CAMINEO.INFO.- Dice Jesús en el evangelio: “Si tuvierais fe como un granito de mostaza,
diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os
obedecería”.
Yo, ayer en la tercera cena del Curso Alpha, he visto muchas moreras
arrancadas de raíz. Es increíble lo que la fe provoca. Cuánta acción generada
por la fe, cuántas cosas que hace mover la fe. Nos hemos de sentir muy, muy
orgullosos de nuestra fe. Todo y que tenerla hoy en día no esté bien visto.
Socialmente vivimos momentos de pocas luces, pero, ¡¡nosotros orgullosos de
nuestra fe!! ¡¡Cómo la fe ha enriquecido nuestra vida!!, podríamos escribir un
libro.
Si la
fe mueve tantas cosas en nuestro pequeño pueblo ... imaginad todo lo que mueve
a escala mundial. ¡Qué gran espectáculo! A todos nos mueve una misma
convicción: es el amor de Cristo,
quien
puede cambiar el corazón del ’hombre,
quien
puede sanar un alma herida,
quien
puede transformar el odio en amor,
quien
puede llevar arrepentimiento, reconciliación y paz,
quien
puede llegar a los problemas de fondo de la existencia humana ...
Escuchando a Jesús cada domingo seguro que más de una vez nos hemos sentido
un poco abrumados por sus palabras, por
su contundencia y exigencia. Lo que nos pasa a nosotros también les pasaba a
los discípulos... Después de hablar del perdón, de que es necesario perdonar al
hermano, siete veces al día si es preciso, los discípulos dicen: “Auméntanos
la fe”.
¡¡Se sienten agobiados, perdonar siete veces al hermano!!...”Auméntanos
la fe”... Es bonito porque nos muestra una realidad teológica
importantísima: la necesidad de la gracia para seguir a Jesús, para vivir lo
que nos propone. Si él no nos da, no podemos...
Esto nos ha de llevar a pedir la fe, como hacen hoy los discípulos. Pero, no
es la única enseñanza de hoy. A parte de pedir la fe, con el ejemplo que Jesús
nos pone después del criado labrando el campo ... nos está diciendo con qué
actitud hemos de pedir la fe, cómo nos hemos de situar delante de Dios. Como un
sirviente sin ningún mérito.
“Somos siervos
inútiles”. No tiene un sentido negativo o despectivo. Sinó que
quiere manifestar la gracia, la gratuidad del don de Dios.
¿Cómo podemos crecer en la fe? Pidiéndola, y disponernos a recibirla como
un sirviente que hace su trabajo y
punto. Sin mirarnos el ombligo, sin creernos los mejores, sin compararnos, sin
estar pendientes a cada momento de recibir el premio, la recompensa de nuestros méritos. “Somos siervos inútiles,
hemos hecho lo que teníamos que hacer”.
El ejemplo final nos viene a decir que no somos acreedores delante de
Dios... sino sirvientes, que como el criado, hemos hecho lo que teníamos que
hacer... y punto. ¡¡No esperemos recompensas de Dios, no las exijamos!!
Es tan fácil, y sobre todo por los que hacen voluntariados parroquiales,
¡¡situarse delante de Dios como acreedores, cuando siempre somos deudores!!
¡¡Porque a Él le debemos todo!! ¡¡Porque todo es un don suyo!!
Cuánto bien nos hace a todos, especialmente a los que hacen voluntariados,
decir: “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”.
Palabras que nos sitúan en el camino de la humildad, palabras que nos sitúan
correctamente delante de Dios y permiten que él pueda ser muy generoso con
nosotros. La humildad abre nuestro corazón a recibirlo
todo de Dios.
Pidamos más fe, y hagámoslo, como lo haría un pobre…