I
Aún perdura el arma fundamental de las logias de
la Masonería Especulativa y relativista, el laicismo radical,
desde sus inicios, allá por el siglo de las revoluciones burguesas como la de
la Independencia Americana (1776), o, la más terrorífica e inhumana, por más
que promulgara la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, la
Revolución Francesa (1789-1799), en el siglo XVIII. De aquí sale la masonería
moderna en Londres (Inglaterra), deísta, panteísta, especulativa, satánica,
sincretista y anticristiano católica.
Luego, a partir de la Revolución industrial del
liberalismo en Gran Bretaña( entre los siglos XVIII y XIX), teniendo como centro
Estados Unidos, tras la unificación de las logias en la Gran Logia Madre de la
Masonería, el laicismo radical sigue la trayectoria de la masonería
contemporánea en el siglo de las revoluciones socialistas y comunistas, del
terrorismo de estado del nazismo, del fascismo y del socialismo comunista del
siglo XX, y ahora en el siglo XXI, en la era de la revolución tecnológico-digital,
caracterizada por un tiempo de crisis económica, financiera, social, cultural,
ética y moral, sigue la trayectoria camaleónica de la nueva Masonería
Especulativa y relativista, que, utiliza el paganismo, el ateísmo, el
relativismo, e incluso, el luciferismo o satanismo anticristiano.
El poder, más oculto que manifiesto en sus
inicios, de las logias masónicas, comienza a principios del siglo XVI en
Inglaterra y Francia, ya que es cuando los enemigos del cristianismo católico,
algunos filósofos, ideólogos, intelectuales, escritores, nobles, aristócratas o
profesionales adinerados, forman logias gnósticas, cabalísticas y esotéricas
con gran poder político, social y económico. Dan lugar a la Masonería Moderna,
que, destruye a la verdadera y originaria Masonería Operativa y externalizada,
fundada en el siglo XI, y que la formaban los gremios, las asociaciones
corporativistas de artesanos y albañiles, para después, con el paso de los
siglos, conformarla los arquitectos e ingenieros. Unos y otros se dedicaban por
toda Europa, a la construcción de emblemáticos edificios y catedrales, bajo la
tutela providente y protectora del Dios del Cristianismo católico, y no del falso
dios del deísmo masónico:
“En los
tiempos antiguos, los masones cristianos eran llamados a actuar de acuerdo con
las costumbres cristianas de cada país donde ellos viajaban. Pero la masonería
existente en todas las naciones, aun de religiones diversas, lleva a que los
masones se adhieran a la religión según las cual todos los hombres están de
acuerdo (dejando a cada hermano sus propias opiniones) (…).
(…)Cualquiera
que sea la religión del hombre o su manera de adorar, no está excluido del
Orden, considerando que él cree en el glorioso arquitecto del cielo y de la
tierra y que él practica los deberes sagrados de la moral. Los masones se unen
a los hombres virtuosos de todas las creencias con el lazo sólido y agradable
del amor fraternal, que les enseña a ver los errores de la humanidad con
compasión y esforzarse por la pureza de su propia conducta, de demostrar la
alta superioridad de la fe particular que ellos profesen”.
La Reforma cristiana católica para evitar los
cismas y herejías de siglos anteriores (XIV y XV), en el siglo XVI no pudo
evitar otra ruptura herética contra la unidad trinitaria de la Iglesia de
Cristo, que lleva a fin, el que fue sacerdote agustino católico, el teólogo
alemán Martín Lutero (1483-1546), que da lugar a las iglesias heréticas de la
reforma protestante, y posteriormente, a la primero cismática y luego herética,
Iglesia Anglicana. Esta nueva ruptura de la unidad del Cristianismo católico,
vino a ser utilizada por los enemigos del mismo, que estaban en las nuevas
potencias enemigas del Imperio Español, Inglaterra, Francia, Holanda... Es en
dos de ellas, Inglaterra, el Reino Unido y Francia, donde surge la Masonería
Moderna como instrumento de poder que se utiliza para destruir a la Iglesia
Católica en Europa y América.
Es en el siglo XVIII, cuando comienza una nueva
forma de poder universalista anticristiano católico, que llega hasta el siglo
XXI perfectamente diseñado por las ideologías controladas por el poder de la
Jerarquía Iluminista masónica y las grandes multinacionales y finanzas del
poder sinárquico u oligárquico. Estamos ya en el Nuevo Orden Mundial (NOM). Los
documentos historiográficos fundacionales del NOM, siguen aplicándose en el
siglo XXI. Y son lo que siguen:
En Londres (Inglaterra) por 1723, Las Constituciones de Anderson, o, Constitución de los franc-masones,
constituyen el punto de partida doctrinario e ideológico de la nueva Masonería
especulativa, esotérico-sincretista. Su autor, cómo no, fue un protestante, el
escocés James Anderson (1679-1739) pastor cristiano calvinista. Las elaboró
para desvincularse de la secular tradición cristiano católica en cuanto a la
forma de trabajar profesional, social y económicamente la auténtica de la Edad
Media, la Masonería Operativa y externalizada.
Otro documento historiográfico, de aplicación en
la España del siglo XIX, para intentar restablecer el fracasado régimen liberal
de la I República (1873-1874), y luego para imponer por la fuerza el régimen
reformista de cariz jacobino, bolchevique- soviético, socialista y comunista,
de la también masónica y anticatólica II República Española (1931-1936), son
las Máximas de la Masonería Egipciana de
1823-1824. Y no sólo sus postulados masónicos se aplicaron a las dos fracasadas
y guerracivilistas repúblicas, sino que también llegan a España con la Constitución Española de 1978, de la
mano de los gobiernos neosocialistas y neoliberales de la democracia monárquico-
parlamentaria del Reino de España.
II
Veamos algunos ejemplos textuales de las Máximas de la Masonería Egipciana, que, se contextualizan tanto
en el tiempo del que fue el rey felón y traidor a España y al proyecto de dominio del liberalismo franc-masónico
anticatólico, el Borbón absolutista Fernando VII (1784-1833), como en los tiempos
posteriores de los siglos XX y XXI. Una revolución amoral de ingeniería
sociopolítico-masónica del neolaicismo del régimen liberal con sus revoluciones
guerracivilistas, también se ajusta a lo que ha sucedido y sucede en la actual
situación de crisis total en la que se encuentra España en la primera década del
Siglo XXI por parte del neosocialismo y el neoliberalismo, que se concreta en
leyes intervencionistas que han pervertido la Constitución Española de 1978, porque atentan contra las libertades
públicas, contra los Derechos Humanos, como el derecho a la vida, a la libertad
de conciencia y religión o a la libertad de enseñanza, en éste último caso, con
la discriminación y degradación, para destruir la identidad cristiana católica
de la sociedad civil, de la enseñanza pública de la Religión y Moral Católica,
con laicistas leyes gemelas como la LOGSE y la LOE de los neosocialistas, y la LOMCE
de los neoliberales:
“Siendo
probable que el sistema constitucional no pueda prevalecer en España por ahora,
mediante las superiores fuerzas militares que los tiranos de Europa han
introducido en ella, y también la connivencia de los españoles realistas y
esfuerzos con que el clero han cambiado de aspecto del sistema político, el
orden masónico deberá sostener con todos sus fondos y fuerzas físicas y morales
a los periodistas extranjeros, cuidando de que se les suministren con
abundancia socorros pecuniarios, a fin de que sostengan la fuerza moral de la
opinión republicana, mientras se dispone y dirige a la física para el
sacudimiento general de España. Éstas serán las dos bases primordiales de todas
las logias, sostener y aumentar la fuerza moral de la revolución y preparar por
todos los medios excogitables la física.
Todos
los fondos disponibles del orden en Europa y América pertenecientes a las
logias egipcianas estarán dispuestos para cuando, con orden expresa del Gran
Oriente de España, se exijan (…).
(…)
Promoverán
toda suerte de opiniones para que se formen diversos partidos, se animarán a
todos ellos con el objeto de sacarles todos sus secretos, los enconarán en
términos de hacerlos irreconciliables (….).
(…)
Siendo
los conventos e iglesias de España, las escuelas y muros antimasónicos más
terribles, y no pudiéndose engañar al
supersticioso Fernando para que les declare la guerra viva que les ha promovido
y apetece nuestra Orden(y de que acaban de salir tan victoriosas por sus
disposiciones), se cambiará de táctica en esta parte, atacándolas
insensiblemente por medio de los incendios, los cuales se harán recaer sobre
aquellas de más concurrencia y celebridad, para disminuir a los fanáticos el
incentivo de sus beaterías y supersticiones, que no ya no será fácil
reedificarles.
Serán
las primeras, por ejemplo, las de los llamados jesuitas, antiguos e implacables
enemigos de la Masonería; los templos más famosos en que son más activas y
estimulantes la institución cristiana y frecuencia de sacramentos, y, por este
orden, las escuelas de Cristo, bóvedas y oratorios filipenses. El fuego se ha
de disponer según la gran receta y
secreto anunciado hace poco tiempo (….).
(…)
(…) Los
fondos públicos y de particulares serán invadidos, las alhajas de todas las
iglesias quedarán ocupadas y extraídas, y los conventos regulares de ambos
sexos, catedrales y parroquias sufrirán la misma suerte. Por ahora y mientras
dure la revolución, no habrá en ellos culto público, y sus ministros serán
todos fusilados, como también los realistas más decididos.
Cuando
hayamos logrado que el sacudimiento sea general se llamará a la Nación a que se
arme en masa para defender su independencia (…)
De este
modo lograremos una aptitud imponente, que haciéndonos respetables a Europa,
nos ponga en disposición de establecer con seguridad el gobierno institucional
o popular, que es el más análogo con las luces del siglo y que podrá coadyuvar
a la libertad del género humano según nuestras máximas y principios, reducidos
a que no haya a sus tiempo déspotas ni
altares en todo el mundo”.
Otro texto historiográfico son Los Protocolos de los Sabios de Sión de
1903. Surgió en el siglo XIX, y forman un conjunto de máximas o enseñanzas de
la masonería, que en sus máximas textuales nos desvelan que los principios de
la Revolución Francesa, “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, que son principios
y valores cristianos católicos de las naciones de Europa, en manos de las
terribles revoluciones laicistas, fueron vaciados de su fundamento moral, para transformarse en el fin que justificaba
los medios de la fuerza, la violencia, el terror de la ley del más fuerte.
Gobernar por la violencia y el terrorismo de estado, pues, la ley, el derecho,
es la fuerza, la violencia, el terror.
“La
política no tiene nada de común con la moral. El gobierno que se deja guiar por
la moral, no es político y por consecuencia, su poder es frágil. El que quiere
reinar debe recurrir a la astucia y a la hipocresía. Las grandes cualidades
morales, la sinceridad y la honradez son vicios en la política, porque arrojan
a los reyes de sus tronos, con más facilidad que el enemigo más poderoso.
Estas
cualidades deben ser los atributos de los reinos cristianos, pero nosotros no
debemos tomarlas como guías.
(…)
Hemos
sido nosotros los primeros, que hemos lanzado al pueblo las palabras,
<>:palabras repetidas tantas veces
en lo sucesivo, que no han sido empleadas más que para destruir las prosperidad
del mundo, la verdadera libertad individual, en otros tiempos tan bien
garantizada contra la tiranía de la masa.
Hombres
que se creían inteligentes, no han sabido encontrar el sentido oculto en estas
palabras, no han visto la contradicción que en ellas se encerraba, no han
comprendido que no hay igualdad en la naturaleza, que no puede haber libertad,
que la naturaleza misma ha establecido la desigualdad en los espíritus, en los
caracteres, en las inteligencias; estos hombres no han comprendido que la masa
es una fuerza ciega; que los arribistas que ella escoge para gobernarla, son
tan ciegos como ella misma; que el iniciado, aunque sea tonto, puede gobernar,
en tanto que la masa de los no iniciados, aunque llena de genios, no entiende
de política.
(…)
Nosotros
nos presentaremos ante el obrero, como los libertadores de este yugo,
proponiéndole su entrada en esto ejércitos socialistas, anarquistas y comunistas,
que sostenemos constantemente, bajo pretexto de solidaridad entre los miembros
de nuestra masonería.
(…)
Recordar
la revolución francesa, a la que nosotros hemos dado el nombre de
<>; los secretos de su preparación nos son bien conocidos,
porque toda ella salió de nuestras manos.
Desde
entonces, nosotros llevamos al pueblo de decepción en decepción, con el fin de
que renuncie, en provecho <.
(…)
Cansaremos
tanto a los cristianos, de esta libertad que <>.
(…)
En una
palabra, para resumir nuestro sistema coercitivo sobre los países cristianos de
Europa, haremos ver nuestra fuerza, la daremos a conocer por medio de
atentados, o sea, por el terror.
(…)
<>. Cada uno de ellos mina por su lado, los últimos recursos del
poder, y se esfuerza en derribar todo lo que aún permanece en pie”.
III
El NOM es una elaboración de las ideologías
controladas por la Masonería, las ideologías nacidas en los siglos XVIII, XIX y
XX, el liberalismo, el socialismo, el comunismo, emplearon el laicismo masónico
para combatir y destruir a quien era y es su enemigo en los espacios públicos
de la cultura y de la enseñanza, que preconiza la justicia y de la verdad en la
sociedad del bien común, y no de los intereses de poder: la Iglesia Católica.
En el Siglo XXI, todas las mencionadas
ideologías coinciden en la neomarxista y neoliberal ideología de género, arma
mediático-política que controla el Nuevo Orden Mundial que ya es una de las
estructuras de dominio global de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) junto
al foro mundial secreto del poder sinárquico u oligárquico del llamado Club
Bilderberg, surgido en 1954, siglo XX. En éste siglo como en el XXI, se ha
puesto en marcha la revolución global del NOM, del Nuevo Orden Mundial o nomunacionalismo
globalizado del relativismo laicista y la ideología de género.
La Masonería globalizada en el siglo XXI,
continúa reactivando el laicismo deísta, ecológico-panteísta y relativista,
luciferino y satánico, contra el Cristianismo Católico. Lo hace desde los
medios de poder de las ideologías que están en los distintos poderes de las
democracias de Occidente, y como era y es su estrategia antigua,
introduciéndose en las instituciones cristianas católicas, para destruir a la
Iglesia Católica, la milenaria institución histórica más sólida de la Historia,
porque su fuerza se sostiene en la unidad espiritual de Cristo, bajo la
autoridad espiritual y universal del Papa junto a los obispos, cardenales y
sacerdotes en comunión fraterna con los laicos.
Ejemplos de esa intromisión para controlar y
destruir el poder espiritual universal de la misión evangelizadora de la
Iglesia Católica, lo tenemos en los Estados Unidos donde ha ido en aumento la
apostasía, más que la disidencia de 20 colegios y universidades católicas.
Según un último informe del año 2014 de la institución independiente que
analiza la enseñanza católica, Cardinal
Newman Society,
los colegios y universidades han apostatado de lo que indica la Conferencia
Episcopal a las escuelas y universidades, a los hospitales, a las organizaciones
caritativas, a los medios de comunicación y a otras instituciones católicas: "no
deben homenajear a aquellos que abiertamente desafían nuestros principios
morales fundamentales", como tampoco aquellos que presentan "plataformas
políticas en las cuales se sugiere el apoyo a estas acciones", con
reconocimientos, premios, invitaciones u honores.
Así se han invitado a conferencias o a los actos
de graduación, y hasta se han dado doctorados honoris causa, a políticos o
personalidades, que para mayor desfachatez se atreven a considerarse católicos,
defienden el aborto, el falso matrimonio homosexual, los abortistas pseudo-derechos
reproductivos de las mujeres, o bien, a teólogos de la neomarxista teología de
la liberación, que mantienen proposiciones heréticas sobre la divinidad de
Cristo.
Han desobedecido el documento Catholics in Political Life(2004)(Los Católicos en la Vida Política) de la Conferencia Episcopal
Norteamericana, que se fundamenta en la Constitución Apostólica del papa San
Juan Pablo II, Ex Corde Ecclesiae(1990).
En las primeras décadas del siglo XXI, el
Cristianismo Católico, en Occidente, y no hablemos de las persecuciones del
islamismo terrorista en Asia y África, en Occidente, la Unión Europea, al igual
que América, con el olvido de su identidad histórica cristiana, siguen
padeciendo las persecuciones mediático- políticas contra los valores de los
Derechos Humanos.
Son ataques del neolaicismo masónico, bien esotéricos,
es decir, ocultos, pero también exotéricos, es decir, descarados y directos que
emplean, desde las estructuras de los estados que gobiernan, el neoliberalismo,
el neosocialismo o el neocomunismo, por medio de métodos de injusticia global
como es el economicismo de la exclusión de los más débiles y necesitados a
través de la contracultura de la muerte, que se viene diseñando con la
revolución global del Nuevo Orden Mundial basada en una economía controlada por
el Fondo Monetario Internacional(FMI)y el Banco Mundial de las Naciones
Unidas(ONU), cuyas políticas financieras y comerciales se acompañan de la
ideología de género: contra los más débiles e indefensos, el aborto y la
eutanasia que provoca el hundimiento demográfico y legaliza la muerte por
sinrazones de rentabilidad y gestión socio-económica; denigración del matrimonio
natural hombre y mujer; educación ideológica, afectivo-comprensiva y no
integral; imposición de las orientaciones seudosexuales del homosexualismo, el
feminismo radical, el lesbianismo y el transexualismo contra la sexualidad
natural que se fundamenta en el amor complementario y de recíproca
responsabilidad, mujer y hombre.
El control del neolaicismo masónico, deísta,
pagano, ecológico-panteísta, relativista, profiloislámico teocrático
terrorista, luciferino o satánico, en
Europa o América, extiende sus redes mediático-contraculturales en los
gobiernos neoliberales, neosocialistas o neocomunistas, e incluso, como en los
siglos XVIII, XIX y XX, en los parlamentos de las democracias de Occidente, en
las multinacionales, en los grupos financieros y comerciales internacionales,
y, por supuesto en algunas instituciones
sociales, educativas, sanitarias y culturales de la Iglesia Católica.