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Hoy, día en que celebramos el domingo “gaudete”, la liturgia (las lecturas
y los textos litúrgicos) nos llaman a estar alegres.
¡¡Hay una cosa que todos quisiéramos más!!: ¡¡la alegría!! ¡¡Siempre
queremos más alegría en nuestra vida!! ¡¡La alegría no sobra nunca!! ¡Y vemos
mucha gente sin alegría! ¡Hecho cierto!
San Pablo nos ha dicho hoy: “Hermanos: Estad siempre alegres”. ¿Por
qué se nos dice esto ahora en el Tercer domingo de Adviento? ¿Por qué el tercer
domingo de Adviento es el domingo Gaudete? Porque sólo contentos podemos acoger
el acontecimiento más alegre de toda la historia de la Humanidad; el nacimiento
del Hijo de Dios. ¡Dios con nosotros!
Hay un aspecto muy significativo del Papa Francisco: él entiende la vida
cristiana como una llamada a la alegría. Fijaros sinó en los tres documentos
más importantes que ha escrito:
. “Evangelii gaudium” = la
alegría del evangelio.
. “Amoris laetitia” = la
alegría del amor.
. “Gaudette et exultate” =
“Alegraos y regocijaos”.
¡¡Dios nos llama a la alegría!! Y más ahora, a las puertas de un
acontecimiento que cambia la historia y nos abre las puertas de la vida
verdadera y eterna. ¡Dios nos llama a la alegría! ¡Dios no viene para
amargarnos la vida! ¡Dios no es enemigo del hombre!, sino su mejor aliado.
¡Llamados a la alegría! ¿Y
cómo vamos de alegría? ¿Estamos habitualmente alegres? Recordemos que la
auténtica alegría nace de dentro del corazón, no de las cosas de fuera...
Dice el Papa en Evangelii Gaudium: “La
sociedad tecnológica ha logrado
multiplicar las ocasiones de placer, pero encuentra muy difícil engendrar la
alegría” (Punto nº. 7).
El sacerdote y escritor José Luis Martín Descalzo escribió un libro muy bueno: “Razones para la
alegría”. Y subtítulo del libro era: “Cristianos, ¿Qué habéis hecho del gozo
que os dieron hace dos mil años?”.
¿Qué hemos hecho de aquel gozo? Hace dos mil años irrumpió en nuestra historia un gozo, una
alegría. ¿Dónde queda en nuestra vida? ¿Le hemos abierto la puerta a aquel que
viene a darnos la alegría? ¿Ha sido realmente acogido por nosotros?
Primera frase de Evangelii Gaudium: “La
alegría del evangelio llena el corazón del hombre y la vida entera de los que
se encuentran con Jesús”. El tema capital: encontrarse con Jesús.
La alegría es un indicador: hay alegría, ha habido encuentro. No hay
demasiada alegría, no nos hemos encontrado demasiado con Jesús.
Jesús, con su vida, nos enseña que la alegría y el amor van cogidos de la
mano. Si amas tienes alegría.
Santo Tomas de Aquino tiene una frase genial: “La alegría es el amor disfrutado”. Las palabras “alegría” y “amor”
juntas, en una misma frase, e implicándose mutuamente, ¡¡qué bonito!! Cuando
disfrutas amando, dándote a los demás, ¡¡cosa no fácil!!, entonces tienes la
verdadera alegría.
Siguiendo la misma idea paso al evangelio: contemplamos a Juan Bautista. Yo
creo que era un hombre alegre, positivo, arrebatador, admirado por los que le
escuchaban. Si fuera triste y amargado no creo que fueran a verle. Digo que era
un hombre alegre porque sabía quién era y tenía clara su misión... ¡¡Y esto es
fuente de alegría!!
Aparecen dos conceptos esenciales: identidad (¿quién soy?) y misión (¿qué
hago?). A Juan Bautista le preguntan “¿Tú quién eres?”, “¿qué dices
de ti mismo?”. Dijo: “Yo soy la voz que grita en el desierto: Allanad el
camino del Señor”.
¡Qué respuesta! Qué poético y qué profundo. En su respuesta incluye
identidad y misión. Para él identidad y misión es una misma cosa. “Yo soy la
voz que grita en el desierto”. Es muy luminoso: lo que define su identidad
es su misión. Igual nosotros lo que define nuestra identidad es la misión.
Desde el evangelio parece que hoy se nos pregunte: “y tú quién eres?”, y ¿y
qué haces aquí en el desierto? “¿y qué haces en Parets? La misión no es ir a
misa. La misa es el alimento para la misión. ¿Cuál es tu misión en Parets?
Numerosos documentos de los tres últimos Papas hablan de entender la vida en
clave de misión. Es muy luminoso. Lo que define mi identidad es la misión que
recibo de Dios.
En Evangelii Gaudium dice el Papa Francisco: “Todos somos discípulos misioneros”. Identidad: discípulo de
Cristo. Misión: la misma que Cristo. Proclamar la Buena Nueva que salva y da
alegría al mundo. Amén...