Hoy leemos el
evangelio que mejor refleja las peculiares reacciones de los discípulos delante
de una aparición de Jesús Resucitado.
“Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un
fantasma”. Y Jesús dice: “¿Por qué os alarmáis?”
Esto quiere decir que estaban alarmados. Y dice también: “¿Por qué surgen
dudas en vuestro interior? Esto quiere decir que tenían dudas. “Y como
no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: ¿Tenéis ahí
algo que comer?”
Están
hablando de la resurrección del Señor, que se ha aparecido a Pedro y a los dos
que iban a Emaús. Se les aparece Jesús Resucitado y reaccionan así...que raro
Tres
motivos por los cuales reaccionan así:
1 Los discípulos no se esperaban la
resurrección del Señor.
2 Es necesario decir también que la
resurrección es un acontecimiento único. No tenían unas experiencias previas.
Cuando a nosotros nos pasa una cosa única, significativa y por primera vez
también nosotros tenemos reacciones peculiares.
Es
un acontecimiento único que rompe sus esquemas y les abre a un nuevo horizonte
lleno de interrogantes para ellos:
¿Cómo
es que ha resucitado?
¿Quién
es éste que es capaz de volver de la muerte? ¿Qué quiere decir que sea Dios?
¿Cómo
puede ser que sea Dios?
¿Irá
a ver a los dirigentes judíos y se proclamará el Mesías?
¿Irá
a expulsar a las autoridades romanas?
¿Qué
pasará a partir de ahora? ¿Qué tendremos que hacer nosotros?
De
aquí las peculiares reacciones de los discípulos... ¡¡Es tan sorprendente lo
que está pasando!!
¡¡Nosotros
hemos de hacer nuestros sus sentimientos, para darnos cuenta de qué quiere
decir que Jesús haya resucitado!! Contemplar la escena y mirar de sentir lo que
sintieron… para darnos cuenta de lo que está pasando.
¡¡Qué
pasaría si Jesús Resucitado se apareciera a nosotros?? ¡¡Cambiaría nuestra
vida??... Si dices que “sí”, quiere decir que no te acabas de creer que
resucitó.
Si
se te aparece y te dice: “Ves a predicar la conversión y el perdón de los
pecados. Tu eres mi testimonio” ¿Qué pasaría? Cambiaría nuestra vida...?
No.
¡¡No tendría que cambiar!! ¡¡La fe nos dice que ha resucitado!! La fe me dice
que estoy enviado a continuar su tarea... “Cuando
venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?”
3 Otro motivo del desconcierto de los
discípulos es que la resurrección del Señor es un misterio de fe, no es algo
asumible automáticamente por la razón, pide la fe, y la fe es progresiva, hay
resistencias, les cuesta creer... Por esto, Jesús se aparecerá a los discípulos
durante cincuenta días. Porque les hace falta un proceso, el proceso de la
fe... Están frente una nueva realidad que pide una nueva comprensión, una
realidad que les reclama repensar muchas cosas, una realidad que cambiará sus
vidas totalmente, y poder vivir todo esto pide conversión. Y la conversión no
es automática.
También
hay que tener presente lo que dice Martín Descalzo: “En pocas jornadas habían sido testigos de realidades tan vertiginosas
como la constitución de la Iglesia, la aclaración del primado de Pedro, el
envío de todos ellos al mundo entero para transformarlo, la promesa de una
presencia viva y permanente de aquel que hacia pocos días creían muerto y
perdido para siempre. Tenían el corazón abierto. Pero sus pobres cabezas no
eran capaces de abarcar tantos misterios juntos”.
No
es fácil digerir, asimilar, todo esto, hace falta tiempo. También para
nosotros. Son realidades que hemos de rezar para que entren en nuestra vida,
como una realidad que nos configura...
Yo me imagino que los
discípulos durante estos cincuenta días rezaron más que nunca. A la pregunta
de: señores apóstoles ¿cuál es la época de su vida donde rezaron más? Estoy
casi seguro que todos dirían los cincuenta días de las apariciones del Señor.
Porque se encuentran ante un nuevo camino, un camino desconocido, un camino que
los sobrepasa. Nosotros tenemos dos mil años de historia al detrás. Ellos
están justo empezando esta
historia.
Por
tanto, vamos viendo como hay un montón de hechos que justifican las reacciones
un poco peculiares de los discípulos: No se lo esperaban. Acontecimiento único.
Misterio de fe.
Para
acabar, dos ideas muy breves:
1. “Entonces
les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras”. También lo hizó
con los discípulos de Emaús. Pidámosle siempre al coger los evangelios: “Ábreme
a la comprensión el sentido de las escrituras, háblame”.
2. “Dicho
esto, les mostró las manos y los pies”. De todas las heridas de la pasión
Jesús ha querido que en su cuerpo queden
cinco llagas. Las manos, los pies, y el costado. Representadas en el Cirio
Pascual por los cinco granos de incienso.
Estas
llagas nos recuerdan el que por amor a nosotros ha hecho. No quiere que
olvidemos su amor.
Dice
el poeta: Edward Shilito “A nuestra heridas, sólo las heridas de Dios pueden
hablarles”. Nuestras heridas pueden dialogar con sus heridas.
El
nuestro es el único Dios que tiene heridas... “No hay Dios alguno que tenga
heridas, ninguno más que tu”.