Yo no creía que sumaran los
independentistas, el 21D, las elecciones autonómicas en Cataluña.
Creía
que las señales económicas en Cataluña eran siempre más letales que las
pasiones, la música, los versos y la política.
Las más 2600 empresas menos, la
pérdida del porcentual del pib, la salida de los bancos, la salida de los
ahorros, la expectativa cierta del desempleo, la inexistencia de cobertura del
BCE, la eventual alza de la prima de riesgo catalana, la inexistencia de
crédito, la salida de Puigdemont a Bruselas a por coles, pensaba que el órdago
bruselense le "reventaría" en su rostro duro, todo esto creía sería leído
e interpretado previamente al 21 D.
Intentaron e intentan una metástasis en el
corpus de europa y a extirparlo con la ley se aplican aquí en España, en la
España catalana y en toda Europa, cual "forúnculo, grano o tumor" por
totalitarios y por mentiroso, así lo veo.
Asusta ya la deriva, porque las
ensoñaciones y las amenazas totalitarias pensaba yo ya no cuelan. Siempre he
pensado que al precipicio la gente no va, ni se deja llevar tras
desenmascararle/s a tal/es políticos que juran o prometen cumplir y hacer
cumplir la Ley, y aunque cobran, no cumplen ni la hacen cumplir. Estos
responsables irresponsables son así, así los veo, aunque presuntamente hasta
sentencia, un/os totalitario/s que mintiendo, silenciando, imponiéndose y
patrimonializando la catalanidad practica/n la peor de las violencias que
venden falsamente como pacífica y resulta mortífera para propios y sus
extraños. Violencia pura con la que han violentado las leyes, su estatuto y la
constitución, sus propios requisitos, al forzar brutalmente con su voluntad la
legitimidad, no supieron contar hasta 90, sus 72 y sus 70 se han impuesto
totalitariamente, brutalmente, sin respeto a la ley, sin hablar del pucherazo
del referendum ilegal del 1-O.
¡No! El "seny" no se ajusta a estas evidencias.
No. La activación del art. 155 de La Constitución de 1978 ha sido un bálsamo,
una garantía anhelada por tantos que han vivido el infierno totalitario dentro
de Cataluña. Las cosas ya antes de las elecciones del 21 D se calmaron con la
seguridad jurídica frente a la inseguridad jurídica irresponsablemente y
tacticamente articulada desde el govern hoy cesado, las huidas mermaron, menos
las de una fracción propia del govern junto a Puigdemont a Bruselas.
La
economía siempre avisa. Las gentes suelen leer los acontecimientos y los
sucesos, hasta el presidente de Freixenet alababa el art. 155 y su camino
para restablecimiento de la legalidad y la seguridad jurídica. Pero aquí
ya tras los resultados del 21 D, aunque C’s ha ganado, el bloque
constitucionalista no suma en escaños, aunque supere en 200.000 votos al bloque
políticamente adversario y jurídicamente ajeno a la ley. Así están las cosas con
la catapulta de la ley electoral.
En éstas estamos. La lectura por mí esperada
no ha sido con suficiencia la lectura de las gente. Intento escrutarlo.
Requiere tiempo tanto para comprenderlo como para resolverse. Escribiré sobre
ello. Con todo, yo brindo por el alcance y peso de nuestro estado de derecho,
por la Constitución de 1978, por su art. 155 y por todos los que lo han
defendido y puesto en práctica, ¡alcemos las copas! Gracias España, por tu
fortaleza y tu inmensa generosidad.
Ahora toca firmeza y ley ante la, aún
presunta, rebelión implementada con estrategia y táctica, aunque hayan sumado
los independentistas.