·MAGISTERIO
Pablo VI, adelantándose al debate actual, encargó a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (en adelante SGDF) un estudio al respecto. He aquí algunas de sus palabras: "Como en nuestros tiempos participan las mujeres cada vez más activamente en toda la vida social, es de gran importancia su mayor participación también en los campos del apostolado de la Iglesia" (CONCILIO VATICANO II, Decreto Apostolica actuositatem, 9). Esta consigna del Concilio Vaticano II ha dado origen a una evolución que está en marcha . Son ya muy numerosas las comunidades cristianas que se están beneficiando del compromiso apostólico de las mujeres. Algunas de estas mujeres son llamadas a participar en los organismos de reflexión pastoral, tanto a nivel diocesano como parroquial; la misma Sede Apostólica ha dado entrada a mujeres en algunos de sus organismos de trabajo" (SCDF, Declaración sobre la admisión de la mujer a los ministerios, 15-10-1976, Introducción).
La participación más activa de las mujeres en la vida eclesial no es un eufemismo, ni una concesión caritativa para con ellas: es una necesidad vital. Por lo pronto, hay sectores sociales que sólo podrán ser recristianizados (recuperados para Cristo) con la intervención de la mujer. Incluso, el mismo quehacer teológico necesita la aportación del punto de vista femenino: cada vez son más las mujeres que, con la debida preparación, están trabajando muy eficazmente en la reflexión teológica.
Por su parte El Papa Francisco reiteró en una reciente entrevista concedida al director de la revista jesuita La Civiltá Cattolica, el Padre Antonio Spadaro, que "la mujer es imprescindible para la Iglesia".
Tambiéndijo que era "preciso, por tanto, profundizar más en la figura de la mujer en la Iglesia. Hay que trabajar más hasta elaborar una teología profunda de la mujer. Solo tras haberlo hecho podremos reflexionar mejor sobre su función dentro de la Iglesia".
·IGUALDAD EN LA IGLESIA
Uno de los pasajes que enseña más claramente el valor igual de la mujer y el hombre ante Dios es Gálatas 3,28 "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús". Esta declaración fue revolucionaria en los tiempos de Pablo porque los judíos se especializaban en hacer muchas diferencias las cuales conducían a que unos a otros se miraran como superiores e inferiores. Judío-griego, Varón-hembra, esclavo-amo. Estas distinciones no son válidas en el Reino de Dios en cuanto concierne al valor personal. Esta declaración no implica que las personas dejaban de ser lo que eran. El judío continuaba siendo judío, lo mismo el griego. Las mujeres seguían siendo mujeres, lo mismo los hombres. Los esclavos continuaban en su situación. Lo que Pablo está afirmando es que estas diferencias no deben ser causa de separación, porque todos son igualmente preciosos ante Jesús. Todos fueron comprados con la Sangre del Cordero, todos fueron bautizados por el Espíritu al Cuerpo de Cristo, todos disfrutan de la edificación que Dios da, todos esperan el glorioso día de completa redención.
·JESUS Y LAS MUJERES
Durante su ministerio itinerante, Jesús se hace acompañar no sólo por los Doce, sino también por un grupo de mujeres: "María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaron con sus bienes" (Lc 8, 2-3). Al contrario de la mentalidad judía, que no concedía gran valor al testimonio de las mujeres, como lo demuestra el derecho judío, son éstas las primeras en tener el privilegio de ver a Cristo resucitado y son ellas las encargadas por Jesús de llevar el primer mensaje pascual, incluso a los Once, para prepararlos a ser "testigos oficiales de la resurrección".
·EN LA PARROQUIA
Hoy en día en nuestras comunidades se piensan que el papel de las mujeres consiste solamente en ayudar, bien sea al sacerdote, a la Iglesia o a la comunidad. A los ministerios son pocas las que acceden a ella, incluso me atrevería a decir que no hemos superado todavía el "machismo" en querer ver solamente a los hombres en los ministerios. Existen algunos en las que ellas pueden acceder también y se hace necesario. El papel de la mujer como la del hombre es la de llevar la Buena Nueva a toda criatura, todos estamos llamados a esparcir la fragancia del Evangelio.