CAMINEO.INFO.- ¡¡Qué noche tan gozosa!! Es
la noche que proclama la victoria de Cristo sobre todo aquello que impide la
felicidad del hombre. Hemos de estar exultantes!! ¡Aquello que nos oprime, la
muerte, ha sido vencida! ¡Aquello que nos esclaviza, el pecado, ha sido
vencido!
Lo que contemplamos esta
noche no es como la resurrección de Lázaro. Lo que ocurre con Lázaro fue un
cadáver que volvió a la vida. A la vida que tenía antes de morir. Y un tiempo
después Lázaro volvería a morir. Él es el hombre que murió dos veces.
Lo de Jesús nada tiene que
ver con esto. Lo de Jesús es una existencia nueva. No es que se alargue su
existencia humana, sino que inicia una nueva vida. ¡¡Y atención!! Nosotros
participamos de esa nueva vida. Y ahora nuestra vida ya no está limitada por la
muerte. Y esa nueva vida es una vida de comunión con Dios. Estamos hechos para
penetrar en cuerpo y alma en la eternidad, para gozar de Dios. Nada que ver con
el volver a la vida de Lázaro.
En este sentido la
resurrección de Jesús es un misterio. No entenderemos todo lo que significa,
pero, aquello que entendemos nos cambia la vida. Fijaos si nos cambia la vida
que ¡ya no tememos la muerte como el final de nuestra vida! Con la muerte se
nos abre la puerta a la vida eterna.
Durante la pascua iremos
profundizando lo que significa esa resurrección para nosotros.
Ahora me gustaría pasar al
evangelio de Marcos que hemos leído. Que no lo hemos leído todo, continúa así: “Saliendo,
huían del monumento, porque el temor y estupor se habían apoderado de ellas, y
a nadie dijeron nada; tal era el miedo que tenían”. Sorprendente...
En la siguiente escena Jesús
se aparece a María Magdalena, ella va a anunciarlo a los discípulos, pero,
estos no la creyeron.
La siguiente escena es cuando
dos que marchaban fuera de la ciudad contemplan a Jesús resucitado, vuelven a
explicarlo, pero, no los creyeron.
Finalmente, Jesús resucitado
se aparece a los once.
Hemos de decir que los
discípulos no esperaban la resurrección de Jesús. Excepto María, la Virgen, no
lo esperaba nadie. Ni se lo imaginaban. Ni recordaban que él había hablado de
una resurrección.
Las mujeres van al sepulcro
preocupadas porqué el rito de embalsamar no se había hecho del todo bien, el
viernes. ¿Y cuál fue su reacción cuando no encuentran el cadáver y un joven
vestido de blanco, les anuncia que ha resucitado? ¿alegría? ¿lloran de emoción?
¿corren a comunicarlo? ¡¡¡No!!! Están asustadas, temblorosas, llenas de miedo,
y no dicen nada a nadie.
Es una reacción que
encontraremos en otras apariciones: susto e incredulidad. En su cabeza, no entraba la resurrección.
Esto para nosotros es un
signo que hace razonable que Jesús resucitó. Los discípulos no eran unos
fanáticos que esperaban que Jesús resucitara, y dispuestos a inventarse
cualquier cosa. No se lo esperaban. De aquí
sus reacciones. El hecho de no esperarlo hace más creíble este hecho.
Si la resurrección hubiera
sido un invento, el evangelista habría hecho una composición de los hechos de
otra manera.
Mañana continuaremos
profundizando los signos que hacen razonable que Jesús resucitó.
Y con esta vigilia comienza la Pascua. Pascua quiere
decir “paso del Señor”. Durante la pascua, Jesucristo pasa por nuestras vidas y
nos resucita. De todo el “trabajo hecho” durante la cuaresma de morir al
pecado, ahora recogeremos los frutos resucitando con Cristo.
Qué gozo, cincuenta días para ir resucitando
con Cristo. Amén.