El autoproclamado candidato Pablo Iglesias ha puesto como condición innegociable para pactar con Pedro Sánchez la realización de un referéndum nacionalista en Cataluña. Todo parece indicar que está más que convencido de que los catalanes tienen pleno derecho a decidir si seguir en España o no.
Y uno se pregunta si Pablo Iglesias se cree esta imposición propuesta a los socialistas o si es una mera excusa para conseguir que se repitan las elecciones. Y se lo pregunta incrédulo porque ese derecho a decidir que les ofrece a los catalanes, se lo niega a las familias a la hora de elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos: pública o privada, con o sin clase de religión.
El señor Pablo Iglesias quiere imponer “su derecho a decidir” a todas las familias, poniendo por delante su ideología y usurpando el derecho primigenio que los padres poseen de educar a sus hijos según sus creencias. ¿Será posible que Pablo Iglesias se atreva a insinuar que él desea más y mejor el bien de los niños que sus propios padres? ¿Tratará acaso de convencernos de que ese derecho a la educación de la prole lo tiene “papá estado”?