La otra crisis: Laicismo impaciente

   Quizá esperaban que tras las elecciones del 20 de diciembre del pasado año un gobierno progresista derogara de forma inmediata la ley educativa del señor Rajoy y por eso no movieron ficha. Nadie les podría echar en cara ilegalidad alguna y un sectarismo que vendría dado por el gobierno central, con una nueva ley educativa la mar de progresista.

    La jugada no salió como esperaban, pero aguardaron al resultado de las segundas elecciones, las del 26 de junio. Y no, más incertidumbre aún y serias dificultades para que los "partidos del cambio" empezaran a gobernar para cambiarlo todo, lo bueno y lo malo.

    Como la paciencia todo lo alcanza, esperaron con prudencia el resultado fallido de la investidura de Mariano Rajoy y el paso decidido de Pedro Sánchez para pactar con todos los partidos progresistas. Pero visto lo visto, la indecisión de unos y otros, se han quitado la careta y han tomado a destiempo la iniciativa laicista primigenia…

    Así es, pues la Consejería de Educación de la Comunidad Valenciana ha decidido acabar con la asignatura de Religión en los colegios públicos. El pasado 2 de septiembre, de forma unilateral, ha mandado reagrupar a los alumnos que cursan Religión en un mismo curso en los centros de dos o más líneas. De ese modo, maestros que tenían jornada completa pasan a tener de forma automática media jornada. Y la cosa no acaba ahí, pues este desajuste horario también supone la reestructuración de las plantillas y destinos. Y claro, como la decisión ha sido a la desesperada, para evitar que la asignatura de Religión disfrute de otro año tranquilo, el curso ha empezado sin tiempo para colocar a cada maestro en su puesto de trabajo.

    Desde la Consejería de Educación afirman que desean el bien de la asignatura, de los alumnos que la cursan y que van a despedir a un número muy reducido de maestros. Pero la verdad es que van a matar dos pájaros de un tiro: Al imponer la media jornada se ahorran las indemnizaciones por despido y siembran el desconcierto y el malestar en este colectivo docente. Porque, ¿qué pasará con aquellos maestros que necesiten una nómina completa para sacar adelante a los suyos y que encima no van a recibir indemnización alguna? ¿Qué pretende la Consejería con esa decisión sectaria y laicista?

    El gobierno progresista valenciano piensa que la solución a todos los problemas educativos está en acabar con los centros privados y con la asignatura de Religión. Sí, y mientras tanto son más de mil doscientos los maestros de la pública que están de baja nada más comenzar el curso… Sin comentarios.