Se ha iniciado en Rimini, Italia, el habitual encuentro convocado por el movimiento Comunión y Liberación” que este año se centra en el más bello y al mismo tiempo más dramático de los temas que existe en estos momentos: el hombre, más precisamente, “el hombre de la emergencia”.
Se trata de abrir una amplia reflexión sobre el hombre en su necesidad de existir como una realidad única e irrepetible, el hombre de la irreductibilidad de su deseo, el hombre que siente que aquello por lo que se define y caracteriza es la libertad. Se recuerda a este propósito que el gran escritor ruso Vasili Grossman, en su libro “Todo fluye” ve resurgir en el alma de su protagonista, que regresa a casa después de 30 años de exilio en Siberia, la sensación de la libertad: Ivan Grigorievic no sorprende que la palabra libertad floreciera en sus labios cuando, aún estudiante, fue recluido en Liberia donde vivió en un estado de emergencia. Esa situación se repite no sólo cuando los sistemas políticos autoritarios amenazan las condiciones básicas de la libertad y la supervivencia, sino también bajo sistemas en los que se garantizan las libertades democráticas y en los cuales se corre el riesgo de ser anestesiado y censurado.
Para los organizadores del Encuentro uno de los mayores males que nuestros jóvenes están viviendo es la debilidad de la voluntad, el debilitamiento del impulso por un ideal. Pero el corazón humano no puede dejar de buscar el significado de la vida aunque se se vea enredado en comportamientos de violencia y de autodestrucción. O, más simple, pierdem el sabor de la vida.
Este estado de emergencia en la que vivimos hoy en día está ante los ojos de todos. Pero en la Reunión no quiere insistir especialmente en lo negativo y dar un grito de alarma, sino más bien en mostrar que en cualquier parte del mundo, ayer y hoy, hay hombres que han encontrado una fortaleza en la chispa de su propio deseo de libertad humana como una necesidad de percibir la realidad.
Lo que se espera de esta Reunión de Rimini es una oportunidad para para experimentar una vida positiva y, sobre todo, verificar que las diferencias en la cultura y las tradiciones no son más que la expresión de las diferentes formas con en que cada hombre y cada pueblo, da respuesta razonable a la necesidad de la verdad y el deseo de sentido que se inscribe en el corazón de cada uno.
El hombre es un misterio, reconoce el Papa
En un mensaje enviado a los participantes de la Reunón, el Papa Francisco afirma que “el poder teme a los hombres que hablan con Dios” y que vivimos «en un mundo siempre más globalizado y virtual, en una sociedad cada vez más secularizada y sin puntos de referencia estables», razones por las cuales el hombre debe «redescubrir su propia misión.
El Santo Padre reconoce que «el hombre es un misterio», que «es vía de la Iglesia porque es la vía recorrida por el mismo Dios», que desde los albores de la humanidad, después del pecado original se pone a la búsqueda del hombre. Y añade que «si no pasamos a través de Cristo» no entenderemos nada del misterio del hombre. O cuando «nos acercaremos a nuestros hermanos» seremos «como aquellos ladrones y brigantes de los cuales nos habla el evangelio».
También el mundo, «el poder económico, político, mediático, tiene necesidad del hombre para perpetuarse e inflarse a si mismo», indica el papa en su reflexión. «Para ello necesita manipular las masas, inducir deseos, borrar lo más precioso que el hombre posee: su relación con Dios. Y precisa: «El poder teme a los hombres que dialogan con Dios, porque los vuelve libres y no asimilables».
Aquí está «la emergencia hombre que el Meeting para la Amistad entre los Pueblos propone este año en el centro de su reflexión: la urgencia de restituir al mismo hombre su altísima dignidad, la unicidad y preciosidad de cada existencia humana, desde la concepción hasta el fin natural de la vida».
Y el Papa asegura que «la Iglesia a la cual Cristo confió su palabra y sacramentos, custodia la esperanza más grande, la posibilidad más auténtica de realización que tiene el hombre, en cualquier latitud y en cualquier tiempo».