Domingo I tiempo de Cuaresma

CAMINEO.INFO.- La Cuaresma es como un tren que pasa, y nosotros lo tenemos que coger. Y esto no es del todo fácil. Me explico: la Cuaresma pasa todos los años, siempre con la misma duración, siempre cuarenta días, siempre alrededor del mes de febrero-marzo, siempre nos coge un poco por sorpresa, siempre se nos invita a la conversión, siempre es preparación para la Pascua. Precisamente por esto, por este “siempre”, parece que no importa demasiado dejar pasar el tren de la Cuaresma.

¡¡Pero no es así!! El tren de la Cuaresma del 2022 solo pasa una vez. Sólo ahora tienes la edad que tienes. Sólo ahora vives lo que estás viviendo. Sólo ahora Dios te puede dar unas gracias concretas para este momento que vives. Sólo ahora... Quizás ésta sea tu última Cuaresma...

La Cuaresma es un tren que pasa y que lo hemos de coger. Y este tren va pasando por diversas estaciones, muy diferentes entre sí. Es bueno pararse en todas las estaciones. Estas estaciones son los domingos de Cuaresma, día del Señor, las prácticas cuaresmales (ayuno, caridad y oración), la celebración del perdón, la prolongación del rato de oración personal. No nos saltemos estas paradas.
La estación final es la Pascua, resucitar con Cristo. Participar más plenamente de su vida. ¡¡Vale la pena!!

Si no cogemos el tren de la Cuaresma no nos convertiremos. Convertirse es creer que Dios quiere entrar en ti, y abrirle realmente el corazón.
Convertirse es confiar en la fuerza de Dios, que quiere hacer de nosotros criaturas nuevas.
Convertirse quiere decir dejar de ser esclavo de nosotros mismos, esclavos de nuestras ideas y proyectos, y dejar nuestras vidas en manos de Dios. Dale tu vida a Dios. Dejar a Dios ser Dios.
Convertirse es dejar de vivir para uno mismo y vivir para Dios...
¡Conversión porque la vida de muchos depende de nuestra conversión!

Hoy este evangelio nos muestra algunas paradas de este tren que nos quiere llevar por el camino de la conversión:
“...y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto,”. Jesús marcha al desierto, lugar de la soledad, del silencio, lugar para centrarse en lo esencial. Y después del desierto comenzó su vida pública. El desierto llega a ser importantísimo para Jesús.
Hacer desierto en nuestra vida… prolongar la oración, ser generoso con el tiempo a Dios... Podría ser una parada de nuestro tiempo cuaresmal hacer un fin de semana de desierto, de receso. Este año os volvemos a hacer una propuesta de Ejercicios Espirituales parroquiales. 18, 19 y 20 de marzo. ¡¡Un fin de semana para Él!! ¡Para estar con él! ¿Puede ir mal? ¿Nos puede decepcionar? Imposible. Y entonces, ¿por qué no ir? Cada año tenemos cincuenta y dos fines de semana, uno para Él. ¡Es mucho?
“Es que no acostumbro a...”. Pues, plantéate cambiar de costumbre… esto es la conversión...
“Es que no conozco nadie...” ningún problema, los Ejercicios Espirituales son en régimen de silencio. ¡Sé valiente! Esto es...
“Es que he de hacer cosas...” Marta, Marta, estás inquieta por muchas cosas y sólo una es importante.

Dos motivos que Jesús da para hacer desierto: El primero: “el hombre no vive sólo de pan”. Las cosas no nos acaban de llenar... Es una experiencia cercana a todos: Tienes la casa que querías, pero no te sientes lleno del todo. Tienes buenos amigos, pero no te sientes...Tienes una buena familia, pero...
Nuestro corazón no vive sólo de pan, ... Nuestro corazón necesita a Dios, nuestro corazón anhela a Dios.

Recuerdo una conversación de una película entre Rocky y su hijo, el hijo le dice: “Esto era antes papá, la gente ha cambiado mucho. Y Rocky dice: “Las modas cambian, la gente no cambia”. Dios ha hecho muy bien el corazón del hombre. Pueden cambiar muchas cosas, pero el corazón del hombre no cambia. Dios ha hecho este corazón, para ser Él quien lo llene. Por esto esta insatisfacción.

San Agustín: “Ningún bien de este mundo nos llena porque anhelamos el Bien Supremo”. “Nos has hecho para ti y nuestro corazón no descansa hasta que no reposa en ti”.

Qué expresión más feliz: “No sólo de pan vive el hombre”. Que quiere decir que nos es preciso cuidar, velar, alimentar, cultivar, nuestro interior.

Segundo motivo para hacer desierto. “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”. Nos es necesario adorar al Señor, expresarle nuestro amor, celebrar su presencia entre nosotros.
Pasa el tren de la Cuaresma, cojámoslo, vivamos las diversas estaciones intensamente, los domingos, las prácticas cuaresmales (ayuno, caridad y oración), la celebración del perdón, la prolongación del rato de oración personal.
¡Cojamos el tren... ahora es el tiempo! ¡Es la hora! ¡Viajeros al tren!