La identidad esencial de España.

La identidad esencial de España como Patria, Nación y Estado se fundamenta como una unidad histórica en sí misma pero en relación con la diversidad de sus regiones, que, desde la Constitución Española de 1978, se integraron en el llamado Estado de las Autonomías.

Camino ya de cuarenta años de democracia fallida, las autonomías, y más en concreto las ya no autonomías según la Constitución Española, que desde 1978 han estado controladas por los nacionalismos secesionistas y terroristas(las que deberían, ser y ya no son, la Ex-Comunidad Autónoma de Vascongadas y la Ex-Comunidad Autónoma de Cataluña) o bien, las comunidades autónomas que ni son ni dejan de ser tales por aspirar en sus estatutos, también inconstitucionales, a las competencias excesivas debidas a los tiránicos e insolidarios privilegios de los de los nacionalismos secesionistas y terroristas, es el caso de la Comunidad Autónoma de Andalucía, han degenerado en micro-estados de democracias autocráticas.

La identidad esencial de España, se fundamenta en la unidad dentro de la pluralidad y la diversidad de sus regiones, la unidad histórica que configura la unidad del ser y el existir como Patria, Nación y Estado. Las regiones son parte consubstancial de España porque provienen, proceden de ella, a través de un largo proceso histórico de generaciones de españoles que han propiciado que la identidad esencial en la unidad histórica, resulte de un todo, de un conjunto de regiones integrantes que es España.

España no es una unidad accidental o circunstancial de micro-estados que han fabricado las ensoñaciones rupturistas, mitológicas por antihistóricas de los nacionalismos secesionistas y terroristas con el permiso de las ideologías partidocráticas de la izquierda y la derecha, cuyo objetivo es la desintegración de la unidad y la identidad esencial de España en la Historia Universal.

La histórica unidad del ser y el existir de España como Patria, Nación y Estado, no debe permitirse fracturarse en diecisiete microestados demo-autocráticos según los tiempos antihistóricos y los espacios antihistóricos de los nacionalismos secesionistas y terroristas, cuyos fines son la destrucción de la continuidad histórica de siglos y siglos de verdadera unidad.