os valencianos somos unos privilegiados, pues nuestros partidos “progresistas” sí que llegaron a un rápido y permanente acuerdo de gobierno tras las pasadas elecciones autonómicas. Y los frutos de ese “progreso” ya se están dejando ver en la mejora de la calidad educativa de nuestros centros escolares.
Alguno pensará que esa mejora se deberá a la futura cancelación de los conciertos económicos a los colegios que han optado por la educación diferenciada. Otros deducirán que ese avance en la calidad educativa se va a lograr si se reduce o se excluye del horario lectivo el área de religión. Otros más lúcidos llegarán a la conclusión de que la culpa del fracaso escolar que nos asfixia la tienen todos los colegios privados concertados y que para “progresar” hay que apostar de forma exclusiva por la escuela pública, en valenciano y laicista, sin que importe para nada la elección libre que las familias hacen un año tras otro.
Pues resulta que todos ellos están más que equivocados, ya que la Consejería de Educación, con el señor Vicent Marzà a la cabeza, ha descubierto la auténtica piedra filosofal, la solución definitiva para que la calidad educativa en los centros valencianos destaque en el mundo entero. A alguna mente lúcida del Consell se le ha ocurrido que esta solución está en un documento que deben firmar todos los docentes, ya trabajen en la enseñanza pública o en la privada.
Así es. Todos los docentes; y las docentes, para no discriminar y evitar comparaciones sexistas más que odiosas; tienen que firmar un documento donde asegurarán que no han cometido delito sexual alguno. Pero claro, como hoy en día hay poca gente de fiar y la palabra de uno vale poco, con la firma de ese documento también autorizarán a la Consejería para que investigue sus antecedentes penales en el registro de delitos sexuales.
Uno, que es maestro desde hace más de veinte años, se ha sentido agredido por esa total desconfianza. La Consejería de Educación ha vulnerado nuestra presunción de inocencia y ya veremos qué pasa con aquellos docentes que se nieguen a firmar esa claudicación de su dignidad.
Uno se pregunta cuál será el paso siguiente para “mejorar” el nivel educativo aquí en Valencia. Quizá sea la instalación de cámaras de vídeo en cada una de las aulas, con la excusa de que tener un pasado impoluto no basta, pues también los peores criminales lo tuvieron algún día años ha.
Los valencianos estamos de suerte y todos los españoles lo estarán en breve si los partidos “progresistas” llegan a un acuerdo y se hacen con el Gobierno. Y que viva la verdad y la libertad, por supuesto.