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La mirada de Jesús tenía que ser una
mirada muy especial. Una mirada misericordiosa, amable, acogedora. Yo cuando
empiezo a rezar me imagino esta mirada de Jesús.
La mirada de Jesús tiene una cosa
especial ... la mirada de Jesús es una mirada que va al fondo del corazón.
Jesús no se queda en el ver cosas externas, sinó que procura ver y ve lo que
hay en el fondo del corazón. Jesús mira de otra manera. El mirar de Jesús es un
mirar diferente, un mirar que mira el corazón. Hoy lo vemos en las dos escenas
del evangelio.
Nosotros tenemos que aprender a mirar
como él.
Escuchemos qué dice Jesús: “¡Cuidado
con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan
reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los
primeros puestos en los banquetes; … con pretexto de largos rezos”.
¿Qué es una filacteria? Es una cinta
donde hay textos de la Biblia.
Cuando alguien hace cosas para que lo miren, vestimenta,
pasearse por ciertos lugares, cosas extravagantes, los jóvenes dicen que esto
es “postureo”.
Los maestros de la ley, como muchos jóvenes hoy, viven de
cara a fuera, de cara al exterior, sólo se preocupan de las cosas exteriores.
Viven de cara a los demás. Viven pendientes del qué dirán, qué pensarán... No
son libres... que triste, ¿no?. Está siempre pensando ¿qué pensarán de mí? ¿qué
dirán de mí?... Quien le pase esto no es
libre.
Analicemos en la oración si esto nos pasa... Cuando me visto…
pienso en qué dirán... No digo que voy a misa por el qué dirán... Quiere decir
que no soy libre... pedir a Jesús …
Jesús nos advierte de ellos porque no son de fiar… ¿Por
qué? No muestran quien son realmente, por tanto, son falsos. Mucha gente es
falsa...
Nosotros, los cristianos, miramos de vivir de una manera
diferente a todo esto...
Nos preocupa (ocupa) más el interior que el exterior.
Nos ocupa ser buenos, no ir vestidos de marca..
Nos ocupa ir creciendo como personas, no que me admiren.
Vivimos de cara a Dios, de cara a los padres, no de cara
a los demás.
Nos es igual lo que piense la gente, nos preocupa lo que
piense Dios, lo que piensen los padres.
Jesús mira el corazón de las personas. Nosotros también
hemos de aprender a mirar el corazón de las personas: no si tienen muchos
likes, muchos seguidores en el instagram, o si llevan ropa de marca, miramos el
interior, el corazón de las personas.
Vamos a la segunda escena del evangelio. Fijaros, otra
vez lo mismo: Jesús mira de otra manera. Jesús
no se queda en el ver cosas externas, sino que procura ver y ve lo que hay en
el fondo del corazón.
La gente mira y admira a los ricos que
dan mucho dinero al templo. Jesús, en cambio, mira el corazón de la persona y
descubre quién ha dado más. Los ricos dan de lo que les sobra... ¿y la viuda
qué ha dado? De lo que tenía para vivir. “...pero ésta, que pasa necesidad,
ha echado todo lo que tenía para vivir”.
¿Cómo es que la viuda da todo lo que
tenía...? ¿Qué le pasó a aquella viuda?
¡¡Confía en Dios que provee!! ¡¡En Dios
providente!! En Dios que nos da lo que necesitamos... La generosidad nace de la
confianza en un Dios providente, misericordioso que no nos fallará nunca… Ya
hablamos … Cottolengo.
Como la viuda de la
primera lectura, que confió en el profeta Elías. “Ni la orza de
harina, ni la alcuza de aceite, se agotó”.
No son dos gestos, es el mismo
gesto. Un gesto que nace de una certeza que hay en el corazón de estas mujeres
sencillas y pobres: Dios no abandona a aquel que le es fiel, Dios no abandona a
aquel que confía en él hasta allá donde no sería razonable confiar. No es
razonable lo que hacen estas mujeres, pero la fe, la confianza en Dios las
lleva a ir más allá de la razón. ¡Que la fe guie nuestra vida! Somos
occidentales, tenemos una tendencia excesiva al racionalismo, que la fe guie
nuestra vida.
Que no quiere decir dejar de
pensar, sino que nos mueva una razón iluminada por la fe, transformada por la
fe, amarada de fe. Miremos nuestra vida: ¿qué hay más razón o más fe? Pienso
que hay mucha racionalidad y poca fe.
Dios es Padre,
Dios es Todopoderoso,
Dios es misericordioso,
Dios es providente.
¿Cómo podemos desconfiar de Él?
¿Cómo podemos quejarnos? ¿Cómo podemos tener miedo?
¡¡Siempre alegres!!
Ante un Dios así sólo nos queda
el camino del abandono en sus manos, pase lo que pase, y nunca desconfiar de
Él.