Voy, vamos, camino de pájaro, volando, a Asturias a visitarnos.
Partimos de Canarias ligeros de equipaje. En Reme, mi esposa, con ella
'uno'. En seis hijos; por poco tiempo aún, caseros: Sara, David, María,
Pedro, Gabriel e Isabel.
Llega uno a edades en que puede y tiene que deplazarse para
visitarse. Reencontrarse con sus partes 'desmembradas', con los hijos
que partieron, consigo, con uno mismo afirmo. Es así. Como 'el hoyo' me
hago 'grande' 'vaciándome, drenándome'. Voy a reencontrarme y hallarme
entero, creo. Raíces, tronco, brazos, ramas, ¡'brazos' y ramas del árbol
vital!
'Al trozo mío' que visito es Pablo, ya con su esposa Isabel y su hija
Raquel, mi segunda nieta, que en la Pascua bautizamos. Desde Madrid
parte, por tierras de España, a Asturias mi hijo Daniel, 'otro trozo
mío', con su esposa Esmeralda y su hija Valeria, mi primera nieta, y en
los adentros de Esmeralda ya va Mateo. Simiente que siente y duerme y
sueña y quiere asomarse, alongarse, ocupar su sitio. Los sitios de mis
nietos yo, en mí, los siento míos ya desde los adentros entrañables de
sus madres.
¡Las Grandes Madres del árbol de las Vidas, de los trozos y los
destrozos, son las que guardan en su corazón, consuelan y sostienen!
¡Trocitos míos todos! En ellos estoy entero, están y estamos.
Disculpen mi perspectiva. No es ensimismada. ¿Es mía? ¿sólo mía? ¡Que
vá! Para nada. Es que menguo, envejezco, camino hacia la raíz de este
'árbol perfumado grueso'. La perspectiva es generosa, compartida,
desprendida, remecida, rebosante, riquísima y sabrosa. ¿Porqué?
¡Raíces! ¡Ubres! ¡Pechos¡ ¡Fuentes! decidnos, contadnos. Porque bebemos y
hemos bebido, vivimos y hemos vivido de la máxima 'del hijo pródigo' o
'del Padre Bueno': "Hijo, todo lo que es mío es tuyo".Hemos bebido de Su
Misericordia.
Todo esto que me dejan ver, que vemos, que podemos ver si no nos
envaramos, si no nos endiosamos, si aceptamos menguar y donarnos es
fruto del honrar desde el reconocimiento de la propia debilidad. Cuarto
Mandamiento de Vida que plasma su propia promesa de Amor: 'tendrás larga
vida'. Lo afirmo y seguro que mucha gente también lo confirma en su
propio árbol vital.
Si miramos para abajo, para las raíces de cada árbol vital, de cada
'árbol perfumado' somos lo que somos: 'Trozos y trocitos' de la vida de
nuestros padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos,... Pido a todos
mirar mientras puedan para abajo, para las raíces. Por ahí se va seguro.
Camino que carga y cruza la cruz, no la elude, camino rico, espléndido,
estrecho y menguante. 'Kenosis'. Descendimiento que ayuda a pisar firme
el suelo y que lleva seguro al Cielo. Que algunos creen que está
arriba, pero sorprendentemente, casi siempre, se llega, creo, por
abajo, por la humildad, por la sencillez y por poder comprobar que cada
trozo nos hace eternos, enteros, llenos y plenos para muriendo amarnos y
alabar a Dios.
¡Feliz Pascua! ¡'Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado'!