Tras la aparición de la crisis y más
acusadamente desde 2011 corren por internet soflamas que preocupan y
angustian a los pensionistas. Se hacía eco de ellas un amigo preocupado. Al que
le dije: En cuanto a lo que has oído y leído por internet, querido amigo, de
que hay que cambiar las pensiones ya porque hay riesgo inminente de impagos te
diré que, como casi siempre, lo que se oye suele estar en función de la
conveniencia de quien lo diga. ¡Quizá mi mismo comentario también lo sea! Pero
no me resisto a expresar mi reflexión.
Son múltiples los argumentos y las
perspectivas al respecto del problema económico y financiero de las pensiones:
de pensionistas, de ocupados, de parados, de jóvenes, de gobiernos del Estado,
de empresas, de sindicatos, de patronales, del resto del mundo que ha
financiado en términos netos nuestro excesivo endeudamiento público y privado,
de las compañías de seguro,...todos afectados por el envejecimiento de la
población, los hijos, la "pirámide de edad" y la ralentización de la
actividad económica y el empleo... Como veo que son así de múltiple los
enfoques del mismo problema, advierto que es necesario analizarlo bien, todos
serenamente, sin alarmismos por cada una de las conveniencias o
inconveniencias.
Mi lectura es que las pensiones no están
en absoluto en peligro hoy ni en próximo futuro. No hay que preocuparse pero sí
ocuparse. Están creo suficientemente aseguradas, pero el análisis del problema
es necesario. Sin alarmismo, porque no hay peligro ni apremio. Lo que
hoy hay es conveniencias ruidosas en clave de soflamas por intereses de
parte.
Permítanme una pregunta a todos y a cada
uno para centrar el tema y darle su importancia relativa: ¿Usted ordinariamente
vive y gasta cada día de lo que tiene guardado en una hucha, en un fondo de
reserva? Yo no. No tengo ni alcancía. Pero no soy ningún ejemplo, más bien un
contraejemplo que ha contribuído fabulosamente a atenuar este problema del que
nos ocupamos, perdón por la inmodestia, nuestros 8 hijos y nuestro poco ahorro
lo avalan.
Normalmente, los ahorros de la hucha se
usan excepcionalmente para gastos corrientes y se suelen invertir para
que crezcan. ¿O es que usted no ha tirado para adelante sin nada en la hucha,
sino trabajando y ajustándose? Mucha gente y yo mismo sí. No obstante, conviene
una huchita. Dotarla y también ir prudentemente optimizando su rentabilidad con
correcta gestión financiera. El fondo de reserva se ha ido dotando
sistemáticamente por superiores cuantías de ingresos por cotizaciones que pagos
de pensiones. Lo que ha dado cobertura al pago de las pensiones ha sido el
ingreso por cotizaciones reflejo de la confianza y solidaridad
intergeneracional entre activos y pasivos (Modelos
de overlaping generations). Y ello no descansa en la cuantía del fondo (la
hucha), sino en la actividad económica, en el empleo y en la demografía.
Efectivamente, tras el rebufo de la crisis y el frenazo de la actividad
económica la cobertura de las pensiones lograda con las cotizaciones durante
los últimos años se ha situado sobre el 90%. Los datos para 2016 fueron sobre
117 mil M ¤ de cotizaciones respecto a los 135 mil M ¤ de pensiones. Claro está
que se ha requerido cubrir ese déficit bien con el fondo y/o, siempre con
prudente tacto, con alternativas presupuestarias o financieras y con
pactos. Y se hará, no cabe duda. Eso es lo que correctamente entiendo se
ha hecho con el fondo de reserva de las pensiones y lo que se hará mediante la
eventual reforma de las pensiones y los pactos de Toledo.
Insisto, el alcance del problema de las
pensiones está en función del crecimiento o decrecimiento demográfico y
del crecimiento o decrecimiento de la actividad económica y del empleo, no
estrictamente en función de la hucha (fondo de reserva). Las expectativas
de crecimiento tras la normalización política en España creo permiten relajar
los ceños fruncidos. Espero que este argumento tranquilice a las gentes ante
las "liebres cojas y dañinas" generadoras de desconfianza que
corren por las redes sociales y por las calles alarmando.