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Jueves Santo |
Jueves SantoThu, 18 Apr 2019 10:21:00
CAMINEO.INFO.- En continuidad con el domingo de Ramos,
seguimos contemplando la belleza de la Buena Nueva, la belleza de
Cristo. Hoy, en concreto, la belleza de un gesto: el lavatorio de pies.
Con
los adolescentes y jóvenes hemos hecho unas convivencias de tres días.
Y, en cada uno de los días trabajábamos un día del triduo pascual. Al
hablar del Jueves Santo, hicimos una dinámica sobre el lavatorio de
pies. Uno de los adolescentes dijo la palabra clave: ¡impactante! (que
quiere decir que nos impacta, que quedamos afectados por lo que vemos).
Es
impactante, o tendría que ser impactante, contemplar a Jesús, el Hijo
de Dios, arrodillado delante del hombre, lavándole los pies.
¡Impactante! En aquel tiempo, lavar los pies era tarea de los esclavos
de las casas ricas. El Hijo de Dios que asume la posición del esclavo.
¡Impactante!
Cuánta belleza hay en este gesto. Es la belleza de
la bajeza, del anonadamiento. Una belleza que hemos de saber descubrir.
Esta belleza está muy presente en toda la Historia de Salvación: Dios
que se hace hombre, que se hace carne. Dios arrodillado ante el hombre,
asumiendo la posición del que sirve. Jesucristo, muriendo en cruz,
culminación del abajamiento. Y Jesucristo, que se queda en un trocito de
pan, cosa que hoy, Jueves Santo, conmemoramos. La eucaristía la hemos
de ver también en continuidad con este abajamiento. Un abajamiento que
es llena de misterio, de belleza y de amor.
Como decía el
Domingo de Ramos, esta belleza que contemplamos se traduce en la belleza
de vidas cristificadas. La belleza de Cristo como que nos impacta
produce belleza en nuestras vidas.
Jesús lava los pies de Judas
Iscariote, el traidor. Jesús també se arrodilla ante él y con ternura y
cariño, le lava los pies. ¡¡Gran ejemplo para nosotros!!: Jesús
sirviendo con amor aquel que está a punto de traicionarlo.
¿Cómo
tratamos a los que no nos caen bien? ¿A los que han mal hablado de
nosotros? ¿A los que nos han criticado? ¿A los que nos han herido? ¿Qué
hay en nuestro corazón?
En el corazón de Jesús sólo hay amor.
Y
por si el gesto no era bastante claro, después lo explica con sus
palabras: “Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies,
también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado
ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo
hagáis”.
Hoy en día, no tendremos que lavar los pies físicamente
a nadie, pero, sí deberíamos tener un amor equivalente a este gesto. Un
amor humilde, que se hace servicio, hacia todos. Ya lo dice Jesús; es
muy fácil amar a los que te aman, esto también lo hacen los paganos...
Nosotros estamos llamados a otra cosa...
¿Qué Judas hay en
nuestra vida a quien aún no le hemos lavado los pies? ¿Qué Judas hay en
nuestra vida al cual no queremos amar?
Y no hablo de ser educado
y respetuoso, sino ¡¡de amarlo!! Puede parecer difícil, pero, no lo es
tanto. Porque el que vive en Cristo no ama con sus fuerzas, sino que lo
hace con la fuerza de Cristo, con la fuerza de Dios.
“Y para
muestra un botón”: fijaros en qué cosa más bonita hemos pedido en la
oración colecta: “te pedimos que la celebración de estos santos
misterios nos lleve a alcanzar plenitud de amor y de vida”. ¡¡Participar
bien y vivir la eucaristía nos lleva a crecer en caridad!!
El
gesto que hemos contemplado nos propone una nueva manera de estar en el
mundo, una nueva manera de ser, una nueva manera de relacionarse los
unos con los otros. Y el camino es Jesús presente y actuante en la
eucaristía.
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