Donald
Trump ha revocado la norma que instauró al final de su legislatura
Barack Obama, que permitía a los alumnos transexuales poder elegir el
baño opuesto a su sexo. La polémica medida,
que propició un agrio debate en la sociedad estadounidense, daba
libertad en las escuelas a este colectivo para ir al lavabo o vestuario
en función del género con el que supuestamente se identificaran, algo
que disgustó a los republicanos en su momento y gran
parte de la sociedad y que la actual Administración acaba de anular.
Esta
decisión ha querido ser explotada por algunos sectores como una nueva
nueva batalla contra el polémico presidente. Contra él se han levantado
voces de congresistas del Partido
Demócrata e importantes grupos de presión, como Human Rights Campaign,
asociación que impulsó la legalización del matrimonio homosexual en
Estados Unidos y que consideró “vergonzosa” la decisión de Trump.
El Departamento de Justicia y el de Educación envió una carta a las escuelas públicas del país para notificarles que el
Gobierno había decidido suspender la anterior directiva debido a la
confusión que había creado a nivel local por los diversos litigios que
enfrentaba en diferentes cortes del país.
En
su misiva, los dos departamentos consideran que “debe tenerse
debidamente en cuenta el papel de los estados y los distritos escolares
en el establecimiento de la política educativa”.
En ese sentido, el fiscal general, Jeff Sessions, argumentó en un
comunicado que el acceso de los estudiantes transexuales a los baños y
vestuarios que coinciden con su supuesta identidad de género es un
asunto sobre el que deben decidir los distritos escolares
y los gobiernos locales, no el Gobierno federal. De esta forma, el
Gobierno Trump se puso del lado de los estados gobernados por
republicanos que aseguraban que Obama se excedió en su poder al
proclamar una norma que, aunque no tenía rango de ley, amenazaba
con arrebatar fondos federales a las escuelas que no permitieran a los
alumnos usar los baños de su elección.
Sin la norma de Obama, ahora
las entidades locales tendrán libertad para proclamar
sus propias leyes y determinar si los estudiantes pueden o no usar los
baños que deseen de acuerdo con el supuesto género con el que se
identifiquen, en vez de en consonancia con el sexo natural de nacimiento.
El
Gobierno de Trump ha defendido que su decisión sobre los transexuales
obedece al respeto del mandatario por los derechos de los estados, pero
organizaciones como Human Rights Campaign
consideran que este “cruel ataque” a los niños mostraría el “desprecio”
del nuevo presidente al homosexualismo político.