CAMINEO.INFO.- La de hoy es una
escena, a mi entender, dramática y tremendamente actual. Una escena donde se
produce un choque entre la imagen/concepto que los habitantes de Nazaret tenían
de Jesús y una nueva imagen/concepto que se hace presente entre ellos.
Me explico: Jesús ha vivido muchos años en Nazaret, le
han visto crecer como un niño y como un joven más del pueblo. Un pueblo pequeño
donde todos se conocen perfectamente. Y esto ha provocado que se hagan una
cierta imagen de Jesús. Y llega un momento donde Jesús marcha para iniciar su
vida pública y predicar la Buena Nueva del Reino de Dios. Y un tiempo después
vuelve con los doce discípulos, enseña en la sinagoga, reconocen que habla con
sabiduría, dice cosas nuevas, saben que de sus manos salen milagros, pero... no
lo aceptan: “¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de
Santiago y José y Judas y Simón?”.
Están dispuestos a aceptar un “cierto Jesús”, el que
habían conocido siempre. No el “nuevo Jesús”. No aceptan el “nuevo Jesús”. No
quieren replantearse la imagen que tienen de Jesús. Se aferran a la antigua
imagen de Jesús y no son capaces de evolucionar, de cambiar, de aceptar las nuevas realidades que acompañan a
Jesús.
¿Por qué pasa esto? La primera lectura nos lo explica.
Cito algunas palabras/frases cortas: “pueblo rebelde”, “se ha rebelado
contra mi”, “son testarudos y obstinados”, “son un pueblo rebelde”. Yo me
quedaría con la expresión de “son testarudos y obstinados”, que nos habla de un
corazón endurecido, insensible.
Hecha esta explicación de la escena procuremos que
ilumine nuestra vida.
A nosotros nos puede pasar lo mismo que a los habitantes
de Nazaret; tenemos una cierta imagen de Jesús, de lo que Jesús me pide, de cómo
relacionarme con Jesús, de qué es el cristianismo, y quedamos, quizás,
demasiado enganchados a una manera de ser cristiano, una manera cómoda de ser
cristiano. Y no somos capaces de evolucionar, de ir cambiando. Entonces no
aceptamos el “nuevo Jesús”, la novedad de Jesús.
Decía el papa Benedicto hablando de su llamada a ser
papa: “Los caminos del Señor no son
cómodos, pero es que no hemos sido creados para la comodidad, sino para cosas
grandes, para el bien”. Qué frase… ”no hemos sido...” ¡qué bonito!
La propuesta de Jesús es avanzar siempre, crecer siempre,
caminos nuevos, ser creativos, más amor, más perdón, más compasión por los
necesitados, más docilidad al querer de Dios.
¿Qué es ser cristiano? ¿Ser buena persona e ir a misa?
¡No! Esto es tan reductivo que no podemos definir así ser cristiano. Si ésta es
nuestra definición nos hemos hecho una imagen falsa de Jesús.
El calificativo de “buena persona” lo utilizamos con
mucha facilidad. En principio, una buena persona es alguien que hace el bien.
Hoy en día, cuando alguien no mata ni roba ya lo calificamos de buena persona,
error.
Volvemos, ¿Qué es ser cristiano? Aprendo a ser cristiano
mirando a Jesús, (si no lo miro, si no lo contemplo, no puedo ser cristiano), y
Él me lleva a:
.Tratar y amar a Dios como Padre. “Amar a Dios con todo
el corazón, con toda el alma, con todo el ...”.
.Desear ser santo... “Sed santos como mi Padre
celestial es santo”.
.”Amar a los enemigos, hacer el bien a los que nos
odian, rezar por los que nos ofenden...”.
.Perdonar siempre, “setenta veces siete”.
.Compadecerse ante el pobre (no ser un Epulón)
.Dar de lo que necesito (viuda pobre)
.Servir, llegar a ser servidor (lavatorio de pies)
Apasionados por hacer el bien, y tantas otras cosas...
Desear vivir todo esto, es acoger el “nuevo Jesús”.
Acoger el “nuevo Jesús” es leer el evangelio cada día, creyendo que él nos
habla a nosotros, y mirar de vivir su propuesta.
Sabéis que he estado de campamentos… El lema…: “Jesús acampa con nosotros”. Han sido
geniales. Los niños muy felices y los niños más cerca de Jesús, que por esto
hacemos campamentos. Son unos campamentos donde hacemos la plegaria de la
mañana y de la noche, hacemos misa todos los días y cada tarde una dinámica
catequética + reunión para pequeños grupos para comentarla.
En los niños se ve muy claro esto que hemos dicho: ellos
tienen una imagen de Jesús, muy de niño, muy infantil, y poco a poco van
enriqueciendo esta imagen. En estos campamentos han tomado más consciencia de
que Jesús realmente está siempre con nosotros. Cada día en la plegaria de la
mañana leíamos el salmo del Buen pastor, poco a poco, haciendo silencios.
Pidamos al Señor no tener
un corazón endurecido, empedernido, que seamos capaces de abandonar rutinas y
aceptar cada día al nuevo Jesús, presente en la Palabra.