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XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO: ¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen! |
XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO: ¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!Sat, 20 Jun 2015 23:28:00
CAMINEO.INFO.-
JOB 38,1.8-11 SALMO 106 CORINTIOS 5,14-17 MARCOS 4,35-40
En muchos relatos evangélicos hay elementos simbólicos que hace falta conocer, porque nos ayudan a entender mejor la escena: después de haber estado todo el día predicando a la gente y enseñando a sus discípulos, al atardecer, Jesús decide ir a la otra orilla del lago. Territorio del gerasenos. Según la mentalidad de la época, zona dominada por el demonio. Por tanto, una zona hostil, donde difícilmente Jesús va a ser bien recibido. El temporal es símbolo de esa hostilidad. La barca es símbolo de la Iglesia. Y las olas que caen encima de la barca son símbolo de esas dificultades que se encontrarán en su misión de anunciar el Reino de Dios.
A partir de este contexto tres ideas:
1. Hoy en día podemos decir que la Iglesia está en medio de un temporal, y que nos caen olas encima, por todos lados. Algunas por culpa nuestra. Pero, a pesar de las dificultades, la barca, la Iglesia, será capaz de avanzar porque en ella está Cristo. No lo olvidemos nunca; ¡¡Cristo está con nosotros!! Nos es preciso hacérnoslo más presente. ¡Decírnoslo! Parece que no esté, como si durmiera, pero Él está. ¡Con Él no nos podemos hundir! 2. A pesar de las dificultades, las olas que caen sobre la barca, la Iglesia no puede olvidar su misión, acercarse a la tierra de los “paganos” (gerasenos) para comunicar la Buena Nueva.
En este sentido, quisiera destacar dos aspectos que nos deberían impulsar y ayudar a superar las dificultades que nos privan avanzar y proclamar esta Buena Nueva. (Lo que ahora diré a mí me ayuda a ser un poco más evangelizador al hacer despacho parroquial)
a) El anuncio responde a un anhelo de infinito que hay en el corazón del hombre. Hemos sido creados para aquello que el evangelio nos propone; la amistad con Jesús. En la que el hombre sacia las necesidades más profundas que hay en su corazón. Esto nos impulsa a proclamar la Buena Nueva.
b) Otra idea, como dice el Papa Francisco en Evangelii Gaudium (274): “Todo ser humano es objeto de la ternura infinita del Señor”. “Dios ha gestado un camino para unirse a cada uno de los seres humanos de todos los tiempos”. Y actúa “incesantemente”... Jesús le está atrayendo hacia Él. ¡¿Qué bonito, eh?! Esto nos impulsa a proclamar la Buena Nueva.
¿Qué quiere decir todo esto? Que Jesús precede los pasos del evangelizador. Quiere decir que la evangelización, es primero de todo, una tarea de Él, más allá de lo que podemos descubrir o entender. Él es el sujeto primario de la evangelización.
A veces, puede parecer que a la hora de evangelizar estemos solos, pero, no es así. Jesús ya ha trabajado mucho, “nos llegan” las personas construidas de una determinada manera por Él y ya “trabajadas” por Él. Por tanto, no es que yo le llame para que me ayude a mí en lo que yo hago, sino al contrario: Él me llama a mí, a sumarme a todo lo que Él ya ha hecho, y me llama a dejarme utilizar para evangelizar. ¡¡Cambiar el chip!!
3. Todo esto, el punto a) y el punto b), nos ha de llevar a la confianza, que es la otra idea que aparece con fuerza en el evangelio. Jesús con sus palabras, reprocha a sus discípulos la falta de confianza en Él: “¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?”. Sabemos que toda palabra que dirige a sus discípulos, Jesús nos la dirige a nosotros. Hoy Jesús nos dice: “¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?”.
Palabras duras. Nos han de llevar a mirar nuestro interior. Palabras dichas en un contexto de Iglesia que quiere avanzar en su misión, a pesar de las dificultades en que se encuentra.
¡¡Confiar en Él para evangelizar!! ¡¡Él está!! (está en la barca). Él nos ha construido (hechos a imagen y semejanza suya). Él ha trabajado el corazón de aquella persona (la ama, ha muerto por Él, le está acercando a Él). ¿No nos falta, quizás, la confianza en Jesús? ¿No somos, quizás, un poco cobardes? ¿No nos falta, quizás, fe en un Jesús presente y actuante?
No es, quizás, el pecado original una falta de confianza en lo que Dios ha dicho a Adán y Eva... El pecado original es una falta de confianza. San Pablo describe el pecado original como una especie de big-bang de la desconfianza en Dios.
Por esto, San Pablo podrá decir: “sé de quién me he fiado”. Sé en quién he puesto mi confianza. Y si San Pablo puede decir esto, es porque ha experimentado un Cristo vivo. Como dice hoy a los de Corinto: “El que es de Cristo es una criatura nueva”. Quien experimenta esto, se siente impulsado a proclamar la Buena Nueva de un Cristo vivo y transformador.
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