuevo Orden Mundial de la ONU, será la que siga haciendo el
lavado de cerebro de los niños, adolescentes y jóvenes que se ha venido
ejecutando con la estatalista asignatura de Educación para la ciudadanía.
La Historia nos confirma cómo se ha perseguido y persigue el
derecho y el deber a la enseñanza y aprendizaje integral. Todas las ideologías
surgidas a partir de la jacobino-masónica y anticatólica Revolución Francesa (1789-1799),
siguieron y siguen la totalitaria directriz que da el filósofo griego Platón
(427-347 a.C.) en el libro de la República
o el Estado, la de que no es a los padres a quienes les compete la
educación sino al estado. Lo llevaron y llevan a cabo, bajo la propaganda
retroprogresista de la democracia de la igualdad, la libertad y la fraternidad
filantrópico-masónica (democracia totalitaria de Nuevo Orden Mundial): el
liberalismo, ahora, neoliberalismo; el socialismo y el comunismo, ahora,
neosocialismo y neocomunismo; y sin duda, el nacionalsocialismo del nazismo, el
fascismo y las teocracias islámicas, éstas últimas tan admiradas y consentidas
por las ideologías expuestas porque tienen como un secular enemigo común a
destruir: el Cristianismo, especialmente al Cristianismo católico, fundamento
de la identidad histórica de Occidente.
Ahora, que nos vuelven a desgobernar el neosocialismo y el
neocomunismo, laicistas, junto a los nacionalismos secesionistas y terroristas
de izquierdas y derechas, que llevan desde finales del siglo XIX intentando la
aniquilación social y cultural del Cristianismo católico en España y Europa, se
comportan como son, como retroprogresistas ideologías totalitarias, dictatoriales,
donde el estado controlado por las partidocracias laicistas de izquierdas, y
antes, las conservadoras y progresistas liberales, les arrebata el derecho y el
deber natural, humano y constitucional que sólo tienen las familias para
ejercer con todas las garantías la libertad de enseñanza religiosa.