La otra crisis: Suicidio progresista

Aquí en Valencia estamos sufriendo el desgobierno de un tripartito que se cree legitimado para derogar y legislar lo que le venga en gana. Si la semana pasada ninguneó a cientos de maestros de Religión de la escuela pública, dejándoles con unos contratos basura que rozan el salario mínimo, ahora se atreve a promulgar una ley que permite a los niños iniciar el tratamiento de cambio de sexo sin el conocimiento ni el consentimiento de sus progenitores. ¿Acaso la señora Mónica Oltra y sus compinches saben mejor que sus padres lo que a un niño le conviene? ¿Tendrán la desfachatez de pensar que aman más y mejor a los infantes que sus propias familias?
    Y ahí no ha quedado la cosa, pues piensan derogar la Ley de protección a la mujer, la llamada Red Madre, que ofrece ayuda y protección a las mujeres que, pese a las dificultades, desean traer una nueva vida a este mundo.
    En la Comunidad Valenciana ya mueren más personas que las que nacen y su gobierno, que se autoproclama progresista, insiste en promover e instaurar la cultura de la muerte: promueve los cambios de sexo; con su correspondiente infertilidad; y elimina todas las ayudas para las madres embarazadas. Ahora sólo les falta sacar otra ley de "muerte digna" que enmascare el suicidio asistido y obligatorio para todos aquellos ancianos y enfermos que se consideren, o les consideren, una carga para sus familiares. ¡Qué poca vergüenza! Pero bien, es lo que nos merecemos, lo que hemos votado.
    A ver si en las próximas elecciones, escarmentados por la tiranía progresista y cultivados en el buen obrar y el bien pensar, podemos elegir a otros políticos que sí tengan sentido común y amplitud de miras. ¿Y que sean del Partido Popular? Pues casi va a ser que no. ¿No creen?