CAMINEO.INFO.- Hemos de agradecer a
los evangelistas que nos presenten los discípulos de Jesús tal y como son: con
defectos, a veces con poca fe, y que
cometen errores de todo tipo. Como hoy el de Pedro.
Y lo hemos de
agradecer por dos motivos.
1. Es un signo de
que lo que nos explican los evangelios son hechos históricos, nos están
explicando los hechos que pasaron. Si los evangelios fuesen un invento de los
discípulos pienso que no habrían explicado las escenas donde ellos quedaban mal.
Pero los evangelistas lo que quieren es recuperar la historia de lo que pasó.
2. ¡Que los
discípulos se equivoquen, no entiendan a Jesus, esto nos los hace cercanos,
porque también nosotros somos así! Esto nos ayuda a entender que tener
debilidades no es un impedimento para seguir a Jesús... antes al contrario...
Somos débiles por gracia de Dios. Nuestra debilidad no nos escandaliza, sino
que nos lleva a abandonarnos más en el Señor.
En los campamentos
de los adolescentes que hemos hecho... charla sobre la gracia... cuando no
puedas alguna cosa, pide la gracia... “¡¡Jesús yo no puedo!! Ayúdame”.
¡¡La debilidad no
nos desanima, nos lleva a abrirnos más a Dios!!
Hoy Pedro recibe, lo
que a mí me parece que es, la amonestación más dura y fuerte que hace Jesús en
todo el evangelio. “¡Quítate de
mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como
Dios”.
Es importante entender qué quiere decir Jesús... que no caigamos nosotros
en el error de Pedro.
San Pablo en la segunda lectura nos ilumina:
“Y no os ajustéis a este mundo...”, que quiere decir: no hagas tuyas, las maneras de hacer
del mundo, sus criterios. El mundo te quiere dar una forma.
Las redes sociales nos quieren dar una forma, nos marcan unos criterios de
belleza, de estatus, de vestir, de consumo, etc.
En la Jornada Mundial de la Juventud, varios jóvenes me dijeron que habían
dejado las redes sociales, porque veían que les perjudicaban. ¡¡No te amoldes
al mundo presente!!
Dios te quiere dar otra forma que ésta sí, te llevará a la felicidad.
“sino transformaos por la renovación de la mente”, ¿¿de dónde
viene la transformación?? del cambio en la manera de ver las cosas... Nos hace
falta mirar las cosas como las mira Dios... Es la queja de Jesús a Pedro.
Pedro escucha el aviso de sufrimiento de Jesús, la cruz de Jesús, con los
ojos del mundo. Mira como mira el mundo. Piensa como piensa el mundo...
Cuántas preocupaciones, cuántos complejos, cuántas inquietudes y tristezas
desaparecerían si mirásemos las cosas como las mira Dios... Probadlo... Aquello
que te causa preocupación, tristeza, míralo como lo mira Dios... ya verás qué
cambio... un cambio transformador... que viene de mirar las cosas de otra
manera.
En la puesta en común final de los campamentos, varias chicas de nuestra
parroquia hablaban de cómo las reuniones por pequeños grupos, les habían
servido para reflexionar y ver las cosas de otra manera... Es que aprender a
mirar como mira Dios es todo un camino de vida... siempre estamos en este
camino...
“para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios”: todo esto “no seguir los criterios del mundo”, “mirar de otra manera”, ¿¿para qué?? Para
descubrir la voluntad de Dios... Y vuelvo a repetir aquella frase que ya me
habéis oído, y que a mí me hizo tanto bien cuando era joven: “la voluntad de
Dios en tu vida y tu felicidad es una
misma cosa. Descubre lo que Dios te ofrece, y estarás descubriendo aquello que
te hará feliz”.
En los campamentos había una pancarta con la frase: “¡El sueño que Dios tiene para ti!”. Dios
tiene un sueño y si lo descubrimos... felicidad... se hace cada día...
El sueño en palabras de San Pablo: “lo bueno, lo que le agrada, lo
perfecto”.
El sueño en palabras de Jesús de hoy:
“negarse a uno mismo”
“tomar nuestra cruz y
acompañarlo”
“perder la vida por él”
Es un lenguaje duro, pero no olvidemos que Él es el Dios de la vida, que
desea comunicarnos vida y vida abundante.
Cruz y vida son dos palabras que parecen que no van de la mano. ¡¡Però sí!!
En los campamentos escuchamos el testimonio de Miqui, de Sant Cugat. Un chico
de veintiún años, que tiene diversos cánceres.
¡Hace cuatro años le daban una semana de vida!
Lleva más de doscientas cincuenta quimios...
Ahora tiene siete-ocho cánceres activos que van creciendo.
Y lo vive con paz, con alegría, dando testimonio siempre que se lo piden.
Dice Miqui: “Jesús para ir al cielo, vive la cruz, pues, también yo he de ir al
cielo por el camino de la cruz”. Cuando él hablaba yo pensaba en aquella frase
del cura de Ars: “Mi vida es incomprensible sin la gracia de Dios”.
¡¡Es tan potente la gracia de Dios, la acción de Dios!! Acabo con el
testimonio de nuestras adolescentes hablando de la acción de Dios, hablan de lo
que habían vivido la noche del miércoles en la adoración:
“Le pedí a Dios que me hablase, que quería sentirlo y sentí fuego por
dentro, su calor en mi interior”
“Sentí que me abrazaba”
“Sentí que me daba la mano”
“Me llenó de paz y de alegría”
“Me liberó de muchas cosas”
Que nuestra vida esté llena de la acción de Dios.