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Jesús Asensi Vendrell::
La otra crisis: Una inmersión ficticia y selectiva |
La otra crisis: Una inmersión ficticia y selectivaThu, 25 Feb 2016 13:28:00
En más de una comunidad autónoma disfrutan de dos idiomas oficiales. Sus escolares, además de esos dos, han de dominar el inglés y una segunda lengua extranjera. Y si sus familias vienen de otro país no hispanoparlante, practicarán en casa su propia lengua materna. O sea, que cuando salgan con el título de Secundaria bajo el brazo serán capaces de expresarse, es un suponer, en cinco idiomas. Según esto, estarían más que preparados para viajar por el mundo, trabajar en una multinacional, ejercer de intérpretes y de traductores…
Pero resulta que algunas comunidades han optado por la inmersión lingüística y en sus colegios todas las áreas se imparten en el idioma oficial vernáculo. Una inmersión que, en algunas ocasiones, no coincide con la lengua materna de los discentes y que es excluida por completo de la vida escolar. Después vendrán las quejas por su falta de integración, por formar “grupitos” excluyentes. Unas quejas que no serían tales si se tuviera en cuenta que a estos niños foráneos se les está exigiendo, en la mayoría de los casos, por encima de sus posibilidades.
La inmersión lingüística escolar obligatoria que no tiene en cuenta la lengua materna de su alumnado está condenada al fracaso. Sólo una minoría será capaz de dominar cuatro o cinco idiomas cuando acaben la enseñanza obligatoria. La inmensa mayoría los chapurreará sin dominar ninguno, incapaces también de leer y escribir en su propia lengua si en sus casas no existe inquietud formativa alguna.
Lo queramos o no, vivimos en un mundo globalizado y en un país que es el destino definitivo de un número de inmigrantes que va en aumento. Por eso, el deseo de que la lengua minoritaria propia de una comunidad sea el exclusivo vehículo de comunicación es una utopía. Hasta las mismas personas empeñadas en esta odisea lingüística son conscientes de ello. En ocasiones, a la hora de mostrar públicamente el resultado de esta política de inmersión, han de seleccionar a los alumnos participantes, no sin pesar, claro está.
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