Solemnidad de la
Santísima Trinidad... Hoy es un día para contemplar el misterio de Dios, la
grandeza de Dios, la grandísima revelación de nuestro Dios.
Fijémonos en las
palabras de Moisés al pueblo y como dibuja la grandeza de Dios: “Pregunta,
pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, ...¿hubo jamás,
...palabra tan grande como ésta?; ...¿hay algún pueblo que haya oído, como tú
has oído, la voz del Dios vivo…?” Y va
relatando las obras de Dios, y va repitiendo “se oyó cosa semejante?”.
Moisés se admiraba de lo que había hecho Dios por el
pueblo de Israel. Pues, mucho, mucho más nos hemos de admirar de lo que Dios,
el Hijo de Dios, ha hecho.
Dejadme que parafrasee este texto: “Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos que te han precedido,
...¿hubo jamás, palabra tan grande como
ésta?; ...¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios
vivo…?, lo haya tocado, lo haya podido escuchar cara a cara. Investiga si
nunca se ha oído decir que un Dios haya muerto por un pueblo, y que le haya
comunicado su misma vida, su mismo principio vital.
Investiga si nunca se ha oído decir de un Dios que nos
haga hijos suyos, y que nos comunique el espíritu del Hijo. Si nunca se ha oído
decir que un Dios se haya quedado presente en un trocito de pan, porque no
quería marchar del todo...
Y podríamos seguir... qué Dios tan grande el nuestro. Nos
ha de despertar admiración todo lo que Dios ha hecho. Como la despertaba en
Moisés… que alucinaba con las cosas que Dios hacía...
¡¡Cómo Dios se ha ido revelando!! Y el motor de esta
revelación: el amor. Se revela y actúa porque nos ama. En cada una de las cosas
que he dicho hemos de ver el amor de Dios.
Y todo esto que hemos dicho lo decíamos a nivel general
de cosas que Dios ha hecho a favor de todos, pero, todos podríamos añadir
momentos donde Dios se ha manifestado de una manera especial en nuestras vidas:
cuando nos dió aquella luz, cuando puso
aquella persona en nuestro camino, cuando nos dió esperanza en momentos muy
duros, cuando nos llevó a perdonar aquella grave ofensa...
Tantos y tantos momentos donde Dios se ha revelado en
nuestras vidas.
Todo esto nos ha de
llevar… Esta revelación y actuación de Dios nos ha de llevar especialmente a la
oración de alabanza y nos ha de llevar también a la oración de
agradecimiento...
Una bonita manera de
rezar es hacerlo con los salmos. Ellos ponen palabras a los sentimientos más
profundos. Hay muchos salmos de alabanza y agradecimiento... Utilicémoslos en
nuestra oración, todo recordando este Dios que ha hecho tanto a favor
nuestro... ¡Deberes para casa!
Preguntaron al Papa Francisco: ¿Santo padre, usted cómo
reza? Y respondió, “yo hago una oración memoriosa. Hago memoria de esos
momentos en los que Dios se ha manifestado en mi vida de un modo palpable.”
También nosotros hemos de rezar así... ¡más deberes para
casa!
En línea con lo que hemos ido diciendo y siguiendo
parafraseando a Moisés: “Investiga si nunca se ha oído decir un Dios que nos
envíe a la misión, a la misión más motivadora que haya: llamados a convertir
todos los pueblos, a enseñar la Buena Nueva de la salvación, donde Él nos
promete que estará cada día con nosotros.
Qué Dios es tan grande como lo es el nuestro...
A veces, para captar la belleza de un cuadro nos hemos de
separar un poco. También para captar la belleza de nuestra fe, la belleza de nuestro Dios…
¡¡contemplémosla!!