El texto de Lc 21,5-19 presenta dos partes ya habiendo entrado Jerusalén. A) El discurso sobre la ruina de Jerusalén (Lc 21,5-7) y las señales precursoras sobre el fin (lc 21,8-19).
El texto tiene su paralelo con los otros dos evangelistas (Mt 24,1-3 y Mc 13,1-4).
Jesús predice la destrucción del templo para un futuro no muy lejano: "Como algunos hablaban del Templo, de cómo estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, él dijo: «De esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra, ni una que no sea derruida.» Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? ¿Cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». En efecto tal destrucción sucedió en al año 70, tal como lo atestigua el historiador Flavio Josefo. Del santuario, realmente no quedó ni una sola piedra, lo único que se puede ver todavía de aquel esplendor es algún bloque macizo del recinto externo.
En la pericopa sólo se pregunta por el fin del templo. En Marcos se pregunta cuándo vendrá el fin del mundo (13,4). Mateo formula más concretamente la pregunta: « ¿Cuándo sucederá esto y cuál será la señal de tu parusía y del final de los tiempos?» (Mt 24,3). La destrucción de Jerusalén, la venida del Hijo del hombre y el fin de este mundo están enlazados entre sí. Lucas deshace el enlace. La destrucción de Jerusalén no forma parte de los acontecimientos del tiempo final. Se ha efectuado ya cuando Lucas escribe su Evangelio. El fin del mundo, en cambio, no ha llegado todavía. Toda predicción es oscura hasta que se cumple. Nosotros leemos el discurso escatológico como lo leía Lucas. También para nosotros se ha cumplido una parte de sus predicciones, pero todavía aguardamos el cumplimiento de la otra parte.
La segunda parte del discurso de Lucas (21,8-19) habla de las señalesque antecederán ante la destrucción del templo y de las persecuciones que tendrán los predicadores del evangelio:
"Jesús respondió: «Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: 'Yo soy' y 'El tiempo está cerca'. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis. Es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato.» Y añadió: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino; habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares; se verán cosas espantosas y grandes señales del cielo. «Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán; os entregarán a las autoridades de las sinagogas y os meterán en cárceles; y os conducirán ante reyes y gobernadores por mi nombre. Esto os sucederá para que deis testimonio. Pero no os propongáis preparar vuestra defensa, porque yo os comunicaré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros.Todos os odiarán por causa de mi nombre, pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras vidas".
Vendrán grandes catástrofes entre las que se encuentran(Lc 21,8-11)
Falsos Mesías (Lc 21,8)
Calamidades publicas de alcance social (Lc 21, 8-11); Guerras entre pueblos y naciones (cf. Is 10,6; 2 Cron 5,6), terremotos (cf. Is 13,13; Am 8,8), peste (cf. Jr 21,6; Am 4,10), hambre (cf. Is 8,21) y otras cosas horrendas en el cielo (Is 13,13; Jr 4,28; Ez 32,7-8).
Las referencias del A.T. demuestran claramente que Jesús usa un lenguaje ya consagrado en la apocalíptica bíblica. Todas estas cosas no pueden tomarse en sentido literal, ya que se trata de un lenguaje eminentemente escatológico.
Las persecuciones a aquellos que predican el evangelio serán duras,serán entregados a las autoridades de las sinagogas y encarcelados, sin embargo Jesús les dice que no se deben preparar para su defensa porque él les comunicara una "sabiduría" "gr. sofia" a la que no podrán resistir sus adversarios.
A juicio de Josef Schmid "en los v. 16s vuelve Lucas a ceñirse más de cerca al texto de Marcos (13,12-13ai), manteniendo sin embargo a diferencia de éste, la forma directa en el discurso a los discípulos («seréis entregados»), motivo que le lleva también a restringir la afirmación sobre el martirio («algunos de vosotros seréis llevados a la muerte»). No todos los heraldos del evangelio sufrirán la muerte por su causa. La argumentación queda aquí, al parecer, interrumpida por fistos dos versos tomados del texto de Marcos con más exactitud que los demás, por no hablarse ya aquí del triunfo del evangelio, sino sólo de la persecución de sus confesores; el v. 18 parece que podría adaptarse muy bien a continuación directa de los v. 13-15. A pesar de ello; los v. 16s no constituyen un cuerpo extraño en el texto de Lucas, ya que la idea central de todo ese pasaje es la de que no les serán ahorradas persecuciones a los discípulos, sufriendo incluso algunos de ellos el martirio, pero a pesar de todo no podrá ser detenida la marcha triunfal del evangelio. Los v. 16-18 no son, en el fondo, sino una continuación del pensamiento de v. 12s y, por ello, también tienen que ser interpretados en igual sentido: a pesar de las persecuciones, los discípulos deben estar llenas de ánimo y confianza en Dios"1.
En el v. 19 se habla de la "perseverancia", (también significa "fortaleza en el sufrimiento" Lc 8,15; 21,19; Ro 2,7; 5,3,4; 8,25; 15,4,5; 2Co 1,6; 6,4; 12,12; Col 1,11; 1Ts 1,3; 2Ts 1,4; 3,5; 1Ti 6,11; 2Ti 3,10; Tit2,2; Hb 10,36; 12,1; St 1,3,4; 5,11; 2 Pe 1,6; Ap 1,9; 2,2,3,19; 3,10; 13,10; 14,12) que deben tener aquellos que sigan a Jesús, con esa perseverancia salvarán sus vidas.
ACTUALIZACIÓN
ØEn el mundo de hoy vemos muchos falsos profetas, cada vez son más las personas que quieren engañar a otros a través de sus falsas doctrinas, no se basan en La Palabra de Dios sino en sus propias locuras.
ØEl discípulo de Jesús no debe extrañarse por estar sujeto a toda clase de pruebas y sinsabores y aun maldiciones y persecuciones. Sin embargo, El Señor siempre estará a nuestro lado acompañándonos en todas las batallas.
Ø"Perseverancia y fortaleza" nos pide Jesús para heredar la vida, el cristiano no debe dejarse apabullar por los malos momentos, las enfermedades y los muchos tropiezos que aparecerán en nuestro camino, que es estrecho, pero que vale la pena el esfuerzo, la victoria de Jesús sobre el poder de las tinieblas nos acompaña por todos lados.
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1. SCHMID, Josef, El Evangelio Según San Lucas, Herder, Barcelona 1968, 1ra Edición, p 440-441