La patrimonialización excluyente de los
símbolos patrios por la ideología de la ultraderecha tras Franco tuvo graves
consecuencias. Los signos patrios son históricamente muy anteriores al 36 y a
las dos repúblicas. Aquello hizo que los símbolos patrios fueran, tras Franco,
vituperados por parte de las gentes y estigmatizados por las izquierdas
resurgentes y las respectivas ideologías nacionalistas.
Las izquierdas anhelaban con nostalgia y
creo con miopía los signos de la identidad republicana, pero con inmensa
grandeza y altura de miras abrazaron la monarquía parlamentaria. Los
nacionalistas entraron en la cobertura democrática tras el 78 pero silenciaban
los signos de ambas y exaltaban los signos propios de su autonomía, sin
vislumbrar aún o sin mostrar sus insaciables anhelos futuros y muy futuros,
esos que ya hoy en 2017 sabemos, sufrimos, no negamos, respetamos y combatimos
democráticamente bajo la grandeza de la Constitución del 78. La derecha,
burguesa y no burguesa, rumbo al 78 desató lo “bien atado “y dejó enfriar los
signos y su pasión anclada en la historia cercana y lejana, no sólo con muchos
complejos, sino también con miedo escénico ante la fortísima identificación
falsa con el fascismo que desde las estéticas y poses de las izquierdas se
imponían como rodillo apropiándose también del concepto de progreso.
No obstante, todos convergieron en lo
estético y políticamente correcto, todos y entre todos, sabiéndose mutuamente
interdependientes y necesarios, avanzaron hacia la constitución del 78. Hacia
una España enteramente democrática, libre y siempre generosa y solidaria en el
ámbito público y privado. La bandera española iba subiendo por los mástiles de
balcones y plazas de los pueblos, mostrando la verdadde sus
rotos, sus heridas y la fortaleza de su inquebrantable unidad en la diversidad
de idiosincrasias, todas de España.
Éste hito de 1978 merece un aplauso
infinito y un enorme reconocimiento por sus espléndidos frutos de progreso y
desarrollo. ¿La cuestión del futuro hoy en 2017 es incierta y preocupa?
Pues sí, visto lo visto en Cataluña. ¡Pero cuánto une a España la existencia de
un ‘enemigo común’ ya sea de dentro y más si es de fuera! Esto no se debe
olvidar, ni dentro ni fuera. La grandeza de España y su genuina generosidad
crece siempre ante las adversidades que a todos nos afecten. Pues de olvido se
muere. Parecía hasta lánguido y mortecino el signo, pero qué cosa frente a un
imposible, a un logro soñado, frente a un rival inmenso, un gol, el gol de
Iniesta, fruto de todos, nos despertó y vimos y fuimos campeones del mundo en
2010. ¡Qué cosa!
¿Qué te pasa España ya en 2017, tras
la aparición de los efectos de aquellos nuevos derechos surgidos de la acción
política de Zapatero junto a su inacción económica? ¿Qué te pasa España tras
ofrecer tu generosidad y solidaridad cediendo presupuestariamente a los
legítimos empujones de los "bisagras" nacionalistas que convinieron
para alcanzar estabilidad política con Felipe, con Aznar y con el mismo
Zapatero y Rajoy? ¿Qué te pasa España tras la acción y política económica del
gobierno de Rajoy ante la inmensa crisis instalada en forma de encrucijada
económica, política y social? ¿Qué te pasa España ya hoy ante los desafíos de
los desleales nacionalistas ? Hechos consumados con sus
presuntos delitos de rebelión, sedición y malversación que exige
inexorablemente, pues obligan, la aplicación de la Constitución, del código penal,
de la ley? No tiemble el pulso del poder democrático en España, su firmeza con
los políticos irresponsables y su generosidad para con Cataluña como parte de
sí misma. ¿Deben replantearse los encuentros en los márgenes constitucionales
definidos o por redefinir en su caso? ¿Cómo, con quién y cuándo?
1° Aplicando la ley a los desleales y
sediciosos, 2° convocando elecciones autonómicas en Cataluña, 3° En su caso, abrir
un proceso de reforma de La Constitución de 1978, conforme a lo que al respecto
indica la propia y generosa constitución del 78.