Estamos
en España y en Canarias en época en que tenemos el ceño fruncido, que
mantenemos todos por tanta incertidumbre política y donde se requiere la
eficiencia y el crecimiento. La correlación negativa entre deficiencias
estructurales y capacidad de crecimiento está fuera de toda duda. Para que las
cosas funcionen necesitamos, lo apuntó recientemente Jurgen Donges, saber hacia
dónde vamos y hacia dónde podemos y queremos ir, también se hace preciso
comunicarlo y suscitar entusiasmo.
Todo ello, lo debemos hacer sin excesos
populistas, ni buenistas, ni voluntaristas. Las posibilidades que ofrecen las
mejores dotaciones presupuestarias públicas, tras, por fín, la reciente aunque
tardía aprobación Presupuestos Generales del Estado de 2017, junto a la
aprobación de los aspectos económicos del REF
ha generado positivas expectativas pero no por ello hay garantía de logro alguno. Debemos recurrir a la
actividad económica racional desplegada por todos y cada uno, desde el sector
privado y el sector público, con sus respectivas restricciones presupuestarias
y de escasez de recursos, en un contexto abierto. Donde con los agentes del
resto del mundo interactuamos intercambiando turismo, mercancías y financiación.
¿Cómo entiendo debe abordarse la política económica y de medio ambiente?:
1.
Ajustemos nuestra capacidad de endeudamiento público y privado.
2. Promovamos
la actividad económica privada y pública respetuosa con el entorno.
3.
Resolvamos nuestras deficiencias
estructurales dotando de mayor
flexibilidad a los mercados de bienes, de factores y de activos
financieros, flexibilidad de precios, salarios y tipos de interés.
4. Mejoremos
la baja
productividad de nuestro tejido productivo
desarrollando la formación profesional que dote de cuadros técnicos medio al
mercado de trabajo. Sirva de referencia el Sistema dual de aprendizaje en
Alemania con dos años de prácticas en empresa (con 4 días en las empresas y 1
día de teórica en la escuela de formación profesional).
5. Afrontemos las consecuencias de la crisis demográfica y consideremos sus
posibles soluciones.
6. Abordemos el tamaño de nuestras Administraciones
Públicas, sus solapamientos e ineficiencias
7. Delimitemos el problema del
mantenimiento del actual ‘estado de
bienestar’ y los efectos para el presente y futuro de un elevadísimo
endeudamiento público y privado acumulado, así como los efectos de la crisis y
del estallido de la burbuja real y financiera generando insuficiencia de crédito.
8. Estemos atentos
a las externalidades negativas, daños a terceras personas generados por la
actividad económica, y corregirlas con control que no desestimule ni merme el
empleo.
9. Prestemos atención a las
externalidades positivas, beneficios a
terceras personas generados por la actividad económica, para estimularlas y
compensarlas.
10. Digamos sí a la ecología productiva y eficiente.
11.- No al
falso ecologismo paralizante generador de nada.
12. Promocionemos coberturas
pública y privada al I+D+i+d (Investigación, Desarrollo, innovación,
divulgación).
13.- Avancemos en la diversificación productiva competitiva
de productos locales integrando turismo y comercio, agricultura e industria,
también la potencial industria energética.
14.Apuntemos por la agroindustria con trazabilidad y desarrollo de productos de cuarta gama
(ensaladas, papas, tomates y verduras embasadas), la industria integral del plátano con sus subproductos de todo
tipo, por el cultivo de los bellos
canteros en Canarias, muchos improductivos, de las medianías, con
estructuras arquitectónica y orográficas similares a las terrazas de arroz de
China y ello con tecnología de riego adecuada, apostemos por el desarrollo de la viticultura y desarrollo de canales de distribución y comercialización simplificados,
eficientes y competitivos eliminando barreras de entradas.
15. Reconozcamos la
gran labor de nuestro sector turístico y abundemos en nuevos diseños de
captación de demanda derivados del remozamiento y correcta amortización de las
inversiones.
16. Apuntemos con gran confianza también por el aprovechamiento
real, objetivo y más seguro de nuestros recursos energéticos, por nuestra gran
capacidad técnica ingenieril aplicada a todos los recursos energéticos que
tengamos, en su caso, gas, petróleo y derivados. No casa nuestra tasa de paro en
Canarias del 24% con tanto suelo rústico improductivo. El turismo, aún siendo
potente y grande su esfuerzo, aún con plena ocupación, no logra absorber
nuestro alto nivel de desempleo. Quizá a este sector no se le pueda pedir más a
corto y medio plazo. Aunque siempre toda organización sea mejorable.
La
diversificación productiva es una tarea necesaria y ciertamente gratificante. La
agroindustria debe despegar. El agua no es un problema insalvable, las
tecnologías de riego y la reasignación del mismo distinguiendo suelo agrícola,
parques y jardines urbanos,… lo hacen posible. Es factible la integración y
complementariedad entre la agroindustria y el turismo. Sin espejismos ni buenismos y con realismo, los
salarios deben flexibilizarse para que haya más oportunidades de contratación
de trabajo. Nuestra tasa de paro en Canarias es del 24% y en España es
del 17% , viniendo respectivamente desde el 27% y el 33% en 2011. La rigidez salarial es una
rémora para los ocupados y los parados pues condiciona y debilita a los
ocupados en contextos de crisis porque crece la probabilidad de quedar parados
y a los segundos (los parados) porque les dificulta mucho ser contratados.
Con
el paro no se puede jugar ni frivolizar. Miremos, ¿acaso la Reforma
Laboral dotando de más flexibilidad no ha bajado el paro del 27 al 17% (en
clave nacional) de los 5 millones que teníamos en 2011 ya hemos bajado a 3,7
millones. En Canarias también se plasma la mejora. Pero la tasa de paro
nacional es demasiado alta y en Canarias más aún, estamos en el 24%. Debemos aspirar
a activar la economía hasta los 20M de empleados en el 2020 y una tasa de paro
del 9% como estuvo, de hecho, en épocas de José Mª Aznar, fruto de la acción y
reacción de todos los españoles en un contexto expansivo.
Insisto, no es cosa
sólo de un presidente de gobierno, es cosa de todos, todos los que estamos y
estaremos. Sin duda, lograrlo creo que pasa inexorablemente por la mayor
flexibilización de los mercados de bienes y servicios, de trabajo y de activos
financieros y el aprovechamiento de todos los recursos agrícolas, turísticos,
comerciales y energéticos. Insisto, es tarea de todos. Somos tremendamente
interdependientes el sector privado (empresas y familias), el sector público
junto al sector exterior y nos necesitamos para poder crecer y avanzar.