Con la castración traidora de la Historia de España y de Europa, que han ejecutado las partidocracias del neoliberalismo, el neosocialismo y el neocomunismo, y ya no digamos las de los neonacionalismos secesionistas y terroristas, muchos de los que malviven en esta Anti-España de crisis total, desconocen la razón de ser de la quiebra de la identidad histórica en la que se encuentra España, debido a sus irresponsabilidades.
Y uno de esos desconocimientos y falseamientos históricos, es la razón del asalto, toma, apropiación y posesión de una parte de nuestro territorio histórico patrio-nacional, de nuestra soberanía: el Peñón de Gibraltar, colonia británica desde el Tratado de Utrecht (1713), plaza militar del imperio británico y base naval geoestratégica, inexpugnable, hasta la II Guerra Mundial(1939-1945), y desde el Siglo XX hasta ahora el Siglo XXI, reconvertida en narcocolonia y paraíso fiscal del blanqueo de capitales y el contrabando.
Con los datos historiográficos en la mano, la pérdida del Peñón de Gibraltar se contextualiza en la guerra civil y europea, la Guerra de Sucesión Española(1702-1714), por el Trono de España, tras la muerte del último rey de la Dinastía de los Habsburgo, de la Casa de Austria, el Rey Carlos II (1661-1700). El pretendiente al mismo era el Archiduque Carlos de la Casa de Austria (1685-1740), que se enfrentó al Rey Felipe V (1683-1746) de la Casa de Borbón cuando éste ya había subido al trono de España. Felipe V, Duque D´ Anjou y nieto por parte paterna del monarca francés, el Rey Sol, Luis XIV (1638-1715), que en el testamento de Carlos II, figuraba como su sucesor al trono de España.
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En cuanto subió al trono, Felipe V, sustituyó, por el conde de Palma, al último virrey del Principado de Cataluña, que fue nombrado por Carlos II, el cual luego, en 1704, participaría en el asalto, toma y robo del Peñón de Gibraltar junto a los aliados holandeses y británicos y tropas catalano-españolas austracistas, el militar alemán, el Príncipe de Hesse-Darmstadt(1669-1705). Virrey desde 1698 a 1701, fue expulsado de Cataluña por ser proaustracista y pariente del emperador de Austria Leopoldo I (1658-1705),el cual nunca aceptó renunciar a la herencia de la monarquía española tras la muerte de Carlos II, como tampoco lo aceptaron sus hijos y herederos, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, José I (1687-1711) y el Archiduque Carlos de Austria, Carlos III. Durante la Guerra de Sucesión Española, el Príncipe de Hesse-Darmstadt, fue comandante del ejército austríaco y gobernador de Gibraltar en 1704, año de la invasión y toma del Peñón. Moriría en 1705 en Barcelona cuando combatía con las tropas de la armada naval aliada anglo-holandesa y catalano-españolas habsburgo-austracistas a los franco- catalano -españoles borbones felipistas en el asedio y conquista momentánea de la Ciudad Condal. El Archiduque Carlos de Austria, Carlos III, juraría las Constituciones Catalanas y las disposiciones jurídicas, comerciales ytributarias que pactó el Principado de Cataluña en las Cortes catalanes con Felipe V (….)
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El fin de la Guerra de Sucesión Española, comenzó a fraguarse unos años antes, tras la muerte del emperador de Austria José I en 1711, cuando Inglaterra se percata de que su hermano el Archiduque Carlos iba a concentrar un gran poder político, al ser el heredero del imperio austríaco y español, y también porque el Archiduque Carlos, renunciaba al trono español al convertirse en el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos VI de Austria. Inglaterra se retiró de lacoalición aliada habsburgo-austracista para facilitar el comienzo de las negociaciones de paz, que acaban en 1713 con el Tratado de Utrecht.
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Así termina la Guerra de la Sucesión Española en Europa, pero no en España, que continúa, como una guerra civil más de nuestra milenaria Historia, en su núcleo principal, la Corona de Aragón, y más en concreto en el Principado de Cataluña y en el reino de Valencia, hasta 1714.
La rendición de los austracistas en la Corona de Aragón, que estaban muy divididos, siguió varias etapas[1]: primero fue el reino de Valencia, tras la batalla de Almansa en 1707; después la del reino de Aragón; y por último el Principado de Cataluña y las islas Baleares, cuando ya la Guerra de Sucesión Española se había cerrado con el Tratado de Utrecht. Las consecuencias, fueronlos decretos de Nueva Planta.
El sistema de gobierno de Felipe V, fue el de sustituir el absolutismo monárquico por el despotismo ilustrado monárquico, aunque su centralismo administrativo absolutista se quedó en meros intentos. Como mucho, en los decretos de Nueva Planta, salvo los fueros de Vasconia, abolió los fueros privativos tanto del reino Valencia como del reino de Aragón y del Principado de Cataluña. De este modo, trataba de igualar en cuanto a leyes, instituciones e impuestos la Corona de Aragón con la Corona de Castilla[2]. La Corona de Aragón, aceptó y ratificó al rey Borbón Felipe V.
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Una de las ofensivas entre los bandos contendientes, las del bando de los aliados habsburgo- austracistas y el bando franco español de los borbones felipistas, tuvo lugar en la zona del Estrecho de Gibraltar en 1704. Las armadas navales de Holanda e Inglaterra se apoderan del Peñón de Gibraltar, junto a tropas catalano-españolas austracistas. Aquíse encontraba el militar alemán, el ex- virrey del Principado de Cataluña, el Príncipe de Hesse-Darmstadt, con un batallón de soldados catalano-españoles y las tropas aliadas. Según cuentan las crónicas, fueron las tropas catalano-españolas las que primero pisaron el Peñón de Gibraltar por la costa este, por La Caleta (luego conocida como Catalán Bay, unos dicen que como recuerdo de la toma de Gibraltar por las tropas catalono-españolas austracistas y sus aliados, y otros por los catalanes que se asentaron en esa zona en el Siglo XIX cuando huían de las tropas de Napoleón Bonaparte en la Guerra de la Independencia (1808-1814)).
Éstas tropas catalano-españolas austracistas y sus aliados anglo-holandeses, de unos 1.800 hombres, fueron las que permitieronla posteriorentrada de sus aliados, entre ellos a los británicos al mando del pirata- almirante, Sir George Rooke(1650-1709 ). Tras varios días de lucha con unas fortificaciones defensivas obsoletas y unos 100 cañones en su mayoría inútiles, el 4 de agosto se rindió una escuálida guarnición de alrededor de 500 hombres al mando de la cual estaba el gobernador de Gibraltar, don Diego de Salinas. Apenas pusieron resistencia a una potentísima armada anglo-holandesa con 61 buques de guerra, 25.000 marineros, 9.000 infantes y una dotación de 4.000 cañones. Entre estas tropas se encontraban, como hemos apuntado, las catalano-españolas austracistas.
Narran las crónicas que el Príncipe de Hesse-Darmstadt, izó sobre el Peñón la bandera del Archiduque Carlos de Austria, sin embargo el pirata- almirante británico la retiró, pisoteó y afrentó para luego reemplazarla por la bandera de la Unión Jack, la bandera del Reino Unido. De este modo, traicionó a sus aliados, alos catalano-españolesaustracistas y al católico Archiduque Carlos III, en nombre del cual tendría que haber tomado al Peñón de Gibraltar bajo su soberanía y no bajo la soberanía de la anglicana reina anticatólica, pero de padres católicos conversos, Ana Estuardo de Inglaterra, Irlanda y Escocia (1665-1714).
Estas tropas catalano-españolas austracistas y sus aliados, bajo el mando del ex -virrey del Principado de Cataluña, el Príncipe de Hesse-Darmstadt, asaltan, toman, invaden y se dejan luego robar por los ingleses el Peñón de Gibraltar. Vinieron a rendirse ante la evidencia y la prepotencia de Inglaterra, como luego, también se rindieron en 1714 ante la acometida final del ejército franco- catalano-español del Borbón Felipe V, el cual, no actúo como los ingleses, sino que a los habsburgo- austracistas catalano- valenciano españoles, los convenció con razones económicas, comerciales y tributarias, para que se insertaran de nuevo en las instituciones de la monarquía española.
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La indignante pérdida en 1704 de una parte de nuestro histórico territorio nacional, de nuestra soberanía, el Peñón de Gibraltar, se debió a la guerra civil y europea, la Guerra de Sucesión Española. Quienes la protagonizaron, los absburgo-austracistas catalano- valenciano- españoles enfrentados contra los franco- catalano- valenciano-españoles borbónicos felipistas , se movieron más por razones de intereses comerciales y económicos, de impuestosy tributos, y no, como señalan algunos historiadores, y falsifica el mitológico historicismo historiográfico de los nacionalismos secesionistas y terroristas, por el altruismo patriótico de luchar y defender a Cataluña, a Valencia, a Aragón, y menos a toda España.
(Extracto del artículo-ensayo, Razones económicas y políticas en la pérdida de Gibraltar en 2004).
[1]Domínguez Ortiz, Antonio, "El cambio dinástico y la ilustración", en España. Tres milenios de Historia, Edic., Marcial Pons, Madrid, 2003, p. 206, Cap. VIII.
[2]Ibídem, ps 207-208, Cap. VIII.