El Nuevo Orden Mundial (NOM): el nomunacionalismo.

Pero ahora en el Siglo XXI, se ha sustituido el Nuevo Orden Económico Internacional por otra nomenclatura ideológico intervencionista e internacional de las potencias político-económicas del planeta, y junto a ellas, de las que ahora se llaman naciones en desarrollo sostenible o emergentes, antes en subdesarrollo, para el control ya no sólo de la macroeconomía del planeta Tierra, sino también de la microeconomía de las naciones y de la vida familiar, de la vida íntima personal de los seres humanos: es el Nuevo Orden Mundial (NOM), al que podríamos ya denominar como el nomunacionalismo.

El nomunacionalismo del Nuevo Orden Mundial de la ONU, remonta sus orígenes hacia finales del Siglo XX, cuando se empezaron a falsificar y demoler los derechos y deberes naturales proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Se realizó por medio de políticas neocolonialistas fundamentadas en una ideología sexual híbrida nacida del liberalismo radical feminista y luego asimilada por el socialismo y el comunismo, que la proyecta como una revolución político-sexual de la lucha entre la clase sexualde feministas, homosexuales, gays, travestidos, transexuales, heterosexuales masculinos o femeninos o bisexuales contra la clase heterosexual propiamente dicha, contra lo que los ideólogos de la ideología de género califican, despectivamente, familia tradicional o patriarcal: es la neoliberal y neomarxista ideología de género, basada en la construcción ideológica de variadas tendencias psicosexuales.

El neoliberalismo radical capitalista y el neormarxismo fracasado en sus revoluciones genocidas y sanguinarias de las clases sociales para alcanzar la utópica dictadura del proletariado socialista-comunista, se han unido para alcanzar un mismo fin, la nomunacionalización del individualismo y del colectivismo, a través del control de las pulsiones sexuales o instintivo- sexuales, convertidas ahora por las grandes potencias mundiales, en instrumentos de lucha para la liberación, progreso y desarrollo sostenible de las que antes se llamaban naciones pobres del Tercer Mundo, subdesarrolladas o en vías de desarrollo de Asia, África, Sudamérica, Centro América y Oceanía, y que ahora se llaman naciones emergentes o naciones pobres en proceso de desarrollo para ser emergentes.

El Nuevo Orden Mundial, o nomunacionalismo, se impulsa e impone desde las estructuras organizativas de la ONU como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) a través de las políticas neocolonialistas de las potencias político-económicas mundiales que son las que sostienen con sus aportaciones monetarias la anquilosada macroestructura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El principal promotor es Estados Unidos y las naciones de la Unión Europea, entre ellas, España, la anti-España de las ideologías neosocialista y neoliberal en el poder, cuyas ayudas al desarrollo sostenible basadas en la ideología de género se concentran en la desintegración de la identidad histórica de Hispanoamérica. A las potencias político-económicas se añaden las naciones emergentes de la nueva situación económica internacional, las que el grupo financiero y bancario norteamericano Goldman Sachs (GS) en el año 2003 denominó como BRIC, que son las futuras cuatro potencias formadas por las naciones emergentes que corresponden a las iniciales de Brasil, Rusia, India y China. Luegoha surgido el grupo que sigue más distanciado al anterior formado por las naciones VISTA: Vietnam, Indonesia, Sudáfrica, Turquía y Argentina.

Al contrario que las potencias político-económicas occidentales, en crisis y hundimiento demográfico y cultural, las naciones emergentes están superpobladas, muchas de ellas tienen grandes dimensiones geográficas y son ricas en materias primas y en multiseculares identidades culturales y espirituales. Y aunque sus economías se encuentran más intervenidas por el estado, sin embargo han seguido el modelo de la economía del libre mercado de las economías occidentales. Esto mismo han llevado a término las otras naciones en vías de desarrollo emergente del Sudeste Asiático y de las naciones conocidas como los "cuatro pequeños dragones": Hong Kong, Taiwán, Singapur y Corea del Sur.

Las economías de las naciones emergentes son más dinámicas que las economías en crisis de Europa o Estados Unidos. El Fondo Monetario Internacional (FIM), señala que son las economías de las naciones emergentes las que más influyen en el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial[1]. En concreto el PIB de China crecerá un 8,2%en el año 2013, y un 8,5% en 2014. En otras dos naciones emergentes punteras como la India, el PIB crecerá el 5,9%, y en Brasil, lo hará en un 3,5% en el 2013.

En cambio en las antes y aún naciones influyentes de la economía mundial, ahora naciones en crisis, lo que crece es la deuda pública bruta[2].

Estados Unidos, alcanzará al 110,4%. La mayor deuda pública bruta es deJapón, con una cifra del 233,1% sobre el PIB para el año 2014. España, y otras nueve naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), llegaránal más del 100%: España superará el 103% del PIB en el año 2014; Grecia, un 189,2%; Portugal e Italia, por encima del 140%; Irlanda, sobre126,4%; Islandia, el 124,4%; Francia el 116,3%; Reino Unido, un 113%; Bélgica al 104,5 %. Por debajo están: Alemania y Países Bajos que superarán un 85%; Finlandia sobre un 70%. Entre las naciones de la OCDE de la Unión Europea con niveles relativamente bajos de endeudamiento tenemos a Dinamarca, con un 58,4%, Suecia,con un 52,7%, y de manera notoria, Luxemburgo, con un 32%.

En cambio, en las naciones más pobres del planeta, naciones todavía en dudoso desarrollo sostenible, el PIB, el valor de los bienes y servicios que se produce en un año, si ya es en las naciones industrializadas e informatizadas no es un indicador preciso para calibrarnos el crecimiento económico y el bienestar de las personas, en las emergentes o en las más pobres y en proceso de desarrollo, por su situación de pobreza y miseria, lo es todavía más. Podemos traer como ejemplo[3], las diez naciones más pobres del mundo en el año 2011, que se encuentran en África. La demás pobreza era Zimbabwe cuyo PIB per cápita en dólares era de 187, y el décimo, Chad, de 1.331. El índice de desarrollo del primero era del 0,14%, y en el décimo lugar, Mali, que era del 0,309%.

Mientras Chile, Uruguay y Panamá, actualmente, son las naciones emergentes más ricas de Hispanoamérica, la nación más pobre es Haití seguida de Nicaragua y Honduras[4]. Haití forma parte de las veinte naciones más pobres del mundo, con un PIB de 1.358 dólares per cápita. Si se compara con Chile, vemos una gran diferencia, pues, Chile tiene un PIB de 19.475 dólares per cápita, siendo el promedio de toda Hispanoamérica de 12.818 dólares per cápita.

Desde los últimos decenios del Siglo XX, no se ha cumplido la medida aprobada por la ONU de aportar a las naciones en desarrollo y más empobrecidas, el 0,7% del PIB de las naciones más desarrolladas en políticas económicas y de derechos y deberes humanos, constitucionales y democráticos, en especial las potencias occidentales. Ni dicha ayuda al desarrollo, como tampoco otras a las que en el año 2011 se comprometieron dar a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Adelantados[5]:

a) Los países donantes que destinan más del 0,20% de su PNB a la AOD para los países menos adelantados: seguirán haciéndolo y se esforzarán al máximo por incrementar aún más la AOD que destinan a los países menos adelantados.

b) Otros países donantes que han alcanzado la meta del 0,15%: se comprometen a alcanzar prontamente el 0,20%.

c) Todos los demás países donantes, que se han comprometido a alcanzar la meta del 0,15%: reafirman su compromiso y se obligan a alcanzar la meta para 2015 o hacer todo lo posible por acelerar su empeño por alcanzar la meta.

Desde 1990, la prosperidad del bienestar del materialismo científico-tecnológico, consumista y hedonista que experimentan las naciones ricas no ha tenido efectos sobre las naciones más pobres, por su rácana generosidad,ya que, el ingreso per cápita de los ricos ha aumentado un promedio de más de seis mil dólares, en tanto que la ayuda per cápita anual que destinan al mundo más pobre, ha disminuido en dos dólares.[6]

La Organización de Naciones Unidas(ONU)[7] sigue la estrategia del nomunacionalismo del Nuevo Orden Mundial(NOM), según la cual, para que los programas de cooperación al desarrollo sostenible en las naciones más pobres o en las emergentes, sean eficaces y repercutan en la paz, la seguridad, la libertad, el bienestar colectivo y en el compromiso global de sus gobiernos en la construcción de sociedades democráticas fundamentadas en los Derechos Humanos, en el estado de derecho y en el derecho de conservar la naturaleza para luchar contra el cambio climático, deben priorizar, en la aplicación de los programas, la igualdad de la ideología de género, la igualdad entre los géneros y el empoderamiento y emancipación de la mujer:

88. La igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer y de la niña, son cuestiones fundamentales para el logro de mejores resultados en la esfera del desarrollo, incluidos los objetivos de desarrollo internacionalmente acordados y los

Objetivos de Desarrollo del Milenio.

(…)

La igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer son de importancia crucial para poder avanzar hacia el desarrollo social y humano y la erradicación de la pobreza en los países menos adelantados.

En estas naciones más pobres, por menos desarrolladas, como en las emergentes, se aplica la nomunacionalización del Nuevo Orden Mundial (NOM) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), centrado en la aplicación del híbrido psicosexual de la ideología de género que es un constructo de las decadentes sociedades del bienestar del materialismo hedonista y consumista en crisis. Su obsesivo y prioritario objetivo es el anacrónico y maltusiano control de la natalidad mundial que debe alcanzar de lleno a las antiguas naciones en vías de desarrollo, las antes naciones en subdesarrollo del Tercer Mundo, colonizadas hasta la II Guerra Mundial (1939-1945), ahora llamadas emergentes, ya sean naciones plenamente emergentes o naciones pobres en desarrollo sostenible en proceso de ser emergentes.

El obsesivo y prioritario objetivo del nomunacionalismo, viene a ser la sustitución y superación del conflicto global de las tres últimas décadas del Siglo XX, el conflicto Norte/Sur entre la riqueza de las potencias político-económicas de las naciones occidentales(Norte) y la pobreza y el hambre, la miseria y el endeudamiento exterior de las naciones pobres(Sur), esquilmadas y explotadas por las anteriores con la colaboración de sus autócratas dirigentes políticos y las oligarquías corruptas; y también es la sustitución y superación de la Guerra Fría entre los dos imperios mundiales, que no era sino una guerra directa o indirecta por la supremacía mundial, entre el Imperio de Norteamérica y el de las desaparecidas Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas(URSS:1917-1991): imperios que provocaron guerras directas geopolíticas en África, Asia, Sudamérica y Centro América; y guerras indirectas o latentes de propaganda o de la amenaza de un holocausto nuclear de la humanidad por la proliferación y posesión de las letales armas estratégicas nucleares.

El Nuevo Orden Mundial (NOM) de la ONU ha reemplazado estos conflictos internacionales por una ficticia confrontación en todas las naciones del planeta Tierra entre la heterosexualidad y las clases o tendencias ideológico-sexuales del híbrido de la ideología de género, invento del neoliberalismo y del neomarxismo. Más en concreto, el nomunacionalismo pretende hacer desaparecer lo que es el fundamento histórico, económico, ecológico, moral, ético y cultural de la Humanidad: la familia basada en el matrimonio mujer y hombre, milenariamente defendida y protegida, como también lo es en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, por la Iglesia Católica, por el Cristianismo Católico, y en menor medida por el islam.

Y decimos en menor medida, porque el islamismo nunca ha aceptado la Declaración Universal de los Derechos Humanos ya que la Sahri´a o ley de Alá, en el Corán (Siglo VII d.C.), va contra el radicalismo homosexualista y feminista de la ideología de género, pues permite la poligamia, esclaviza a la mujer al hombre, y persigue y castiga con la pena de muerte a la homosexualidad, al adulterio, igual que hace con la apostasía.

Aunque las naciones islámicas tienen su propia Declaración de Derechos Humanos en el Islam promulgada en la XIX Conferencia Islámica del Cairo en 1990,en ella lo que impera es ley islámica, y no distingue el ámbito religioso del jurídico.

Difícil lo tiene la Organización de Naciones Unidas(ONU) en las naciones islámicas, superpobladas y exportadoras de invasoras masas de emigraciónhacia las potencias político-económicas, para imponer el nomunacionalismo del Nuevo Orden Mundial, para imponerel híbrido psicosexual ideológico, mezcla de las diversas orientaciones o tendencias psicosexuales de la ideología de género, además de por lo dicho arriba, porque la materia prima que mueve la economía y las finanzas de las potencias económicas occidentales, es el oro negro del petróleo y de los petrodólares o petroeuros, que en buena parte dependen de las naciones islámicas, y también porque imponerlo sería incentivar aún más las acciones sanguinarias del terrorismo islámico internacional.

La imposición e invasión de la ideología de género en las naciones emergentes y de las más pobres del planeta, sigue pero invierte el modelo teórico del historiador en economía, el norteamericano Walt Whitman Rostow(1916-2003), asesor de los presidentes Jhon Fitzgerald Kennedy(1916-1963) y Lyndon Baines Jhonson(1908-1973), que en su obra principal The Stages of economic growth: Las etapas del crecimiento económico(1960)[8] señalaba que el subdesarrollo es una etapa natural y transitoria hacia el desarrollo, y éste es el acceso al modelo de sociedad con altos niveles de consumo en masa, propio de las naciones más industrializadas.

El subdesarrollo, según, Walt Whitman Rostow,es consecuencia del abandono y la desidia, y para desterrarlo, las naciones subdesarrolladas, ahora llamadas emergentes o naciones más pobres en desarrollo sostenible, han de seguir el mismo camino que el de las naciones democráticas industrializadas e informatizadas, sobredesarrolladas por el progreso del bienestar social materialista-consumista. Este camino requiere de unos medios necesarios, que, ha remodelado el Nuevo Orden Mundial (ONM), pero colocando como prioritario, al híbrido íncubo de la ideología de género:

Lo primero es la instauración en todas las legislaciones de la ideología de género (el aborto y la anticoncepción familiar como control neomaltusiano de la población mundial y de la lucha contra el cambio climático[9]; el homosexualismo y la homofobia, el lesbianismo, la transexualidad, la bisexualidad, la heterosexualidad masculina o femenina, y el feminismo radical). Una vez incrustada en los legalismos anti-iusnaturalistas por los aparatos del intervencionismo estatalista, se vaticina que se podrá conseguir, además, de la perversión, la subversión y la falsificación de los deberes y derechos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos(1948): la difusión de la ciencia y la tecnología; la industrialización e informatización; la formación de expertos dirigentes; la urbanización y la renovación tecnológica; la lucha contra el cambio climático, el ecologismo y el economicismo sostenible del libre mercado controlado por las potencias político-económicas a través de las multinacionales y entidades financieras; el consumismo y el materialismo del bienestar social; la sostenibilidad y condonación[10] de la deuda externa a través de títulos de deuda soberana como los bonos en moneda nacional o indexados al PIB, o bien a los precios de las materias primas o a las exportaciones para evitar la inflación, pero también para fortalecer el sistema financiero internacional, en manos de las potencias político-económicas; la militarización de la economía y la política para favorecer la industria armamentística de las potencias económico-políticas como Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, Alemania, Irán, Canadá, Australia, India, Corea del Sur, Brasil, Arabia Saudí, España, Japón o Israel; la promoción e invasión de comportamientos contraculturales y socioeconómicos por medio del multiculturalismo relativista, que acabará difuminando y destruyendo las identidades histórico- espirituales milenarias y seculares de las naciones emergentes y más pobres e indefensas.

¡Eh aquí el Nuevo Orden Mundial (NOM), el nomunacionalismo del Siglo XXI de la Organización de Naciones Unidas (ONU)!