Otra vez han rasgado sus vestiduras y se han movilizado para pedir a las familias que dejen de apuntar a sus hijos a religión. Y todo porque en el nuevo currículo de esta asignatura, confeccionado por la Conferencia Episcopal, algunas oraciones aparecen mencionadas en el apartado de contenidos.
¿Qué pensarían ustedes si alguna persona se manifestara en contra del área de literatura porque en el currículo aparece como contenido La canción del pirata de José de Espronceda? Y es que los escandalizados no pueden olvidar que la asignatura de religión es voluntaria, que la eligen las familias que lo deseen, y que en la mayoría de sus hogares se reza a diario de forma natural.
Durante más de doce años he impartido el área de religión, tanto en colegios públicos como privados, y siempre empecé y terminé mis clases con una breve oración. Eso sí, a principio de curso remarcaba a mis alumnos que nadie estaba obligado a rezar conmigo y jamás llamé la atención a ninguno de ellos por no hacerlo. Y es que en el fondo, esas personas que se han escandalizado son incapaces de ver más allá de su pensamiento único; el que está en posesión de la única verdad, la suya; y no entienden que las familias ejerzan la libertad que por derecho les corresponde.