El Santo Padre, Juan Pablo II (1920- 2005), no lo hubiera admitido ni su sucesor el Santo Padre Benedicto XVI, de breve pontificado (2005-2013), Papa Emérito, que renunciaría para sucederle el Papa Francisco, perteneciente a la Compañía de Jesús. Los dos primeros sufrieron el terror de los nacionalismos totalitarios, y constataron, sobre todo Juan Pablo II en su largo papado, cómo la Iglesia Católica en el Siglo XX, fue perseguida por los nacionalismos totalitarios de izquierdas y derechas, de socialistas, comunistas, nazis y fascistas, y por la dictadura del relativismo del Siglo XXI de la que también participan los nacionalismos secesionistas con o sin el terrorismo. De igual manera, el Santo Padre Francisco ha padecido la negra experiencia de las ideologías de izquierdas y derechas, además de la neomarxista teología de la liberación, en su nación Argentina y en toda Hispanoamérica, que, en los siglos XX y XXI han tratado de vaciar y destruir el sentido y el valor histórico de lo que significa la identidad histórica, la unidad de la Patria en la diversidad de encuentros culturales, espirituales y políticos:
…Ser fieles a nuestra misiónes cuidar este "rescoldo" del corazón, cuidarlo de las cenizas tramposas del olvido o de la presunción de creer que nuestra Patria, nuestra Ciudad y nuestra familia no tienen historia o la han comenzado con nosotros.[1]
La Iglesia Católica, nunca debió permitir en España que los nacionalismos secesionistas y terroristas vasco-etarra y catalanista, desde finales del Siglo XIX y luego en los siglos XX y XXI, controlaran y formaran un clero nacionalista independentista, porque lo han instrumentalizado como un arma político-religiosa para idolatrar a los nacionalismos secesionistas y al terrorismo vasco-etarra con el fin de denigrar la dignidad y la memoria de las víctimas del mismo, y de paso provocar una desafección y un alejamiento de la práctica y del compromiso eclesial de los ciudadanos vascos y catalanes.
Ahora que en el Siglo XXI, en los tiempos de crisis integral que sufre España, de nuevo los nacionalismos secesionistas y terroristas, insisten en alcanzar la independencia, la Iglesia Católica, el Vaticano, ha de evitar la presencia y el apoyo a los mismos por una parte de un clero y unos seglares nacionalistas secesionistas y antieclesiales, tanto en Vascongadas como en Cataluña, porque el historial de utilización e instrumentalización política ya dura demasiado tiempo, desde finales del Siglo XIX hasta ahora el Siglo XXI, y la destrucción moral y evangélica ha sido tal en los epicentros totalitarios de losindependentismos nacionalistas catalanista y vasco-etarra-terrorista, que ha dañado la vitalidad secular cristiana católica de esas dos regiones o comunidades autónomas del Reino de España. La unidad y la identidad histórica de España, va unida a la de la Iglesia Católica. A la vez, la unidad de la Iglesia Católica en España es consustancial con la única unidad universal de la Iglesia de Cristo, que es Santa y Católica, que es Una y Apostólica. Los nacionalismos secesionistas y terroristas, no tienen cabida en ella.
Los nacionalismos secesionistas y terroristas en España, nunca han aceptado la Doctrina Social de la Iglesia Católica desde que se recopila y define a mediados del Siglo XIX, como respuesta a las injusticias y desigualdades provocadas por el capitalismo radical- liberal dela Revolución Industrial, prueba de ello, es que han aprobado las legislaciones laicistas anticatólicas como la neoliberal y neomarxista ideología de género, que destruyen el centro histórico-antropológico de las sociedades, que es la familia basada en el matrimonio hombre y mujer, al equipararlo con el gaymonio, al permitir la adopción de menores por parte del homosexualismo y el lesbianismo, y al permitir el aborto o la eutanasia. Y en cuanto al terrorismo, los documentos eclesiales como el de la Instrucción Pastoral: Valoración moral del terrorismo en España del año 2002 [2] , de la Iglesia Católica, en Roma y en España, son tajantes en su pleno rechazo porque atentan contra el derecho fundamental a la vida, ya que utilizan el odio cainita al prójimo para incumplir el quinto mandamiento de la Ley Natural que son los Diez Mandamientos de la Ley de Dios: ¡No matarás!
(…)
(Extractos del ensayo, El expolio de España por los nacionalismos secesionistas y terroristas)
[1] Papa Francisco, "Educar en la cultura del encuentro: Disertación, Asociación Cristiana de Empresarios,
Septiembre de 1999", y, "Somos un pueblo con vocación de grandeza", en Bergoglio, Jorge M., El
verdadero poder es el SERVICIO, Editorial Claretiana, Madrid, 2013, p.76; ps 104-107.
[2] Conferencia Episcopal Española, Instrucción Pastoral: Valoración moral del terrorismo en España, Madrid, Noviembre de 2002, en www.conferenciaepiscopal.es.