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Dios no es una cosa
vaga y abstracta (como dicen algunos “algo
tiene que haber...”) o “una energía universal”, o “un espíritu misterioso”,
o “una fuerza presente en todas las cosas”...
Hoy en día oímos muchas
afirmaciones en este sentido, ¡muchas! en La Contra de La Vanguardia está
lleno.
Hablando de La
Vanguardia y La Contra explico una anécdota: conozco uno que entrevistaron a La
Contra, Tony Gratacós, ha escrito un libro y lo entrevistaron. Y él
explícitamente le dijo a Amela, el entrevistador, “pon que soy “católico
practicante””, y le pusieron “Creo en un Creador”. Hay mucha manipulación,
mucha, y contra el hecho religioso aún más.
Cuando escuchamos a
gente que habla así: “algo tiene que haber”, “una energía universal”, “un
espíritu misterioso”, es bueno interrogarlos para desenmascarar la debilidad de
esta idea, de este pensamiento. Y hacerles preguntas como:
. ¿de dónde proviene esta
energía/fuerza/espíritu?
. ¿cómo se
comunica? ¿de qué depende que uno lo reciba y otro no?
. ¿cómo explica
el mal? ¿qué tipo de persona quiere construir? ¿hay vida después de la
muerte...?
Y a
ninguna de estas preguntas os podrán responder. Porqué detrás de esta idea hay
un pensamiento débil, líquido, sin entidad antropológica y ni filosófica. No
hay casi nada...
A quien nos hable
así, le podemos decir... “¡¡eh, pero no
te has enterado!! Dios se ha revelado. Tenemos clarísimo que Dios no es una
energía, o una fuerza o un espíritu misterioso, porqué Dios se ha revelado,..., lo
hizo durante siglos...”
La primera lectura
fue escrita ahora hace unos tres mil quinientos años. ¡¡Tres mil quinientos!!
El libro del Éxodo fue escrito el año 1450 a.C. Y mirad de qué manera tan
conmovedora se revela Dios : “¡El Señor! ¡El Señor! ¡Dios misericordioso y
clemente! ¡Lento para la ira y grande en misericordia y verdad! Lo hemos
oído muchas veces, pero no podemos dejar de emocionarnos ante un Dios que se
revela de esta manera. ¡Admirémonos de la belleza y bondad de su ser!
Y a estos que creen
estas cosas un poco extrañas les podéis acabar diciendo... “Y para que no hubieran dudas de ninguna
clase, hubo un momento que Dios nos envió a su Hijo único, para revelarse al
“modo humano” y fuera comprensible para nosotros”.
Nos ha dicho Jesús
en el evangelio: “Tanto amó Dios al mundo, que entregó su Unigénito”. En él culmina la revelación. Le hemos
de agradecer mucho que haya realizado una revelación tan clara, tan palpable,
tan humana.
Y hemos de sentir un
hambre muy fuerte de acoger, conocer, esta revelación de Dios en Jesucristo.
Nos jugamos el perdernos o no perdernos,
tener vida o no tenerla.
“Tanto amó Dios al
mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca,
sino que tenga vida eterna”. Hemos de sentir un hambre muy fuerte de
acoger, conocer, esta revelación de Dios en Jesucristo.
Segunda idea: El
Dios que nos revela Jesucristo es un Dios Trinitario. Jesús que se presenta
como el Hijo, nos habla del Padre y nos promete el Espíritu Santo.
La Trinidad es
comunión de personas. Dios es una “familia” de tres persones que se aman tanto
que forman una sola cosa. No se entienden separadamente. Son una con la otra,
una por la otra, una en la otra. Sólo se entienden en comunión.
¿Y esto le dice
alguna cosa a nuestra vida? ¿El misterio de la Santísima Trinidad le dice
alguna cosa a nuestra vida? Sí, y tanto. Porqué nosotros estamos hechos a
imagen y semblanza de Dios. Esto quiere decir que también nosotros somos
comunión de personas. Nos hemos de entender a nosotros mismos como seres en
relación a los demás, a todos, amigos y enemigos.
No estamos hechos
para “poner una cruz al otro”.
No estamos hechos
para romper puentes
No estamos hechos
para dejar de hablar con fulanito...
No estamos hechos
para vivir por encima de los demás
Todo esto rompe el
plan de Dios. Y aunque no lo parezca va contra nosotros, contra uno mismo.
Somos llamados a ser
con los demás, por los demás, y en los demás. ¡¡A ser todos familia!! Éste es
el proyecto de Dios para la Humanidad, qué diferente de creer “en una energía.”
En el
cristianismo... ¡¡cómo cuadra todo!! ... Que esta eucaristía nos haga vivir
según nuestra identidad de ser personas en comunión, por el otro, con el otro,
y en el otro. Amén.