Santiago Bohígues: “El descanso de un sacerdote es seguir sirviendo; somos presencia de Cristo en todo momento”
Mon, 18 May 2015 13:50:00
El director del Secretariado de la Comisión Episcopal del Clero de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el sacerdote valenciano Santiago Bohígues, aseguró ayer tarde en Valencia que los sacerdotes “somos presencia de Cristo en todo momento” y que el sacerdote está “al servicio del crecimiento espiritual de los demás”.
A este respecto se refirió “al tiempo de descanso del sacerdote” porque “muchos confunden su ministerio con horarios” y señaló que “un sacerdote no tiene vida propia, su descanso es para seguir sirviendo”.
Bohígues realizó estas afirmaciones ayer tarde en su ponencia en la jornada de clausura del ciclo de conferencias “Diálogos de Teología de Almudí” organizado por la Facultad de Teología de Valencia “San Vicente Ferrer” y la Biblioteca Sacerdotal Almudí, en la que también intervino el obispo de Barbastro-Monzón, monseñor Ángel Pérez.
En su intervención, el director del Secretariado de la Comisión Episcopal del Clero, que trató sobre los frutos del decreto del Conciclio Vaticano II Presbyterorum Ordinis, enumeró los “logros” del documento “que ha sido y sigue siendo luz y guía de la Iglesia actual”.
Entre otros “frutos”, destacó la “renovación sacerdotal” que ha tenido lugar en estos años “tras un gran esfuerzo de renovación y cercanía al mundo”. Así, según el sacerdote valenciano, los presbíteros “debemos caracterizarnos por la apertura, y siendo lo que somos tenemos que saber vivir el aquí y el ahora”. El sacerdote “tiene que salir y estar en medio de su grey; es fundamental el contacto directo del sacerdote con los demás”, expresó.
Igualmente, además de la renovación sacerdotal, citó “la importancia de los laicos que subraya el Concilio y que también se ha trabajado mucho en ello”. En este sentido, señaló que Presbyterorum Ordinis apunta a que “encomienden también confiadamente a los seglares trabajos al servicio de la Iglesia dejándoles libertad y radio de acción”. Según Bohígues, “el laico no es objeto de evangelización sino sujeto de evangelización” y continuó recordando palabras del papa Francisco sobre “la importancia también de la mujer en la Iglesia” al afirmar que “su participación en el ámbito social y eclesial es un reto improrrogable”.
Por contra, entre las “asignaturas pendientes” por desarrollar del decreto conciliar, Bohígues señaló la “falta hoy de sacerdotes con más amor paternal y maternal” porque “la mirada que la gente encuentra cuando va a nuestras parroquias es una mirada amable o desafiante, atrayente o de reproche, de juicio o de misericordia”.
Asimismo, advirtió de la importancia de la oración en la pastoral, y de la necesidad de “madurar mucho en el ser y hacer presbiterio, dado que somos familia, y nos une un sacramento”. Según Bohígues, “debemos ayudarnos a pesar de los matices que tengamos y no permitir grupos cerrados”.
Además, se refirió a la “falta de creatividad” actualmente en algunos sacerdotes, que “están muy puestos para celebrar pero poco puestos para crear nuevas vías de evangelización”.
Monseñor Pérez: “A veces hay preocupación excesiva por el número y la edad de los sacerdotes”
Por su parte, el obispo de Barbastro-Monzón, monseñor Ángel Pérez, pronunció una segunda ponencia de clausura del ciclo bajo el título “El seminario pastoral que emerge del Vaticano II”, según fuentes de la organización.
En su conferencia monseñor Pérez aseguró que “el concilio Vaticano II, lógicamente, nos presenta ante un nuevo modo de estar y de ser pastores en la Iglesia”. Igualmente, añadió que “doctrina tenemos de sobra, lo que importa es que realmente lleguemos a vivir y sentir todo aquello que sabemos”.
Además, manifestó que “el gran problema no está en la identidad del sacerdote sino que no sabemos seguramente como acompasar y armonizar a este joven del siglo XXI, no del siglo XVI, para predisponerlo al encuentro con Jesús”.
Por otro lado, el prelado aseguró que “el pastoreo significa, como muy bien nos decía el papa Francisco, unas veces ir delante, otras detrás y en ocasiones en medio pero siempre junto al rebaño”. Así, destacó que “lo que está en juego, por lo menos así lo intuyo yo, no es descubrir que nos queda mucho por andar sino saber claramente que hoy tenemos que construir hombres recios, creyentes firmes y tenemos que gestar en nuestras casas de formación pastores santos”.
Según monseñor Pérez, “cada uno de nosotros tenemos que ser una única unidad, hombres creyentes, pastores, recios, de buen carácter, cercanos, abiertos, acogedores, creíbles, cerca de nuestro pueblo” y puntualizó que “ no es lo mismo hablar de Dios que hablar desde Él, que llevar al Señor en tu vida y transmitirlo allá donde estés”.
Igualmente, el titular de la diócesis de Barbastro manifestó que “tenemos una deuda grave con las nuevas generaciones y es ayudarles a descubrir y entender que la vocación no es algo exclusivo de sacerdotes o de consagrados”. La vocación “es un verdadero don, un privilegio y una gracia que Dios regala a todo bautizado para que podamos vivir todos con pleno sentido”, afirmó.
Finalmente, aseguró respecto a los sacerdotes, que, “a veces, la preocupación excesiva por el número y la edad nos ha hecho quemar etapas en los procesos y hemos saltado el proyecto educativo que muchas veces ignoramos”, cuando, en realidad, “todo joven hoy necesita los procesos progresivos, graduales y personalizados porque uno no nace sino que se hace”.
