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Domingo XXVIII Tiempo Ordinario

Sun, 15 Oct 2023 09:32:00

CAMINEO.INFO.-

Dice San Pablo una frase muy importante, una frase que tendríamos que poder decir todos: “Todo lo puedo en aquel que me conforta”.

 

¿Qué quiere decir “todo lo puedo”? Me siento capaz de todo. No tengo miedo. Estoy dispuesto a acoger y vivir en paz lo que venga: salud o enfermedad, riqueza o pobreza, libertad o encarcelamiento. ¡¡¿Cómo puede ser esto?!! Dice San Pablo: “En aquel que me conforta”. Se refiere a Jesús. San Pablo se ve con corazón para todo, lo dice desde la prisión de Éfeso, porque tiene a Jesús con él.

 

San Pablo se expresa así porque ha hecho una experiencia parecida a la que ha hecho el salmista del salmo de hoy, el Buen Pastor. ¿Qué dice este salmo? Si  mi pastor está conmigo no me falta nada, es igual si paso por un valle oscuro o por un prado verde.

 

Así hemos de ser los cristianos: personas valientes que miran el futuro sin miedo. No sabemos cómo irán las cosas, pero sabemos sin ninguna duda, que Jesús, que el buen pastor estará con nosotros.

 

También nosotros hemos de poder decir: “Todo lo puedo en Jesús, mi buen pastor, que me conforta y me da fuerzas”.

 

Es una gracia que hemos de pedir en la oración personal. La vida cristiana es un don que recibimos, que recibimos porque lo pedimos, porque lo deseamos, porque lo anhelamos.

 

Me decía hace poco una chica: “nunca me siento sola, él siempre camina conmigo, al futuro no le temo, pues él estará conmigo”. 

 

Pasemos al evangelio. Esta parábola nos habla del rechazo de Jesús por parte de los dirigentes del Pueblo de Israel. Pensemos que estamos en el capítulo veintidós de Mateo, a pocas semanas de la muerte de Jesús. De aquí el sentido de esta parábola.

 

La parábola es un cuento que tiene una enseñanza. La parábola la hemos de interpretar:

¿Quién es el rey? El rey es Dios Padre.

¿Quién es el hijo que se casa? El hijo es Jesús.

¿Y con quién se casa Jesús? Con la humanidad, con nosotros.

¿Qué es la boda? La boda es una gran fiesta, un gran banquete para celebrar la alianza de Dios con la Humanidad, con nosotros. Dios hace en Jesús una alianza nueva y eterna. Una alianza es un pacto. A lo largo de todo el AntiguoTestamento, Dios ha hecho diversas alianzas, el hombre las ha ido rompiendo todas. Hasta que Dios hace la alianza nueva y eterna.

 

¿Os suenan las palabras “alianza nueva y eterna”? ¡En todas las misas...! En la consagración. “Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna”.

 

De esta parábola podemos deducir una idea muy bonita:

 

1.     La vida cristiana es una invitación que Dios hace a cada uno de nosotros. La vida cristiana es una invitación, un ofrecimiento. 

 

Y nosotros podemos acoger o rechazar… En esta parábola es muy sorprendente lo que pasa: los primeros invitados rechazan ir a la boda.

 

Es una cosa impensable:

¡¡Rechazar ir a una boda!!

¡¡Más cuando es la boda de un rey!!

Más impensable cuando dan los motivos: ir al campo, los negocios. Que quiere decir seguir con sus rutinas.

 

Verdad que se nos hace impensable este rechazo de la boda. Pues, igual de impensable se nos ha de hacer el rechazo a Jesús, el rechazo al don de Dios, el rechazo a la invitación que Dios Padre nos hace en Jesús. Dios Padre en la persona de Jesús nos lo da todo. En Jesús encontramos todo lo que necesitamos para tener una vida plena y eterna.

 

Cuando vas a una boda hay una cosa que deseas con mucha fuerza: poder hablar unos momentos con los novios: queremos poder preguntar qué sienten, queremos poder expresar qué sentimos nosotros. En las bodas, nos ha pasado a todos, deseamos encontrarnos con los novios.

 

¿A qué nos invita Dios Padre cuando nos convida a una boda? Nos invita a un encuentro, a un encuentro, con Jesús, su Hijo. ¿Nos hemos encontrado de verdad con Jesús? Vivimos unos ciertos actos de piedad, pero ¿nos hemos encontrado de verdad con Jesús?

 

La eucaristía es un encuentro con Jesús, pero ¿lo vivimos así...? El momento de la comunión es la expresión máxima de la comunión con Jesús, con lo que él es, con lo que él hizo, con lo que él dijo.

Acabo ya, en las bodas hay alegría, fiesta, fraternidad, esto es la vida cristiana bien vivida. ¡¡Dios no nos quiere tristes!! ¡¡Dios quiere nuestra alegría!! Por esto nos convida a encontrarnos con su hijo.

 

Abrámosle el corazón...






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