CAMINEO.INFO.-
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 1, 1-11
Salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9
EFESIOS 1, 17-23
MARCOS 16,15-20
Celebramos hoy la Solemnidad de la Ascensión. Después de los
cuarenta días apareciéndose a los discípulos, Jesús “subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios”. Humanamente hablando
Jesucristo marcha, pero, divinamente hablando Jesucristo se hará más presente.
Es aquello que dice San León el Magno: “comenzó de un
modo inefable a ser más presente por su divinidad, al
alejarse su humanidad”. Que Jesús continúa presente no tenemos ninguna duda.
En el versículo antes del evangelio, Jesús nos ha dicho: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Y
esta presencia de Jesús se da de una manera especial en los sacramentos. Dice
también San León el Magno: “Aquello que fue visible en nuestro Redentor, ha
pasado ahora a los sacramentos”. Las acciones salvadoras de Jesús han pasado
a los sacramentos.
Esto a nosotros nos pide la fe: no vemos a Jesús, pero la
fe nos dice que actúa, que continúa comunicando
su salvación, sus gracias, a través de los sacramentos, como lo hacía hace
dos mil años en Palestina.
Hoy el evangelista Marcos nos
dice: “Después de hablarles, el Señor
Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a
pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba con ellos, confirmando
la palabra con las señales que los acompañaban”.
Muy interesante esta forma de
expresarse: Marcos subraya la ascensión del Señor y justo después que el Señor
cooperaba (operaba con, trabajaba con) los discípulos comunicando la Buena
Noticia.
Con ellos Marcos nos está
diciendo: la ascensión no significa que Jesús se haya ido. Ha dejado de tener
una presencia visible y sensible entre nosotros pero sigue presente y lo manifiesta cooperando con la acción de los
discípulos.
En estas breves palabras “cooperaba
con ellos” queda resumido todo misterio de la Iglesia: Cristo presente y
actuante.
Cuando el sacerdote bautiza,
es Cristo quien bautiza. Cuando el sacerdote confiesa, es Cristo quien perdona
los pecados. Cuando celebramos la eucaristía es Cristo quien se hace presente…Cristo
presente y actuante.
Hace dos
mil años las acciones de Cristo eran: eficaces (“levántate y anda”), poderosas
(multiplicación de panes), la gente cambiaba de vida (Zaqueo, Mateo, María Magdalena,
etc.), sorprendentes (hemorroísa) y eran vivificantes.
Pues hoy dos mil años después
las acciones de Cristo a través de los sacramentos son: eficaces, poderosas, la
gente cambia de vida, sorprendentes y vivificantes. : Cristo presente y
actuante.
¡Para
que esto sea posible se nos reclama la fe! Hemos de crecer en esta conciencia
de que Cristo actúa en los sacramentos.
San León el Magno: “Aquello que fue visible en nuestro
Redentor, ha pasado ahora a los sacramentos”.
¡¡No
nos cuesta creerlo!! ¡¡Nos cuesta vivirlo!! ¿Por qué nos cuesta vivirlo? Porque
estamos sometidos a un bombardeo continuo de “humanidad caída”, de criterios
mundanos, ideas mundanas, sensibilidad mundana, modos de hacer mundanos. Nos
rodea la mundanidad: televisión, periódicos, móvil, anuncios, “cultura” actual.
¡Y tanta mundanidad nos puede!
Y
cuando llegamos aquí, a la iglesia, seguimos en el rollo de la humanidad caída…
Y nos falta esta conciencia clara y actualizada de que Cristo va a actuar en
nosotros… y lo hará en función de nuestras disposiciones.
Y en
concreto ¿qué podemos hacer?
1. Llegar
un poco antes y actualizar lo que vamos a vivir, recordar, reflexionar, lo que
es la misa. ¡¡Siempre lo tendríamos que hacer!!
2. Coger
la hoja dominical y mirar de leer bien y rezar una de las lecturas del día.
¡Hazlo
y descubrirás a Cristo presente y actuante!
Un ejemplo
de lo que digo: próximo domingo,
Pentecostés. De ti depende que sea un pentecostés para ti, una nueva y fuerte
efusión del Espíritu Santo, esta es la pretensión de la liturgia, o que sea una
misa donde todo continúa igual… de ti depende...
En la
primera lectura decía Jesús a sus discípulos: “dentro de pocos días vosotros
seréis bautizados con Espíritu Santo”. ¡¡Pues de eso se trata de predisponerse
para ser bautizados de nuevo!! Amén.