La
izquierda maximiza y minimiza erráticamente y a la vez y se quedan tan panchos.
Minimizaron la llegada de la crisis y optaron por maximizar gastos.
"Brotes verdes", expansión del gasto en 2009-2011, todo con dinero
ajeno, se apuntaron al carro del dispendio maximizado y ahogaron en
endeudamiento expansivo las posibilidades futuras.
Lo arrastramos y nos
arrastraron, nos quemaron. ¡Y qué pecho sacan!, no sacan sus vergüenzas, sino
que se rasgan las vestiduras por los recortes necesarios para evitar el mayor
de los desastres. Hoy este Pedro a golpe de viernes por decretazos suelta
cheques con dinero ajeno y pasa por bueno.
Un insensato..., pienso, un yugo de
angustia lectura en el presente y en el próximo futuro. A éste, no le cedo
confianza alguna.
Y en un país sin confianza mutua las cosas no funciona, como
sí funcionarían de cuidarse tal confianza. La confianza tarda mucho en ganarse,
perderse nada.
Esto de la confianza es un problema magnífico a gestionar. La
izquierda y la derecha se enfrentan siempre al mismo en España y en Europa.
Pero no es lo mismo lo que hacen.
Las izquierdas la confianza la ven como algo
ya ganado, perpetua, y el dispendio creen no le hace mella, apelan a tributos y
endeudamiento sin aval y esto simplemente no es posible, ni factible.
Esta
laxitud exige que cada cierto tiempo entren las derechas a ajustar paso y peso
al sector público para que el cuerpo económico y político no se convierta en
mostrenco e insostenible.
La cosa es que una vez cumplida con nota estás tareas
desde la cosa pública resulta que vuelve a aparecer el deseo del subsidio y del
apalancamiento.
A los gobiernos de centro derecha el éxito económico no les
resulta suficiente y la confianza ganada la pueden perder rápidamente si no
cuidan la honestidad y los valores.
Los
comportamientos personales incorrectos ( corruptos) lastran y mucho más a
los líderes y gobiernos de derecha que de izquierdas.
¿Porqué? porque el
relativismo dominante, el lenguaje naif, progresista y también entre los naif
de derechas, desertores de los valores y de los significados de múltiples
conceptos ha producido una grandísima desorientación, caos, desorden,
desconfianza y pugna.
Cuando la realidad es que somos tremendamentes
interdependientes. Se "escupe" mucho al otro. Pero el otro para el
otro es uno. ¡Así que mal rollo! ¿No?. Y también están los que escupen
pa'rriba.
Pienso
que el centro derecha en España hoy más que nunca, en la encrucijada política,
social y económica en que vivimos, debiera dar el paso al encuentro, a los
acuerdos fruto de las negociaciones pertinentes. Ánimo, a desengañarse y a
Servir con honestidad.