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Domingo I Tiempo de Adviento

Sat, 01 Dec 2018 22:41:00
 

CAMINEO.INFO.-


JEREMÍAS 33, 14-16

Salmo 24, 4bc-5ab. 8-9. 10 y 14

TESALONICENSES 3, 12 - 4,2

LUCAS 21, 25-28. 34-36


Encuentro acertadísimo que en el inicio de un nuevo año litúrgico, Dios a través de San Pablo nos diga: “En fin, hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos”. Qué tono más solemne, como remarcando la importancia de lo que quiere decir a continuación. “Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios, pues proceded así y os pido que avancéis aun más”.

 

Dios, en el inicio del año litúrgico, nos dice, “que avancéis aun más”. Un tono positivo, motivante. ¡¡Vais bien, pero, seguid adelante!!

 

¡No desoigamos la voz del Señor! ¿Cómo? ¿Cómo puedo avanzar un poco más?

 

Cuando empieza el año civil mucha gente se hace propósitos. Nosotros al empezar el año litúrgico es bueno que en el silencio de la oración, en algún momento de intimidad con el Señor, le preguntemos: “¿Cómo puedo avanzar más?” Es una pregunta muy bonita. Porqué es una pregunta que denota: confianza en Dios, esperanza, deseo de crecer.

 

Y Dios responderá, seguro, porqué el amor de Dios es perfectivo, quiere perfeccionarnos, hacernos crecer.

 

El amor de los padres hacia los hijos también es perfectivo. Los padres quieren ver como sus hijos van creciendo en sabiduría, en gracia, en generosidad, en todo. Dios Padre igual, pero, con mucha más intensidad. ¡Nos es preciso situarnos ante un Dios que nos quiere hacer avanzar, hacer crecer!

 

Empezamos el Tiempo Litúrgico del Adviento. El Adviento nos quiere ayudar a vivir, por las tres venidas de Jesús.

 

1. La venida histórica de Jesús, (miramos hacia el pasado). Esta venida nos la hace presente la liturgia en las últimas semanas del Adviento. Cuando se acerque la Navidad es la venida que contemplaremos más intensamente. 

 

Hoy nos ha sido anunciada en la lectura del Antiguo Testamento. Acababa este anuncio diciendo: “Y la llamarán así: El Señor es nuestro bien”. Qué expresión más bonita. ¡Fácil de rezar! Él es el bien más grande, es el bien que nos dará la felicidad y la paz, es el bien que más bien hará a nuestra vida, es, por tanto, el bien que hemos de buscar.

 

2. Venida-intermedia (miramos el presente). Jesucristo nos sale al encuentro (viene a nosotros) de muchas maneras: en la iglesia, en la liturgia, en los sacramentos, en los sacerdotes, en los pobres, en los demás, en los acontecimientos, en los imprevistos...

 

Jesús cada día viene a nosotros de mil maneras diferentes. Es la venida intermedia. Las palabras de Jesús en el evangelio de hoy encajarían con esta venida: “Estad siempre orando”. Que no quiere decir no dejar nunca de rezar, sino quiere decir descubrir, crecer en la consciencia del continuo advenimiento de Cristo en nuestra vida. Cuando descubrimos a Cristo en la vida ordinaria estamos rezando, porqué nos situamos en la presencia de las personas divinas.

 

3. Venida al final de los tiempos (miramos hacia el futuro). La Parusía. La liturgia de los primeros domingos de Adviento se centra más en esta venida.

 

El evangelio de hoy nos presenta la venida definitiva de Cristo: “Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad”.

Son textos que nos ayudan a recordar una cosa que pienso que tenemos poco presente: la vida eterna,  nuestra vida tiene el mejor final posible. Somos peregrinos que caminamos hacia la casa del Padre.

 

El Adviento nos quiere ayudar a vivir las tres venidas de Jesús.

 

La espiritualidad del Adviento es la espiritualidad de la esperanza. Pienso que es bonito darse cuenta que vivir es casi, casi, lo mismo que esperar. Hagamos la prueba: quitemos de nuestra vida todo lo que sea esperar / proyectar / / desear. Quitemos todo esto ¿Con qué nos quedamos? ¡¡Con nada!! La vida sin esperanza es una vida bloqueada, derrotada, cautiva. Una vida sin esperanza ya no es vida.

 

San Agustín: “No hay nada más triste que una vida sin esperanza”. Y tantos y tantas tienen vidas sin esperanza.

 

¿Y cuál es nuestra esperanza? Esperanza de que Él viene, Él viene a encontrarnos, Él se acerca, Él se hace encontradizo, y deja de ser un Dios distante, escondido detrás no sé qué galaxia. ¡Él viene a salvarnos! ¡Adviento es tiempo de esperar todo esto!

Hagamos unos momentos de silencio y preguntemos a Jesús ¿Cómo puedo avanzar más?...









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