CAMINEO.INFO.- El legado del dictador cubano Fidel Castro, quien murió el viernes pasado a los 90 años después de casi cinco décadas de gobierno, tiene una de las
tasas de aborto más altas en el mundo y es un
empobrecido estado policial condenado por organizaciones como «Amnistía Internacional» y «Human Rights Watch» por sus violaciones a los derechos humanos.
Castro, quien dirigió el derrocamiento del presidente cubano Fulgencio Batista en 1959, ha sido denominado por algunos como un «icono revolucionario», «el último comunista romántico», pero incluso este tipo de publicaciones de izquierda ocultan cándidamente el «lado oscuro» de su revolución que incluye «ejecuciones, presos políticos, vigilancia y censura».
Christopher Sabatini, experto de la Universidad de Columbia en Cuba señaló: «Seamos honestos: este fue un régimen que cuando llegó al poder alineó a sus oponentes y los fusiló».
Los partidarios del gobierno de Batista fueron «enviados ante los tribunales sumarios y al menos 582 fueron fusilados por pelotones de ejecución», señaló en el diario Independent , añadiendo que «las estimaciones de ejecuciones bajo los 58 años de dictadura de Castro se cuentan por miles, a través de juicios injustos, encarcelamientos arbitrarios y ejecuciones extrajudiciales».
«Cuando Castro estableció su «sistema de partido único», los periódicos independientes fueron cerrados y homosexuales, sacerdotes y otros considerados como una amenaza fueron conducidos a campos de trabajo para la reeducación», informó. Se calcula que más de 1 millón de cubanos huyeron del país en «balsas y se arriesgaron a ahogarse para huir de la pobreza, ante el estancamiento y una sensación de claustrofobia que era más culpa de Castro que del embargo estadounidense».
«El estado de la libertad de expresión en Cuba , donde los activistas siguen haciendo frente a la detención y el acoso por pronunciarse contra el gobierno, es el más oscuro legado del dictador», declaró Erika Guevara-Rosas de Amnistía Internacional.
José Miguel Vivanco, el director para América de Human Rights Watch, condenó también el legado del dictador fallecido. «El régimen draconiano de Castro y los severos castigos que aplicó a los disidentes mantuvieron su sistema represivo firmemente enraizado durante décadas».
Esa represión ha continuado bajo Raúl Castro, quien asumió como presidente en 2008 debido a la salud de su hermano mayor.
«Muchas de las tácticas abusivas desarrolladas durante su tiempo en el poder –incluida la vigilancia, palizas, detenciones arbitrarias y actos públicos de repudio— todavía son utilizados por el gobierno cubano», hace notar un comunicado de HRW publicado el 26 de de noviembre de este año.
Aborto y crisis moral
La brutalidad del régimen comunista se ha hecho evidente en la tasa de aborto de Cuba, que está entre las más altas del mundo, y la más alta entre los estados miembros de la ONU, de acuerdo con los datos registrados por Johnston Archive en el 2015. El aborto es gratuito en Cuba y disponible bajo demanda, aunque las niñas menores de 16 años deben tener el consentimiento de sus padres o tutores.
«La razón principal por la que la tasa de abortos en Cuba es tan alta es porque su gobierno tiránico ha sido comunista durante casi seis décadas, y los comunistas no se preocupan por la vida humana, sino sólo por su revolución asesina», señaló Adolfo Cañasteda, director de la División Hispana de Human Life International.
«Recordemos que el marxismo no ve a la persona individual como ser humano dotada de dignidad intrínseca sino simplemente como un engranaje en una gran máquina controlada por el Estado», dijo Cañasteda a LifeSiteNews en un correo electrónico.
InterPressNews Service informó en 2013 de que tres veces el número de niñas adolescentes cubanas abortan a sus hijos en comparación con las llevan a término su embarazo, y que «muchas embarazadas de 15 a 19 años de edad ya han tenido uno o más abortos en función de sus antecedentes médicos».
Cañasteda confirmó que «el aborto es usado como una forma de control de la natalidad, a pesar del hecho de los métodos anticonceptivos abundan, pero no los medicamentos reales, ya que el sistema de salud [cubano] está en ruinas. El gobierno usa sus médicos mal pagados en el extranjero como herramienta de propaganda. Es una gran mentira».
Por otra parte, «la tiranía de Cuba se enorgullece hipócritamente de tener una baja tasa de mortalidad infantil», pero eso se debe a que «abortan en gran número a los bebés no nacidos que sospechan que tienen defectos de nacimiento». Debido a su baja tasa de natalidad, Cuba se enfrenta a una crisis demográfica, que Business Insider señala que es «generalmente considerado un problema de los países ricos», pero en este caso, las personas creen que no pueden permitirse los niños, y «los cubanos están saliendo del país en manada».
Castañeda está de acuerdo en «la difícil situación económica la ha causado la propia tiranía» y llama a no creer en medios seculares que no dicen la verdad y echan la culpa al llamado «Embargo». Para él, «es la pérdida de valores morales lo que hace que la gente caiga en el terrible pecado del aborto». Los cubanos «han perdido sus valores debido a la incesante propaganda comunista y sus horribles programas de educación sexual que perturban las mentes y los corazones de los jóvenes», añadió.
Steven Mosher, presidente de Population Research Institute, se hace eco de estas afirmaciones. «Después de medio siglo de comunismo, el nivel de vida de Cuba tan bajo, y su opresión política tan severa, que su gente se ha quedado prácticamente sin esperanza para el futuro», dijo a LifeSiteNews en un correo electrónico.
«Los niños están viviendo, respirando, expresiones de risa de esperanza en el futuro. Un pueblo que tiene pocas esperanzas, como los cubanos, se inclinará a abortar a sus hijos en gran número, en lugar de llevar a los niños a lo que se refieren burlonamente como un “paraíso socialista”», agregó Mosher.
«El gobierno comunista se complace en abortar a los niños no nacidos en gran número, ya que significa que tendrán menos jóvenes cubanos para alimentar, vestir y educar », agregó. «Sin mencionar que, para los ateos comprometidos, el aborto casi califica como una especie de “sacramento oscuro”».