¿La
inquerencia en mis 59 años es un estado de ánimo que flota en el entorno o que
anida en uno? ¿Es un punto de inflexión, un punto de silla, un sillón o es un
empujón?
Miro para todos lados y lo advierto. ¿En el lado laboral y
profesional, en el Departamento, en la Universidad, con ajenas pretensiones,
entrometimientos y persecuciones, por sinrazón y por nula fe, me atacan con
vileza a dentelladas sutiles apuntando a concretarlas en este próximo
septiembre? ¿En el lado espiritual, por el carisma en que Camino, también
recibo inquerencias explícitas en mi asombro, siendo yo pecador, trasladadas
también a septiembre para reconducir los pasos, mi paso, el sendero, el Camino,
el carisma y las molestias?
¡Vaya
septiembre! Si es voluntad de Dios, me dará fuerzas para abordarlo desde el
vértigo de mis 59 años, desde el punto más frágil y sabio de mi vida.
Rodeado
de inquerencias en el ámbito político, no tengo ecos, ni demanda a mis
ofertas donde me muevo siendo liberal, democristiano.
Muchos
me preguntan cuándo te jubilas y me miro cano y perplejo. ¡Me faltan once años
y ya me van despidiendo hacia el júbilo cierto! ¿Porqué lo hacen por querencia
o por su falta? .
Por
otro lado, también vivo la experiencia del menguar familiar. Fuimos dos jóvenes
enamorados que por amor hemos, en familia, llegado a ser diez en casa. ¡Ocho
hijos! ¡Cuánto cambio, cómo crecimos, cuánto cedimos, cuánto ganamos cuando
perdimos y así seguimos. El Amor nos ha colmado, nos ha nutrido, seducido
y enamorado, haciendo posible el donarse, el morir al otro, el menguar con el
partir casados ya de cuatro hijos,
experimentando todos la misión del matrimonio, vislumbrando en el
próximo horizonte el correcto destino de la familia nuclear, su fértil y
fecunda disolución, abriendo nuevas ramas al árbol de la vida y aproximándonos
a las siempre queridas, amadas y respetadas raíces hundidas dadoras de VIDA.
¿Es un
estado vital o es la vida? La inquerencia es una estupidez, es un invento fatuo
del idolatrado afecto. Es absurdo ser esclavo del 'que te quieran', la verdadera
libertad está en amar y llegar a morir y desaparecer amando al otro, tal y como
es. Esto también es igualmente absurdo sin Dios. La cosa es que estas
experiencias vitales anidan en mí y en debilidad intento, en Él y con Él, que
en mi espíritu y en mi cuerpo la libertad venza a la esclavitud. Ánimo y a
Servir