Se
avecina el fin de año 2019 con la nación descabezada, desde lo público, por la
disfunciones del gobierno en funciones.
El
patio político patrio, descrito en artículo anterior, está roto, sin testa y
con testaruda obsesión de una izquierda desorientada, ansiosa por gobernar sin
sostén leal. Brindan al filo y negocian, al margen del ordenamiento jurídico
vigente, con inconstitucionalistas, pretendiendo hacerlo, dicen y hacen, desde
la Constitución sin romperse, sin ruborizarse, sin fruncirse, ni inmutarse,
colmados de la trituradora relativista y del abuso de eufemismos.
Y
así ya se despachan las autodenominadas 'nuevas fuerzas del cambio', el psoe y
podemos, con independentistas y lo hacen como resultado afirman de lo que los
españoles, el pueblo de España, ha decidido. Lo hacen, parece, desde Moncloa
con presión a la abogacía del estado y aceptación, parece, de la abogacía del
estado que ya, señala la prensa, ha realizado un informe que sin llegar a ser público
ayer 29.12 sí disponía de él ERC, el público no, usted y yo no. Y que desde ERC
daban por bueno para la eventual investidura de Pedro Sánchez el próximo 5 de
enero, dando cauce al gobierno socialista y podemita, comunista, con Pablo
Iglesias.
La
cosa parece se encamina hacia tal destino al confirmarse ya el 30.12 públicamente
el contenido del informe en sus dieciséis páginas plegándose a las voluntades del
gobierno en funciones, de los futuros socios de gobierno podemitas y de los
independentista que hacen posible la eventual investidura. No obstante, ha
surgido un frente internacional oscuro que debe aclararse con urgencia. Lo
ocurrido en la embajada de Méjico en la Paz, Bolivia, donde, el 29.12.19, dos
coches diplomáticos españoles con cuatro policías GEO 'enmascarados' intentaron
entrar con la siniestra misión de sacar a ex miembros del anterior gobierno de
Evo Morales. Sujetos imputados y condenados con información que complicaría a
podemos, por sus fuentes de financiación, como parte cogobernante en el
eventual próximo gobierno de España, según señalan las autoridades, la valiente
ciudadanía boliviana que lo impidió y así los medios de aquel país.
Me parece
realmente alarmante la injerencia. La ciudadanía española requiere inmediata
respuesta aclaratoria acerca de la extraña misión de tales mandos policiales,
de los coches diplomáticos y de dónde procedían sus órdenes. Son competencia
del gobierno de España, ahora en funciones, las relaciones internacionales y este
gobierno, su presidente, Sánchez, debe explicar órdenes y cometidos. La confirmación
de las noticias sería una evidente injerencia, un acto vil y sinvergüenza que justificaría
la ocupación de las calles y exigiría la completa dimisión en bloque del
Gobierno en funciones y la celebración de nuevas elecciones. Véase https://www.lapatilla.com/2019/12/29/bombazo-de-hermann-tertsch-revela-los-motivos-por-los-que-pedro-sanchez-habria-ordenado-intervenir-en-bolivia/