¿Cuales son los perfiles de esta gran
crisis transitada por todos, sus causas primigenias, son?
1.- un
shock financiero que viene de fuera.
2.- decisiones de inversión erróneas, en
España se ha invertido demasiado en un sector –vivienda– que se ha ido al
traste; y
3.- todo ello en conjunción
con un sistema de precios y salarios sumamente rígido, que no puede adaptarse
con facilidad a los cambios.
¿Cuales son
las debilidades estructurales de la economía española que potencian la crisis y
hacen más difícil la salida?
1º.- La baja productividad de nuestro tejido
productivo.
2º.- La crisis demográfica.
3º El tamaño de nuestras
Administraciones Públicas (sus solapamientos e ineficiencias).
4º.- El problema
del mantenimiento del actual ‘estado de
bienestar’ y un elevadísimo endeudamiento público y privado y 5º La
insuficiencia de crédito.
¿Qué se ha
necesitado hacer? Aceptar que en los mercados de bienes y servicios la
crisis se ha instalado en forma de excesos de oferta por debilidad de la
demanda e insuficiencia crediticia. En suma, no se vendía lo producido.
¿Qué
o quién impide la flexibilización?¿cuánto se ha tardado en que se realicen los
naturales ajustes a la baja en los precios de las viviendas,... para que los
agentes económicos empezaran a encontrar oportunidades de inversión rentable?
¿cuánta resistencia ha habido, con la antigua regla de los convenios colectivos
por sectores y territorios, al correcto y necesario ajuste salarial para que de
nuevo pudiera haber incentivos para la contratación laboral?
Desde el gobierno de España
se marcó bien el paso con la negociación de la facilidad crediticia con la UE
de 100.000 M¤, con la requerida y urgente Reforma
financiera y del sistema crediticio, con la absolutamente necesaria Reforma Laboral optando por mayor
flexibilidad frente a la tremenda rigidez, causante fundamental del mayor paro
estructural de entre todos los países desarrollados, sustituyendo los convenios
territoriales y sectoriales por los convenios de empresas y mediante el
abaratamiento del despido sin efectos retroactivos. ¡Por fin un gobierno ha
abogado por todos, por los ocupados y sobre todo por los parados, que en 2011
eran más de 5 millones con una tasa de paro del 26,9% y que actualmente, siendo
aún alta, estamos sobre 4 millones, se ha reducido hasta el 20,8%. Cuando
resulta que en 2007 con el rebufo positivo que dejó el gobierno del PP en 2003
se encontraba el PSOE con una tasa de paro en el 8,7% que no logró preservar, porque todo parecía que explotaba con tanta
burbuja real y financiera, y el susto apareció con la reescalada de la tasa de
paro hasta el 26,9% y con la actividad económica rompiéndose hasta
decrecimientos del PIB del -4,3% . Llegó el PP y nada fácil se lo pusieron.
Inmediatamente se presentaron dos huelgas generales por estrictos intereses no
generales, sino políticos y sindicales, con gran deriva sensible hacia los ya
ocupados fijos que no hacia los eventuales y mucho menos hacia los 5 millones
de parados. También ha sido necesario para favorecer las ventas y la actividad
económica el fomento de la competencia y
flexibilización de precios en todos los mercados (de bienes y servicios,
financieros y de trabajo), requiriéndose mejoras
tecnológicas y de la productividad para propiciar ventajas competitivas en
precios y costes que nos abran a los contextos internacionales. Quedan
pendiente aún las reformas más difíciles, la Reforma de las Administraciones Públicas y la que permita garantizar las Pensiones.
¿Se ha corregido o no el crecimiento de la prima de riesgo,
cuando estuvimos en julio de 2012 al borde del rescate? Sin duda, desde los 640
puntos básicos hasta dejarla sobre los 100 puntos. ¡Cuánto nos enseña el susto
de la crisis! Y cómo se advierte la correcta lectura y gestión del gobierno del
PP en toda su tarea por ayudar a cuidar e incrementar el grado de confianza en
nuestra economía. Sus primeros años de gobierno, 2011 y 2012, fueron terribles
por la herencia negativa recibida del PSOE y camuflada en un aparente ‘sistema
financiero envidiable’ y una expansión del gasto público en 2011 sin igual, sin
amparo financiero sino con sólo contumacia intervencionista sin red, y todo
ello con una economía decreciendo ya en 2009 al -4,3% . Los años 2013, 14, 15 y 16 revelan
una cierta mejora en las variables micro y macroeconómicas, hay más confianza,
la inversión extranjera crece en España, el crédito al consumo crece, el
crédito hipotecario crece, el número de cotizantes a la seguridad social crece,
la tasa de paro decrece, se ha frenado y parado la caída del ciclo y desde 2013
la tendencia se ha invertido hasta apuntar a una tasa de crecimiento positiva
sobre el 3% en 2016. Esto es así y prometería recorrido futuro si se
perseverase en el correcto camino de las necesarias y obligadas reformas; si
esto no se tira al traste con la incertidumbre política y las cotas de malestar
social derivadas de las dos huelgas generales de 2012, de las lecturas
radicales desde la izquierda y de las corruptelas perpetradas por algunos
políticos del PP y de cada uno de los demás partidos, "viejos" y
"nuevos".
Somos tremendamente
interdependientes los unos de los otros y es preciso, con prontitud, preservar,
cuidar y aumentar, sin ingenuidades, el grado de confianza mutua. La
desconfianza instalada y su peor cara, su consecuencia en los más de cinco
millones de parados, dejaban en evidencia la perentoriedad de unas reformas
estructurales bien hechas. Todas las reformas planteadas y su desarrollo son
ineludibles. La confianza mutua, los objetivos y restricciones operantes
individualmente y para el conjunto y perseverar en las reformas nos ayudan en
la buena dirección.
¿Cual
es el principal problema de fondo? la
creciente desesperación de la gente ante una situación de paro masivo y
persistente. ¿Puede esto reventar?
Si no se superan las rigideces de precios y salarios esto revienta. Es
esencialmente una cuestión de valores, de reconocimiento de la interdependencia
mutua frente a los planteamientos de permanente pugna. Efectivamente, es normal
que haya tensiones. Me gustaría que prevalecieran en lo económico, en lo
político y en lo social los acuerdos y los intercambios voluntarios, pero
insisto, esto no es cuestión de gustos, buenismo o voluntarismo, es cuestión de
extrema necesidad y sostenibilidad
¿Qué
debe cuidarse y preservarse en aras de buscar toda sostenibilidad? Los
recursos pues son escasos, especialmente el empleo, la generación de actividad
económica y de riqueza, la competencia, la transparencia, así como buscar
mecanismos (mercados con cierta regulación) que permitan conciliar la
compatibilidad de planes entre personas distintas, iguales ante la ley, con
objetivos distintos, restricciones distintas y distantes por ser precisamente
todos conscientes de nuestra tremenda interdependencia mutua. 'La intervención
pública' y la "mano invisible" deben funcionar sobre un esquema de
valores racional y justo (en mi opinión muy cercanos a los valores cristianos).
Hay que 'sanearse', todos, sanear los bancos, las empresas, las
administraciones públicas, las patronales, los sindicatos… preservando y
premiando valores. Sobre esta base, la libertad es capaz de crear riqueza y
bienestar para sostener y sostenernos, sin ingenuidades, ni voluntarismos, ni
populismos. Hay que "almarse". Reflexionemos esto aceptando la cuota
de responsabilidad propia sin culpabilizar 'al otro' de todo y sin vetar a
nadie. La verdadera Democracia y La gran Política nos lo demanda.