Que se sepa, ninguna nave extraterrestre con vida inteligente ha llegado a nuestro mundo y encima con un único fin: imponer su justicia universal en este país aún llamado España. Por eso, cuando repiten por activa o por pasiva, venga a cuento o no, que “nosotros no somos como ellos”, uno se pregunta si los miembros de determinados partidos políticos “progresistas” vienen de otro mundo o son la reencarnación de Adán y Eva antes de cometer el pecado original.
Su insistencia es más que cansina y muestra un claro desconocimiento de la condición humana. Lo quieran o no, todos estamos hechos de la misma pasta, todos somos capaces de hacer la barbaridad más gorda que uno se pueda imaginar. Y el que se crea un ser superior a los demás, incorrupto e incorruptible, ha de temer un próximo y gran batacazo si no cambia de actitud.
Está de moda eso de tener asesores políticos y no estaría de más que alguno de ellos se encargara de analizar a diario el comportamiento ético de los políticos electos, su urbanidad y buenos modales, y hasta el trato que ofrecen a las personas que no piensan como ellos. Les guste o no, el modelo a imitar puso el listón muy alto: tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros, amarlos como a nosotros mismos y hasta estimar a los que nos odian. El día que alguno de nosotros consiga poner en práctica estas máximas, sí que podría afirmar eso de que “yo no soy como ellos”. Vamos ya, que se hace camino al andar y largo es el camino. ¿No crees?