Hoy la Iglesia, la liturgia, nos invitan a fijar nuestra atención en la Sagrada
Familia, a mirarla para poder extraer
enseñanzas para nuestras familias, para nosotros mismos.
Pero antes, me parece conveniente contemplar como está el
panorama de las familias en nuestra sociedad para darnos cuenta de la urgencia
de contemplar a la familia de Nazaret.
• Cerca del 60%
de las parejas que se casan se divorcian. Sorprendentemente esto ocurre en los
primeros años del matrimonio. Y más sorprendente es que las parejas que han
convivido antes de casarse son las que más se divorcian. Lo dice la
estadística.
• Si el
divorcio es malo, ¿por que hay una ley que lo facilita tanto?. Es más fácil
divorciarse que romper un contrato de móbil. ¡Es absurdo!. Antes para
divorciarse había un período previo de separación, y en este período muchos
matrimonios se arreglaban. Ahora, con la ley del divorcio exprés no hay periodo
previo de separación con lo cual los divorcios se han multiplicado. Nefasta ley
esta del divorcio exprés.
• La
infidelidad se cifra en Europa en torno al 50%. La gente como que no sabe
amar, no sabe ser fiel. Sólo son fieles al equipo de fútbol, pero no a su
mujer.
• El drama
de los más de 100.000 niños abortados cada año.
• Vemos
también una gran dificultad de los padres en educar, cómo cuesta
transmitir valores… .
• El drama silencioso
de los miles y miles de abuelos “aparcados” en las residencias y
olvidados…
• El el 2015
hubieron casi 5.000 casos de padres que denunciaron a sus hijos por
violencia. 13 denuncias cada día. Y dicen los expertos que solo se denuncia un
15% de los casos.
Si contemplar todo esto da mucha pena, tristeza y rabia,
imaginar cómo irán las cosas en el
futuro da mucho miedo. Porque ninguna de estas tendencias que he expuesto
tiende a decrecer sino todo lo contrario. La sociedad se está deshumanizando y
ello es debido en parte a la poca promoción y protección que vive la familia.
Hay gente que se
piensan que esto de promover y proteger a la familia es de derechas, ¡serán cazurros!, si eso es de sentido común. La familia
es una institución de derecho natural, no es un invento ni de la Iglesia ni de
un partido político. Favorecerla es favorecer a la sociedad. Pero el cliché
allí esta… favorecer a la familia es de derechas…
Ante tanta
tiniebla no debemos desanimarnos
sino todo lo contrario darnos cuenta de que las
familias cristianas estamos llamados a ser portadores de luz … Que el mundo vea que es posible construir otro tipo
de familias. Y las hay!!. Aparecen allí donde se vive la fe auténticamente.
En la Roma de los primeros siglos el
testimonio de las familias cristianas (que no abandonaban a sus hijos, que se
mantenían fieles el uno al otro, etc) fue un motivo de que muchos se acercaran
a la fe … porque querían unas familias como las que los cristianos tenían …
La familia
cristiana está llamada a ser luz. No nos debe dar miedo presentar nuestras familias cristianas. Es mas, es un deber
hacerlo. Debemos iluminar al que vive en tinieblas. Y debéis explicar, sin
tapujos, cómo se vive en vuestra familia, lo que hacéis, y por qué lo
hacéis, y lo que no hacéis y por qué no lo hacéis, etc … A veces no les gustará
lo que les mostremos porque nuestra luz les puede deslumbrar...
Pero nuestras
familias solo podrán ser una luz creciente en la
medida que contemplamos la Sagrada
Familia como el modelo a seguir para que en nuestras familias.
En la medida que textos como las lecturas de hoy son meditados,
rezados, conjuntamente por la familia. Qué gran fuerza y belleza tiene la
palabra de Dios!
La primera lectura hace un encendido y
entrañable elogio de la necesidad de honrar a nuestros mayores. “El que
honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros”. .
La lectura va
nombrando los beneficios de honrar a los padres hasta que acaba con unas
palabras que nos deberíamos aplicar todos : “Hijo mío, sé constante en
honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee ten
indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La piedad con el padre no se
olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados”
En la segunda lectura se nos hace un
planteamiento de los valores que deberíamos vivir en nuestras familias. Cuantas
familias donde los roces, el mal ambiente, las críticas son constantes, cuantas
familias divididas por malentendidos y tonterías, ....
Ante muchas
situaciones hemos meditar y rezar lo
que decía San Pablo: “Vestíos de
misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión, sobrellevaos
mutuamente y perdonaos, cuando uno tenga quejas sobre otro. El Señor os ha
perdonado: haced vosotros lo mismo. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en
vuestro corazón”.
Cuando una
familia, un matrimonio, meditan estos textos, esto cambia su vida. Es la fuerza de la palabra la que es capaz de
hacerlo. Y si cambian de vida poco a poco, también poco a poco podrán ir
cambiando la vida de las demás familias que les rodean. Serán luz!!
¡Que la luz de la
Sagrada Familia brille en nuestros hogares y en nuestra sociedad!