CAMINEO.INFO.- ¡¡Cristo ha resucitado!! Es
el grito, es la Buena Nueva, que nos lanza esta celebración pascual y todo el
tiempo de Pascua.
En nuestra vida hay
acontecimientos que tienen una incidencia y una importancia especial y que marcan nuestra existencia, y otros que son
accidentales, que no tienen relevancia.
La resurrección de Jesús es
un acontecimiento que tiene incidencia, que nos marca. Afirmar que Jesús ha
resucitado compromete nuestra vida.
Si Él ha resucitado, todo es diferente...
El sentido de la vida. Lo que nos hará feliz. La muerte. La esperanza. El bien.
El mal. Los problemas. Nuestra debilidad. La resurrección lo hace todo
diferente. Para nosotros y para los que no le conocen.
Su resurrección es un
acontecimiento que marca la vida de todos. Vendría a ser aquello que dice C.S.
Lewis: “El cristianismo, si es falso, no
tiene ninguna importancia, y si es cierto, tiene infinita importancia. La única
cosa que no puede ser, es moderadamente importante”
Quisiera
dar un poco de consistencia a la razonabilidad de la Resurrección. Ya lo he
hecho en alguna pascua, pero es una cosa que me parece importante hacerlo de
vez en cuando. Añadiendo alguna cosa nueva...
Quiero
hacerlo porqué en los diálogos que tengo con personas muy diversas, cuando me
presentan dudas de fe, o están pasando por una mala época, yo les digo: “pero, sabemos que Jesús resucitó, te lo
puedo demostrar”. ¡¡Y se quedan sorprendidos!! Y me piden que se lo
demuestre. Y yo les explico lo que ahora os explicaré a vosotros.
Son
unos argumentos no de fe, sino de razón:
1. A Jesús de
Nazaret lo crucificaron. Lo sepultaron. Y al tercer día no lo encontraron en la
tumba. El sepulcro lo encontraron vacío. Son hechos históricos contrastados.
También por fuentes no cristianas (Tácito, Suetonio, Plinio el Joven, Flavio
Josefo, Mara Bar Serapion). Al mirar una cruz podemos afirmar con certeza
histórica: “esto pasó”.
2. Sobre si se
podría haber robado el cadáver por parte de sus discípulos. Escuchamos la
interesante reflexión de José Luis Martín Descalzo: “Ni los apóstoles estaban
organizados para dar un golpe de fuerza como ése, ni contaban con ánimos para
intentarlo, ni tenían la inteligencia y la astucia de realizarlo sin que los
soldados se enterasen. La idea contradice todos los datos históricos de que
disponemos. Aquellos días negros los apóstoles fueron unos cobardes: no eran
unos fanáticos y exaltados, sino pobre gente que se aferraba a su pellejo y no
pensaba más que en esconderse”.
3. Los escritos de
los evangelistas no tienen un tono apologético, de querer demostrar una cosa,
ni un tono de montaje fervoroso. Más bien tienen una gran contención. Tienen un
tono muy histórico.
4. El
primer testimonio de que Jesús había resucitado fue una mujer. Si se lo
hubieran inventado no habrían escogido nunca una mujer, porqué en el mundo
judío, de aquel tiempo, una mujer no sirve de testimonio. En un juicio, su
testimonio no tenía valor. Criterio de discontinuidad. Muy importante.
5. Los
evangelistas cuando escriben los evangelios lo hacen con un deseo de recuperar
la historia de Jesús. Recuperar lo que pasó. Por esto salen cosas que si no
quisieran recuperar la historia no las pondrían: las negaciones de Pedro (el
primero...), las incomprensiones de los discípulos (unas cuantas), o algunos
reproches de Jesús a los doce (unos cuantos).
6. Respecto
a recuperar la historia de Jesús es preciso destacar que los evangelios son muy
cercanos a los hechos que pasaron. Por ejemplo: El primer evangelio, el de
Marcos, se escribe hacia el año 45-50. Diez-quince años después de la muerte de
Jesús. En cambio, por ejemplo, el evangelio apócrifo de Judas es del año 250.
¿Cuál será más fiel a los hechos reales? Parece evidente, el de Marcos, que es
más cercano a los acontecimientos que quiere recuperar.
7. Hay
diferentes testimonios y en diferentes lugares de la resurrección de Jesús. La
certeza que nos da cada uno, se ve reforzada por la que nos dan los otros. No solo
en un lugar y una persona.
8. En
pocos meses, miles de judíos, que llevaban una vida muy ritual, cúltica i
religiosa, lo dejan todo, y empiezan a vivir de otra manera. Algo habrá pasado.
9. Sus
seguidores en lugar de desaparecer después de la humillante muerte de su líder,
aparecen predicando la Buena Nueva. Es más, el viernes abandonan a Jesús por
miedo a los judíos, y el domingo aparecen predicando la Buena Nueva. ¿Qué ha
pasado entre estos dos acontecimientos? Se les ha aparecido el Cristo
Resucitado. Y sin miedo, dirán a los judíos, una vez han sido detenidos: “Obedecer Dios es antes que obedecer a los
hombres”.
10. Y
quizás, el signo de credibilidad más contundente para refutar a aquellos que
dicen que todo fue un invento de los apóstoles es que los apóstoles dieron la
vida por Cristo. Todos, excepto San Juan, mueren mártires, si ellos hubieran
hecho un montaje...
Son
signos que nos hablan de la razonabilidad de esta verdad de fe. Es razonable
creer en la resurrección. Aunque evidentemente esta razonabilidad no exime de
hacer el acto de fe. Sin fe no hay resurrección...
Son
potentes argumentos para dialogar con un mundo descreído como el nuestro...