Los padres de Jesús, fieles a las tradiciones de su pueblo y a lo mandado por el Señor, cumplen con tres ritos establecidos por la Ley: La circuncisión del niño a los ocho días (Lv 12,3), la presentación al Templo por tratarse del primogénito varón (Ex 13,2) y la purificación de “ellos” (