CAMINEO.INFO
JONÁS 3, 1-5. 10
Salmo 24, 4-5ab. 6-7bc. 8-9
CORINTIOS 7, 29-31
MARCOS 1, 14-20
Cada uno de vosotros tiene sus problemas, sus
preocupaciones, sus motivos de alegría y de gozo. Cada uno de vosotros tiene
sus proyectos personales y familiares. Cada uno de vosotros viene a participar
de esta eucaristía con su mochila personal llena de las cosas más variadas.
Cada uno de vosotros viene como viene, pero, a todos, a
todos, Cristo hoy nos hace dos llamadas. La primera: “convertíos y creed en el evangelio”. Y la segunda: “venid conmigo”.
¡¡Todos recibimos hoy estas dos llamadas!! La liturgia siempre
es un “aquí y ahora”. La Palabra de Dios siempre es una palabra que se dirige a
nosotros. Por tanto, la fe, la fe, la fe, nos lleva a escuchar a Cristo que nos
dice a cada uno “conviértete” “cree en mí” “ven conmigo”. Es la fe que hace que
escuchemos a Cristo hablando a nuestro corazón aquí y ahora.
Y hecha esta introducción vamos al evangelio, y desarrollo
tres ideas, tres gracias que el Señor nos quiere conceder:
a) “Convertíos y creed en el evangelio”.
¿Nos podemos convertir y no creer? No.
¿Podemos creer si no nos convertimos? No.
Convertirse y creer se implican mutuamente.
No podemos vivir la una sin la otra. Las dos son indispensables...
Preguntémonos: ¿Cómo vamos de “creer”? Bien,
bastante bien... Y ¿cómo vamos de “conversión”? ¡¡Aahh, aquí ya no vamos tan bien!!
¿Crees? Diremos sííí. ¿Tienes fe? sííí. ¿Crees
en Jescucristo? Sííí, pero, si nos preguntan ¿estás en proceso de conversión?, ¿qué
diremos? Si nos preguntan ¿vas avanzando en tu conversión?, ¿qué diremos?
Éstas son las primeras palabras de Jesús
en el evangelio de Marcos. Y en ellas vemos que Jesús vincula las dos acciones:
“creer y convertirse”. ¡¡Esto es significativo e interpelador!!
Nos hemos de convertir... ¡porque sin
conversión no hay “creer”! Llevémoslo a la oración personal... Pregúntale al Señor:
¿de qué me tengo que convertir? ¿cómo me convierto?... ¡no sé de qué va esto, ayúdame!
b) Segunda
idea, “Venid conmigo... Inmediatamente dejaron
las redes y lo siguieron”. Sienten la llamada y dejan su medio de subsistencia,
las redes. ¡Dejan una cosa muy importante para ellos!
Lo vuelvo a decir. Aquí y ahora Jesús nos
dice: “Venid conmigo”. Te dice “ven
conmigo”. ¿Y nosotros qué dejaremos? Lo queremos todo. Y esto no puede ser. Queremos
a Dios y lo que no es de Dios. Queremos a Jesús y lo que sabemos que nos separa
de él. Queremos ser cristianos, pero, lo queremos ser como a nosotros nos parezca.
No como le parezca a Jesús. Nos hacemos trampas jugando al solitario. ¡No lo
podemos tener todo!
Y nosotros, ¿qué dejaremos? ¡¡Sin
conversión no hay creer!! ¡Hay una cierta credulidad en cosas, pero, no una fe
viva!
En el fondo, quizás, dudemos de que él nos
pueda hacer felices... y nos hemos de buscar nuestros ámbitos de satisfacción.
Pienso que tenemos poca capacidad de dejar
cosas que nos alejan de él y poco deseo de abrazarlo a él con más fuerza... ¿Qué hemos de dejar nosotros?
Cada uno en la oración es necesario que formule esta pregunta a Jesús. ¡¡Cuántas
cosas a preguntarle!! ¿De qué me he de convertir? ¿Qué he de dejar?
c) Tercera idea: a la llamada de Jesús “Venid conmigo” le sigue la finalidad de
esta llamada: “y os haré pescadores de
hombres”. Nos llama para hacernos pescadores de hombres.
Lo hemos ido diciendo en las catequesis después de las
misas de Adviento:
“En nuestra cultura
parroquial/eclesial hemos olvidado un poco cuál es el sentido de la Iglesia,
somos un bote salvavidas que existimos para salvar a personas, que se hunden,
que mueren en el mar,… ¡¡Existimos para la misión!! La Iglesia es esencialmente
misionera, y si lo es la Iglesia, lo somos también nosotros. Y en cambio, como
los de los botes, nos mantenemos a una distancia prudencial, más preocupados por
nuestras cosas que por ellos. ¡¡No vamos a salvarlos!!
La parroquia de Parets
no existe para hacer misas. La parroquia de Parets no existe para hacer plegarias.
La parroquia... ni adoraciones del Santísimo. ¡¡La Parroquia de Parets existe para
salvar!! ¡¡Para hacer misión!! ¡¡Para evangelizar!! ¡¡Para comunicar la Buena Nueva!!
¡¡Dilo como quieras!!
¡¡La misa, la adoración,
la confesión, son medios para conseguirlo!! ¡¡Pero, no la finalidad!! ¡¡Hemos
confundido el medio con la finalidad!!
“Os haré pescadores de hombres”. ¡¡Dejémosle
que nos haga!!
¡¡Todo esto en conjunto
puede sonar duro!! ¡¡Pero, no olvidéis nunca que es una Buena Nueva, y que todo
lo que vale la pena, cuesta!! Amén.