Los usurpadores de la identidad histórica de Europa, los ideólogos del relativismo y el eclecticismo multiculturalista, anticristiano y filoislámico, han convencido a las autoridades del Principado de Andorra[1], las han convencido porque ellas se han dejado por razones de intereses monetarios, para que en las monedas de euros que van a emitir no aparezca el símbolo del Cristianismo Católico, Cristo como Pantocrátor: Dios Padre, Soberano de todo y Creador, Todopoderoso.
El Pantocrátor, es el símbolo de Cristo, Cristo nimbado o coronado, Juez universal, Cristo en Majestad, sedente y bendiciendo con la mano diestra, mientras sostiene con la mano izquierda las Sagradas Escrituras. El símbolo del Pantocrátor se sitúa dentro de una círculo oval o mandorla en forma de almendra, el universo, y es el símbolo más relevante en la pintura mural al fresco de la arquitectura del movimiento artístico y religioso cultural del Románico (antes lo fue del arte Bizantino) que se extiende por la Europa occidental desde el Siglo XI hasta casi el Siglo XIII, en la Edad Media.
El Románico es la primera manifestación artística de Europa que surge en Francia con la Orden monástica benedictina de Cluny a través de sus monasterios y de las peregrinaciones como la del Camino de Santiago. La Orden de Cluny, difusora de la cultura y del arte románico, lleva a cabo la reforma de la Iglesia Católica que junto a la reforma gregoriana del benedictino Papa Gregorio VII (1020-1085), consigue la separación del poder religioso del poder político, al hacer que la Iglesia Católica recupere su independencia y libertad frente al poder de los señores feudales y reyes, los poderes laicos que lograron y lograrían tantas veces controlar al poder espiritual de Roma en Europa.
Europa permanecía unida en la Universitas christiana iniciada por el franco Emperador Carlomagno (742-814) que vinculaba y sostenía en la fe y la unidad política a los pueblos europeos hasta la segunda mitad del Siglo XIII, que es cuando desaparece por la aparición de un sustituto, el aglutinante político del nacionalismo, la concepción del sentido de nación bajo las monarquías territoriales. Europa se dividirá en distintas nacionalidades que marcarán su Historia, a pesar de que en el Siglo XVI el Emperador Carlos I de España y V de Alemania (1500-1558), intentaría recuperar la idea imperial de Universitas christiana, para mantener al Sacro Imperio Romano Germánico en la unidad cultural, religiosa y político territorial.
A través del arte románico, principalmente, se transmite el símbolo de la Cruz y al Resucitado, el símbolo del Pantocrátor, que es Cristo, el símbolo que da unidad e identidad espiritual, cultural y política a Europa, pero también la herencia cultural del arte romano, del arte del Imperio Romano, de ahí su nombre de arte románico. Cristo como el símbolo de la fe de la Iglesia Católica, la Iglesia de Cristo, es la unidad histórica entre el Cristianismo y la comunidad de las naciones de Europa, donde los dos mutuamente se reconocen para posibilitar la unidad y la identidad espiritual y política.
La Historia de Europa es traidoramente olvidada por la Comisión Europea, por los europolíticos de una Unión Europea de intereses ideológicos y economicistas, que, rechazan la inscripción en las monedas del euro del símbolo de la unidad y la identidad histórica del Cristianismo Católico y de Europa, e instan a las autoridades política y religiosa del Principado de Andorra, a sustituirla por una ambigua referencia arquitectónico patrimonial del arte románico de Andorra, la torre campanario circular, sin la Cruz, de la pequeña iglesia prerrománica de Santa Coloma en Andorra la Vella(Siglo XI), porque según ellos, la imagen del símbolo de la fe de la unidad del Cristianismo y de la identidad de Europa, el Pantocrátor, Jesucristo:
“podía incomodar a los ciudadanos europeos usuarios de los euros que tienen una religión distinta.”
La imagen de la torre campanario elegida para las monedas, es más una imagen de reclamo patrimonial arquitectónico-turístico que no expresión palpable del arte religioso románico, porque, está desmochada, la torre carece de la Cruz así como de campanas.
El caso es que el Gobierno de Andorra, como todos los gobiernos de la Euro-Unión Europea, ha tomado la decisión de eliminar la imagen del símbolo del Pantocrátor y la sustituye por una imagen de diseño ambiguo y de reclamo turístico arquitectónico:
“…para no romper el principio de neutralidad en materia de creencias religiosas”
Esta es la cobarde actitud de los miembros euroburocratizados de la Unión Europea que refleja que no son europeos, al no reconocer lo que significa en la Historia de Occidente el Cristianismo Católico, el Cristianismo en sus diversidades confesionales derivadas de las disputas políticas y religiosas de Europa que rompieron la unidad de la Iglesia Católica, y con ello, la identidad de Europa, pero que continúan unidos en Jesucristo, Pantocrátor.
Con estas y otras artimañas actúan los euromiembros de la Unión Europea, que, a duras penas, y sin ningún compromiso firme, han condenado las persecuciones y los miles de mártires cristianos asesinados en Asia, Oriente Medio y África, por parte de los fundamentalismos terroristas del hinduismo y el islamismo. Perseguidos y asesinados con armas que proceden de los gobiernos de las naciones europeas que comercian con ellas para abastecer los regímenes teocráticos del fundamentalismo islámico.
La razón de ello, es por la misma que el desprecio al símbolo del Cristo-Pantocrátor en las monedas del euro: el miedo al fundamentalismo terrorista islámico con el que se nos obliga a cohabitar en Europa y se le consiente sus totalitarios crímenes contra los Derechos Humanos en Asia, Oriente Medio y África, donde el Cristianismo nace siete siglos antes que el islam, el cual, se dedicó a destruirlo desde que aparece en la Península de Arabia en el Siglo VII d.C.
La Euro-Unión Europea quiere asegurarse la rentabilidad de los intereses financieros y económicos del euro no sólo en el secular católico Principado de Andorra, sino sobre todo en los continentes donde las teocracias islámicas controlan al fundamental recurso del petróleo, sin el cual en el planeta tierra no funcionarían los mercados libres o controlados por los gobiernos democráticos o antidemocráticos.
La Unión Europea, prefiere los signos o imágenes sin apenas o difusa identidad histórica, como los del Principado de Andorra, que, además de acuñar y emitir monedas con una ambigua imagen del descruzado campanario de la iglesia prerrománica de Santa Coloma, podrá hacerlo con otras imágenes, como la ecologista y propia de la fauna del Principado, el rebeco; o de la arquitectura civil, como la solariega Casa de la Vall de 1580(Sede del Consell General de les Valls d´Andorra); o bien, la más histórica, como es la del escudo de armas de cuatro cuarteles del Principado de Andorra, donde, no aparece la Cruz, pero sí el báculo y la mitra de oro en campo rojo del Obispo Príncipe de la Seo de Urgel; tres palos o barras de gules en campo de oro, como armas del Condado de Foix; cuatro palos o barras de gules en campo de oro, como armas de la Corona de Aragón; y por último, dos vacas de gules en palo, astadas, acollaradas, clarinadas y uñadas en azur en campo de oro, como armas del Vizcondado de Bearn(Francia). En la base del secular escudo acuartelado, tiene el lema en Latín:Virtus Unita Fortior. Si hubieran seguido el inequívoco sentido histórico del lema, las autoridades andorranas, habrían logrado la presencia legítima, por su identidad histórica cristiana, del símbolo del Pantocrátor en las monedas del euro: La virtud unida es más fuerte. La virtud nada tiene que ver con el valor monetario y crematístico del dinero, sino con los valores morales y éticos que nos comprometen con Dios y el ser humano.
Andorra, como España, desde la Romanización y Cristianización, ha sido cristiana católica. No fue mancillada por la invasión islámica de Hispania en el año 711. Se libró de ello, como Asturias, donde se inicia la Reconquista. Desde finales del siglo XIII, el Obispo de la Diócesis de La Seu d´ Urgel y el Conde de Foix, deciden terminar con los conflictos territoriales y firman un convenio para compartir la soberanía de Andorra, que más tarde se realiza con la Corona de Francia y luego con el Presidente de la República Francesa. Andorra es un Coprincipado Parlamentario con dos jefes de Estado, el Obispo Príncipe y el Presidente de la República Francesa.
Hace ya mucho tiempo que la Euro-Unión Europea ha tomado el camino del suicidio cultural, espiritual y político, al rechazar el símbolo de la unidad y la identidad de fe e historia de Europa en el Cristianismo, y preferir las amputaciones pseudohistóricas de la misma y el olvido de su verdadera Historia con el relativismo permisivo del multiculturalismo o de las sectas como el fundamentalismo islámico terrorista; o el escapismo ecologista, tal, el ecologismo idolátrico y neopagano a la madre naturaleza; o la sumisión idolátrica al pansexualismo de la ideología del género del arco iris y de la ecléctica secta universalista de la Nueva Era; o bien, la sumisión idolátrica al escapismo en los fenómenos astronómicos de las auroras boreales por internet del proyecto europeo GLORIA(Red Global de Telescopios Robóticos), que, para colmo, en la oficialmente luterana pero multiculturalista Noruega, se les ha levantado una catedral, la catedral luterana de las Luces del Norte, la catedral de la Aurora Boreal, en la ciudad de Alta, a quinientos kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico.
Noruega fue cristiana católica entre el año 1000 y 1537, tras la Reforma de la Iglesia Católica, que dio paso a la ruptura de la unidad del Cristianismo católico de Europa y la aparición de las heréticas iglesias protestantes.
El sistema político de Noruega es el de una monarquía parlamentaria constitucional y democrática. Actualmente la mayoría de los noruegos son de confesión evangélica luterana, cuya Iglesia Nacional Protestante no está separada del Estado, aunque la Constitución de Noruega desde 1964 permite ejercer el derecho a la libertad religiosa y de culto.
Si bien esta catedral luterana de fachada con revestimiento de titanio para reflejar las reverberaciones luminosas de las auroras boreales, conserva por fuera y por dentro la simbología cristiana, con la Cruz sobre una torre de campanario de cuarenta y siete metros de altura, y en el interior la imagen de Cristo, de un Cristo con los brazos abiertos en forma de Cruz, su intencionalidad primaria y funcional, es la de buscar una fusión cosmogónico panteísta entre una comunidad espiritual ecológico-luterana y la madre naturaleza del Polo Ártico: las altas, estrechas y verticales ventanas, pero sobre todo, una grandiosa claraboya, dejan que entren las luces de las auroras boreales sobre la pared por detrás del altar, el altar que debe estar siempre consagrado a Cristo eucarístico, al Cristo crucificado y resucitado: Jesucristo, Pantocrátor.
Diego Quiñones Estévez.