CAMINEO.INFO.- “Unafrase sacude a las mujeres y cambia la historia: ¿Por qué buscáis entre los
muertos al que vive?”. La resurrección de Jesús lo cambia todo. No vivamos como si
él no hubiera resucitado. Nos pasa a veces, ¿no? Tenemos reacciones, actuamos,
decimos cosas, como si él no estuviera, como si estuviera muerto. Que su
resurrección nos afecte de modo que le consideremos siempre vivo y operante.
“Él
viene para hacerlo todo nuevo”. “Yo hago nuevas todas las cosas”. ¡Que resucite nuestra
esperanza! ¡Sin esperanza, no somos nada! Si a la vida le quitamos la
esperanza, qué queda. No queda nada. Que Él haga nueva nuestra esperanza. Y a
partir de la esperanza, ¡todo nuevo!
“Si
ayer con las mujeres contemplábamos al que traspasaron, hoy con ellas somos
invitados a contemplar la tumba vacía y a escuchar las palabras del ángel: “¡no
tengan miedo… ha resucitado!”. “Palabras
que quieren tocar nuestras convicciones y certezas más hondas, nuestras formas
de juzgar y de enfrentar los acontecimientos que vivimos a diario;
especialmente nuestra manera de relacionarnos con los demás.”
¡Que bonito!
La resurrección llamada a transformarlo todo…”tocar
nuestras convicciones y certezas más hondas”. Podemos decir que a veces
actuamos de manera “no pascual”, como si Jesús no estuviera. Y hemos de actuar
de manera “pascual”: ¡Jesús está! ¡¡Él está vivo!! Mirad lo que dice ahora…
“La
tumba vacía quiere desafiar, movilizar, cuestionar, pero, especialmente quiere
animarnos a creer y a confiar que Dios “acontece” en cualquier situación.”
Qué quiere
decir que Dios acontece en cualquier situación.
Quiere decir que Dios siempre está, que Dios siempre actúa, que él no nos deja
nunca. ¡Si ya no está en la tumba, es porque está en nuestra vida!
Celebrar la Pascua, es
volver a creer que Dios irrumpe y no deja de irrumpir en nuestras historias
desafiando, nuestras rutinas,
mediocridades y faltas de visión de fe. ¡¡Dios irrumpe!!
‘’Qué expresión, qué fuerza!! Si tu le abres la puerta, Dios irrumpe, y hace
todas las cosas, todas las situaciones, nuevas.
Celebrar
la pascua es dejar que Jesús venza. Si le abres
la puerta, él entra (irrumpe) y él vence.
¡Cuánto
necesitamos dejar que nuestra fragilidad sea ungida por esta experiencia,
cuánto necesitamos que nuestra fe sea renovada, cuánto necesitamos que nuestros
miopes horizontes se vean cuestionados y renovados por este anuncio! Él
resucitó y con él resucita nuestra esperanza y creatividad para enfrentar los
problemas presentes, porque sabemos que no vamos solos.
¡Lo
necesitamos a él! Sin él, fragilidad, miopía, rutina. Él lo hace todo nuevo.
Acabo ya con las palabras finales del papa en la homilía del 2019.
Queridos hermanos y hermanas, démosle
al que Vive el lugar central en la vida. Pidamos la gracia de no dejarnos
llevar por la corriente, por el mar de los problemas; de no ir a golpearnos con
las piedras del pecado y los escollos de la desconfianza y el miedo.
Busquémoslo a Él, dejémonos buscar por Él, busquémoslo a Él en todo y por
encima de todo. Y con Él resurgiremos.